De todo, como en Botica

Jue, 22/09/2011 - 09:22
Soy Godofredo Cínico Caspa, anfitrión, protector y encaletador del perseguido Ernesto Yamhure, quien desde mi casa de la urbanización La Catacumba prepara una nueva

Soy Godofredo Cínico Caspa, anfitrión, protector y encaletador del perseguido Ernesto Yamhure, quien desde mi casa de la urbanización La Catacumba prepara una nueva columna, la quinta columna, en defensa del católico ideal uribista y demás cosas nostras.

No se imaginan ustedes las conversaciones que tenemos día a día al calor del vino de consagrar, cómo refundamos todo. Estamos escribiendo una nueva Constitución que le vamos a presentar a Nuestro Amo Uribe para que la imponga en una Constituyente en la cual se instaure de una vez por todas la Hegemonía de la U para la salvación nacional. ¡Vamos de frente a acabar con esta institucionalidad comunista! Nosotros no tenemos Barreras, salvo Roy, que además es una talanquera para detener en el 2014 al comandante Angelino o al camarada Vargas Lleras.

Pero esta semana tengo varios temas, graneaditos e incisivos, como los colmillos del ilustre José Obdulio, un hombre Franco y Primo de Rivera, a quien el tahúr Santos echara del Mindefensa en aciaga hora.

Magistral, parnásica la columna de mi maestro de ética Fernando Londoño Hoyos en El Tiempo, en la cual prueba que Jorge Noguera –como lo habíamos dicho en coro nosotros los pilares del Estado de Opinión– sí es un buen muchacho. Allí verifica de manera técnica y ética desde las insondables profundidades de su magno saber, que Noguera jamás cometió delito alguno y mucho menos mandó a matar al militante de la FAR Alfredo Correa de Andreis. A ese Comandante de frente lo mataron sus propios compañeros o alguien del Polo.

Tiene razón mi mentor Londoño al demostrar que no son las instituciones las que matan sino los individuos. Si lo mandó a matar el Das, ¿por qué carajos inculpan a Noguera que no era sino el director de esa Institución? “El Das no mató a Correa”, dice el gran maestro. Eso hubiera sido linchamiento y sólo le pegaron unos discretos tiritos. Los crímenes los cometen los individuos y no veo a Noguera ponerse en la necesidad de dispararle a Correa, cuando en la nómina tenia gentes de alto profesionalismo como Jorge 40.

Sí, cada cual con sus cositas, es decir, con sus autorías. Lo único que no me gusta de la columna del gran pedagogo es que haga referencias a los nazis y al Juicio de Núremberg. Su excelencia: no les demos ideas a la Corte Suprema y sus esbirros ni a la de la Haya, porque son capaces de todo…

Y de otro lado, miren ustedes los contrastes y lo excesivamente permisivo que es Roberto Pombo en El Tiempo. Aparece simultáneamente una maloliente columna del tal Oscar Collazos, un mesticito dizque escritor a quien conocí en el barrio de La Macarena cuando peroraba a favor de la izquierda todas las noches en un bar de hippies y de adictos llamado “La teja Corrida”. ¿Cómo se atreve este tipejo que vive empeloto en Cartagena donde debería estar pescando en la Ciénaga de la Virgen, a insinuar que su Santidad Álvaro Uribe no recibió o no leyó las cartas que le envió el leninista Correa de Andreis desde la cárcel, donde lo teníamos para que si se moría hubiera causas? Cartas en las cuales dizque le pedía que lo salvara de la cárcel y le salvara la vida.

Pues no. No es oficio del Presidente leer epístolas de subversivos que una vez los ponemos libres generalmente se mandan a matar para inculparnos a nosotros. Son unos bárbaros entrenados por los islamistas para suicidarse con tal de desacreditar a esta histórica generación de los buenos muchachos de un país en el que los héroes sí existen. Y que no ponga en duda el sátiro Collazos la fe católica de su Santidad Uribe, que no es falsa, que es positiva.

