El día que el Jamming Festival cambió la vida de Alejandro

Mar, 03/03/2020 - 07:33
Kienyke.com habló con el creador del festival de reggae más grande de Colombia.

A tan solo unos días de la novena edición del Jamming Festival, Kienyke.com habló con Alejandro Casallas, creador del evento y empresario colombiano que desde su profesión como odontólogo logró materializar el sueño de llevar la cultura del “One Love” a un espacio acorde a sus gustos musicales y sentido social.

Pero no podemos hablar de Jamming Festival sin primero nombrar a Casa Babylon, un sitio emblemático ubicado en la localidad de Chapinero, en Bogotá, y que desde hace 15 años ha reunido cientos de personas con un propósito: gozar y vivir al ritmo del reggae.

Aquel lugar, en el que apenas cabían 100 personas, fue creciendo con el paso de los años. El pequeño bar se estaba convirtiendo en uno de los lugares favoritos de los bogotanos y donde disfrutaban una buena noche al son de las bandas emergentes del momento.

Alerta Kamarada, Chocquibtown, entre otras, fueron las bandas que desde el inicio acompañaron la idea de un espacio único para los amantes de los ritmos jamaiquinos.

Un aniversario que marcó la historia

En el año 2012, luego de llevar aquellos conciertos a tarimas más grandes, Alejandro soñó con hacer un evento que prometería atraer más gente de la habitual. Así, junto a su equipo de trabajo, logró que en el séptimo aniversario de Casa Babylon, por primera vez en Colombia, estuviera el gran Damian Marley.

Para Alejandro “ese evento, marcó un antes y un después en la historia de Casa Babylon”, y no es para menos, el evento fue tan multitudinario que aquel día sintió la necesidad de hacer algo mucho más grande, al aire libre y donde las personas se deleitaran escuchando a sus artistas favoritos.

Primeros años del Jamming Festival

La Sabana de Bogotá fue el lugar escogido para las primeras ediciones. Con una asistencia de casi cuatro mil personas, el primer festival abrió sus puertas a un público que demostró verdadera pasión por la cultura.

Fue así como años después el Jamming Festival pasó por las tarimas del Parque Deportivo 222, luego a Green Forest y desde hace tres años, al municipio de Ricaurte, en Cundinamarca.

Así, logró que el evento reuniera en un solo lugar componentes académicos, culturales, ambientales y sociales, además, incorporar otros géneros amigos como el hip-hop, el ska y recientemente el rock, pues “las letras dejan un mensaje de igualdad, un mensaje de solidaridad y de no ser indiferente ante las miles de situaciones injustas que hay en el país”, aseguró Alejandro.

“Es importante que la gente entienda un poco la música que escucha, el mensaje que trasciende y eso es lo que hace que el Festival tenga una magia distinta. No es un evento normal que pasó y ya, sino que genera en la gente un sentido de pertenencia. La gente quiere mucho al Festival”, indicó.

Artistas que son familia

Para Alejandro siempre ha sido importante mantener una buena relación con los artistas, es por eso que el Jamming Festival le ha permitido crear un vínculo más cercano con quienes también son sus bandas favoritas, entre las cuales están los Auténticos Decadentes, Los Cafres, Morodo y Cultura Profética. Cuenta que “son de esas bandas que uno llama para desear feliz año, en los cumpleaños, etc, entonces es más que una relación de empresario y músico. Realmente es una familia”.

Pero si hay un artista que ha marcado su vida desde niño ha sido Manu Chao, ex vocalista de Mano Negra, y a quien le ha seguido los pasos durante años llevando un mensaje social en todo el país. Por esa razón, Alejandro tiene un lugar especial para su artista favorito en Casa Babylon.

Alejandro Casallas Manu Chao

En una especie de altar, Alejandro le rinde homenaje a quien considera su ídolo y amigo, allí reposa uno de sus ukuleles, acetatos, portadas de discos y fotos de eventos en los han compartido juntos.

