Visiblemente limitado en su función física, pero mentalmente lúcido, el vicepresidente Angelino Garzón se presentó a la cabina de Caracol Radio para defender su posición de no practicarse un examen médico para establecer si está o no en condiciones de reemplazar al presidente Santos.
Garzón dijo que se había negado al examen médico porque éste no tenía un soporte legal. Asimismo fue hábil al anunciar que en estos momentos el presidente Santos está dirigiendo el país desde la clínica, donde se recupera de una intervención quirúrgica, y que por esa razón no había lugar a que él lo reemplazara.
“Yo lo he comprobado ayer que lo fui a visitar, el presidente está recuperado y fortalecido en su salud. Mi labor es defender que él está despachando desde la habitación donde está y donde esté es el presidente de los colombianos y colombianas, es el presidente de Colombia”, indicó el alto funcionario.
El vicepresidente respondió todas las preguntas y tuvo una discusión al aire con el senador Roy Barreras.
Garzón no anda solo. Lo acompaña siempre su hija, Ángela, quien le susurra al oído para recordarle datos o darle algún consejo. A la entrevista llegó con sus escoltas y acompañado por un médico o enfermero uniformado que está pendiente de cualquier requerimiento.
Vestido con una sudadera de la Selección Colombia (pues iba a un chequeo y así se siente más cómodo), sin bastón, tomando tinto y reconociendo a sus entrevistadores perfectamente (a todos los llamó por su nombre y a Érika Fontalvo le preguntó por la nacionalidad de su hijo, que es de padre colombiano), aceptó comunicación telefónica con Roy Barreras, a quien le reiteró que lo recibiera en Plenaria del Senado. Barreras insistió en el examen y Angelino se mantuvo en su posición. Terco, pero lúcido. Y muy lúcido.
El vicepresidente respondió todas las preguntas y tuvo una discusión al aire con el senador Roy Barreras.
Garzón no anda solo. Lo acompaña siempre su hija, Ángela, quien le susurra al oído para recordarle datos o darle algún consejo. A la entrevista llegó con sus escoltas y acompañado por un médico o enfermero uniformado que está pendiente de cualquier requerimiento.
Vestido con una sudadera de la Selección Colombia (pues iba a un chequeo y así se siente más cómodo), sin bastón, tomando tinto y reconociendo a sus entrevistadores perfectamente (a todos los llamó por su nombre y a Érika Fontalvo le preguntó por la nacionalidad de su hijo, que es de padre colombiano), aceptó comunicación telefónica con Roy Barreras, a quien le reiteró que lo recibiera en Plenaria del Senado. Barreras insistió en el examen y Angelino se mantuvo en su posición. Terco, pero lúcido. Y muy lúcido.
