Beto, Juan y el millón de niños en la cifra de trabajo infantil

Mar, 07/05/2013 - 15:31
Beto y Juan empezaron a trabajar por decisión propia. En sus casas no les hacía falta nada. Sin embargo ambos se sentían una carga para sus familias. Hoy, ya no hacen parte de la cifra que entregó
Beto y Juan empezaron a trabajar por decisión propia. En sus casas no les hacía falta nada. Sin embargo ambos se sentían una carga para sus familias. Hoy, ya no hacen parte de la cifra que entregó el DANE sobre el trabajo infantil en Colombia: 1.111.000 niños que a 2012 laboraban. En el país, según cifras entregadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), trabajan más niños que en Ecuador donde se registran, a 2010, 662.665 niños, y Argentina, donde a 2012, 421.518 niños trabajaban. En Perú las cifras son más altas, en 2010, 2.034.528 menores de 18 años desempeñaban algún oficio. Diego Molano, saliente director del ICBF, habló con KienyKe acerca del tema y aseguró que un menor que labora es más propenso a cometer delitos, trabajar en prostitución e incluso verse involucrado en expendios de droga. Beto, por ejemplo, se involucró en el microtráfico de sustancias ilícitas. Infografía Trabajo infantil, Colombia, Kienyke Ambos jóvenes decidieron trabajar porque sentían que eran una carga para sus familias.  Beto y Juan tienen 17 años. Beto comenzó trabajando en una marroquinería, cortaba cueros, hacía cinturones, llaveros y bolsos. La empresa era de un familiar. Se levantaba a las 5 a.m. para ir a trabajar y a veces hacía dos turnos: mañana y noche. Su jornada era de 7 a.m. a 7 p.m. Trabajaba de lunes a viernes en ese horario y los sábados hasta el mediodía. En su casa no le obligaban a ayudar en las labores del hogar, y no le decían nada pues Beto no permanecía mucho tiempo allí. Duró trabajando un año en la marroquinería hasta que le ofrecieron ganar más si trabajaba en la calle. En otra fábrica de Bogotá, Juan confeccionaba jeans. Su horario de trabajo era de 9 a.m. a 5 p.m. de lunes a sábado. Allí duró siete meses. Sus papás le decían que el dinero que ganaba era para él, en su casa no debía dejar para nada a pesar de que eran ocho hijos. Con respecto al 2011, 350 mil niños en Colombia dejaron de trabajar. Dentro de los casos reportados de niños laborando, al ICBF le llegaron 4.000. De esos, la mayoría trabajaba en el campo. Molano también asegura que las razones por las que los menores salen a la calle o al campo a trabajar se deben a que en Colombia se piensa que ponerlos a trabajar los forma como personas. La mayoría de los padres no considera que el ingreso a la vida laboral retrasa el nivel de escolarización. Otra razón es que el propio niño decide trabajar porque le gusta ganar dinero. Sin dejar atrás que unos son obligados o explotados, o que en su familia no hay los suficientes recursos para vivir. Infografía Trabajo infantil, Colombia, Kienyke Beto estudió hasta séptimo. Al ver que ya estaba ganando plata, y como solo estudiaba los sábados, se retiró. Se dedicó solo a trabajar pues se sentía en capacidad de ganar sus propios recursos. Este joven asegura que su mamá nunca quiso que él trabajara, mientras que el resto de su familia sí apoyaba la decisión de salir a ‘camellar’. En la fábrica de marroquinería ganaba 40 mil pesos al día, es decir 800 mil al mes. Entre más rápido trabajaba, ganaba más plata. Llegó a las calles porque le ofrecieron 200 mil pesos diarios si se dedicaba a comprar y revender droga. También comenzó a robar en el centro de Bogotá. Trabajó en la calle durante el 2012. Salía en las mañanas y volvía a estudiar en las noches. En la mañana, tenía el tiempo para comprar la droga y luego revenderla. Trabajo infantil, Colombia, Kienyke La rutina de estos jóvenes ha cambiado. Ninguno debe trabajar, solo se dedican a terminar sus estudios de bachillerato. Ambos jóvenes fueron vinculados al ICBF. Allí les ayudaron a cambiar su estilo de vida y a trabajar con sus familias. Beto, que recuerda haber conocido a huérfanos a los que les tocaba trabajar para sobrevivir, asegura que su vida ha cambiado bastante, está estudiando los sábados, ya no trabaja, y descansa en su casa cuando no tiene talleres o asesorías en el ICBF.  Juan asegura que aprendió a valorar más las cosas. Se arrepiente de haber querido más cuando en su casa lo tenía todo. Ahora estudia y no trabaja, dedica el tiempo a estar en su casa o en las asesorías del ICBF.  Piensa que es una ‘cagada’ que los niños trabajen en las calles, cree que deberían estudiar. Infografía Trabajo infantil, Colombia, Kienyke Según Molano las peores formas de trabajo para los niños son la explotación sexual y la minería ilegal. La OIT asegura que hay niños que trabajan en minería ilegal desde los tres años en Colombia. Solo en cuatro municipios de Chocó y Boyacá se encontraron 1.500 menores trabajando en esta actividad. El ICBF, el Ministerio de Trabajo, y otras instituciones gubernamentales elaboran estrategias conjuntas para seguir reduciendo la cifra de niños trabajadores. Infografía Trabajo infantil, Colombia, Kienyke Estos jóvenes están trabajando en su proyecto de vida de la mano del ICBF y sus familias.  Juan y Beto están cerca de cumplir los 18 años. A pesar de que sus experiencias no fueron las más dramáticas, haber trabajado sí les dejó una enseñanza: que cuando se es niño no se debe trabajar, lo primero es estudiar. Ambos jóvenes tienen unas cartillas en donde están construyendo su proyecto de vida. Juan quiere seguir estudiando y convertirse en productor audiovisual y Beto tiene como meta terminar el otro año su bachillerato y vincularse a la Policía Nacional para hacer carrera de oficial.
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