El abismo intelectual y literario que hay entre Fernando Londoño y Oscar Collazos es el mismo que hay entre Jorge Robledo Ortiz (gran poeta de la raza paisa) y un hampón comunista como León de Greiff.

Pero pasemos esta página. No me parece sensato ningún acuerdo con obreros que protestan, que hacen chacota y que tienen prácticas guerrilleras para obtener sus desproporcionadas peticiones. Hablo del caso de la gaminería proletaria empleada de Pacific Rubiales en los Llanos, a quien no hay que darle nada distinto a ponerla a sudar petróleo y que se ganen lo que la empresa crea conveniente. A este paso, arreglando con esos desechables de la USO se nos van a aculillar las multinacionales del petróleo y del carbón, que tan enormes beneficios le dan a este país desagradecido y mendicante.

Eso deben ser vainas del Angelino, ¡ese salchichón cervecero con ideología de tienda de barriada! A esa gente hay que mantenerla tercerizada, en las cooperativas donde se les puede pagar apenas para que traguen. ¡Qué más! Y de repetirse en otros puntos del país, me parece que la tibia solución de reprimirlos con los graciosos chicos del Esmad, debe darle paso a echarles encima la Fudra, las Fuerzas Especiales o un Comando Conjunto Entero, para darles trato de terroristas que es lo que son. Si quieren revuelta y jodita, ¡pues bala señores!

Con esa gente no se puede hablar, ni concertar, ni dialogar. Hay que andarles durito, no va y sea que se riegue el combustible de sus desmedidas peticiones por el país y se nos vare la locomotora principal, esa que permite sacar todo del subsuelo para que ganen los hermanos norteamericanos y el local empresariado asociado.

Propongo que la compañía multinacional Pacific Rubiales se deje de metáforas y se cambie el nombre a “Violent Rubiales” para justamente llamar las cosas por su nombre. ¡Qué lindo me quedó el calambur, ala!

Caramba, nadie entiende al muy prestante senador Juan Manuel Corzo. Lo tergiversan y malinterpretan. El dice que la plata no le alcanza para tanquear el carro del Senado que le dan y yo sí sé por qué: desde que los terroristas del ELN secuestraron el avión en que iba en 1999, el doctor Corzo no le jala al transporte aéreo. Por eso la gasolina le sale tan cara ¿O es que no es costoso tres viajes por semana ida y regreso a ver el feudo en Cúcuta? Echen lápiz y verán.

Acabo de terminar el memorial como apoderado del exsenador Juan Carlos Martínez para que me lo dejen salir en tiempo de elecciones de la cárcel de Barranquilla. De nada sirve que lo visiten en su mazmorra –a dónde lo envió la prevaricadora Corte Suprema– la considerable procesión de sus candidatos a centenares de cargos de elección popular, si no puede ir a verificar sobre el terreno sus inversiones. Solicito se le garantice el derecho a hacer empresa, a generar empleo, a consolidar un emporio económico en bien del pueblo. Suficiente que lo acusen de narco y de para, a él, un hombre cuyo único delito es salir del fango. Le pediré al tribunal un permiso de salida para Martínez Sierra de al menos tres años para que pueda empatar estas elecciones de octubre con las de Congreso en el 2014. Y me ofrezco como garante: que me dejen preso en el pabellón de alta seguridad de La Picota mientras tanto. Ahí tengo a la mayoría de mis clientes, todos hermanos en la causa del uribismo.

Y lo que faltaba: ¿Cómo se les ocurre, sicarios de la Corte Suprema llamar a juicio a la también exsenadora uribista Nancy Patricia Gutiérrez dizque por recibir información del DAS sobre Piedad Córdoba? Sólo de verle la carita a Nancy se le ve la inocencia. Una chica que pudo haber sido Miss Colombia no puede ser delincuente ni tener relaciones con los hermanos de las autodefensas de Cundinamarca. Valerie sólo hay una.

A este paso, con una justicia que se encarniza contra nosotros los de los tres huevitos, nos va a tocar tomar las armas… que nunca dejamos.

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