De aquella admiración nació una gran amistad, sin embargo, nunca ha sido posible acordar una fecha para que “Chao” esté en un Jamming, pues según cuenta Alejandro, “él vive viajando de país en país, no le gusta agendarse con un año de anticipación sino de una semana para otra, por eso ha sido tan difícil llevarlo”.

Más que un evento, una labor social

Alejandro Casallas Jamming festival 2020

El Jamming Festival no se reduce a dos días de concierto, durante todo un año el equipo de trabajo, literalmente, se pone la camiseta para realizar labores sociales que como bien dice Casallas: “Debe haber una coherencia entre lo que transmite la música y lo que se hace, que no solo se quede en la fiesta, sino que vaya más allá”.

Actualmente son más de dos mil personas las que trabajan con él, desde la producción técnica, logística, creativa y áreas de bienestar. Por eso considera que el precio de cada boleta tiene un valor significativo que permite disfrutar de más de 50 bandas en vivo y de las atracciones, pero también, le da la oportunidad de trabajar a muchas personas.

“He tenido la oportunidad de ver personas que ahorran en todo el año, rompen acá sus alcancías para comprar la entrada y creo que es por eso que tengo la filosofía de no regalar entradas, porque el festival se ha convertido en un compromiso de la gente”, aseguró.

Por ese motivo, meses previos al evento, el equipo del Jamming Festival realiza jornadas de donaciones de útiles escolares, de regalos navideños y ahora, realizará una donación para la construcción de viviendas a personas vulnerables en el municipio de Ricaurte.

“Nos encanta apoyar a las personas a medida de lo que podamos, hemos apoyado organizaciones que trabajan con animalitos abandonados en la calle y personas de la tercera edad”, detalló el empresario.

También aseguró, que además de hacer sonreír a la gente al ver a sus artistas favoritos en vivo, “también es genial hacer sonreír a los niños, a los abuelitos y a esas familias que el festival ha ayudado durante todos estos años”.

Por eso, Alejandro y su equipo apoyan a comunidades de la región con campañas de reciclaje el cual al final es convertido en compost, un abono orgánico para sembrar árboles. De esta manera, el equipo Jamming invita, después de cada festival, a sembrar un árbol para “cuidar a nuestra madre tierra, que como muchas de esas canciones que escuchamos dicen, debemos proteger el medio ambiente, cuidar el agua y todas las cosas que en contaminación generamos nosotros”, expresó.

Un concierto que evoca toda una generación

Artistas Casa Babylon

Este 2020 el festival logrará reunir bandas predilectas de los 80’s y los 90’s, aquellas que marcaron una generación y que hoy en día siguen siendo importantes para muchas personas en el mundo.

Los Prisioneros, Caifanes, Ska-P, La Mosca, Orishas, entre muchas más, serán las encargadas de recargar de música a los más de 40 mil asistentes este próximo 21 y 22 de marzo en Ricaurte, Cundinamarca. A esta edición llegarán más de 1000 personas de México, quienes también tendrán la oportunidad de conocer los lugares más distintivos de la capital colombiana.

“Realmente es un cartel único y a la gente de otros países les agradecemos muchísimo porque hacen un esfuerzo grandísimo en venir. Tenemos toda la producción, y la gente de nuestro país para atenderlos y que disfruten de un fin de semana inolvidable”, manifestó Casallas.

Con todo esto, es evidente el eco que ha logrado el Jamming en Latinoamérica, por eso, al preguntarle a Alejandro sobre la posibilidad de llevar el festival a otro país, sonrió y respondió que México sería una muy buena opción.

Ahora, para los fanáticos de este evento, solo queda esperar el paso de los días para estar cerca de aquellos artistas que desde niños escuchan y para Alejandro, seguir trabajando en el sueño que alguna vez decidió convertir en una realidad.

 

Historia escrita por: Bibiana Riascos Castillo

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