Un partido amistoso entre intelectuales

Dom, 27/01/2013 - 08:15
Graderías llenas en el Teatro Alfonso Mejía. Los dos protagonistas del encuentro: Eduardo Sacheri, argentino, 46 años, escritor exitoso de temas de fútb

Graderías llenas en el Teatro Alfonso Mejía. Los dos protagonistas del encuentro: Eduardo Sacheri, argentino, 46 años, escritor exitoso de temas de fútbol, con más cara de arquero que de literato, hincha de Independiente. En el costado izquierdo del campo, Daniel Titinger, peruano en los treinta y pico, escritory cronista dedicado al periodismo deportivo, también hincha de Independiente. En el centro, el colombiano Daniel Samper Ospina, director de Soho y confeso apasionado del mismo deporte. Y en las tribunas una sola hinchada. Espectadores que no esperaban goles, dispuestos a disfrutar todas las jugadas y aplaudir los mejores tiros.

El tema: fútbol y literatura. Ese deporte que, por ser muscular, ha sido mirado con desdén por muchos intelectuales. Borges, por ejemplo, lo consideraba “una cosa estúpida de los ingleses; un deporte estéticamente feo”. Para demostrar su desprecio, el escritor argentino organizó una conferencia a la misma hora en que se jugaba la final del Mundial de Fútbol de 1978,  encuentro que tenía lugar en el mismo Buenos Aires con la selección Argentina como finalista y futura campeona. Sacheri le sale al paso  a su compatriota casi-Nobel con un argumento político: “el fútbol se juega con las extremidades más inhábiles, los pies; solo el arquero puede emplear sus manos. Y eso lo convierte en un deporte muy democrático en cuanto a que nos iguala en nuestra torpeza”. Daniel Samper, Eduardo Sacheri, Daniel Titinger Daniel Samper, Daniel Titinger y Eduardo Sacheri Pero también hay autores que reivindican el fútbol. Es el caso de Albert Camus -primero arquero profesional y luego Premio Nobel de Literatura, tras pasar por la filosofía, la novela y el ensayo- quien aseguraba que fue en el fútbol en donde adquirió todos sus conocimientos de moral. En Latinoamérica fue el uruguayo-argentino Horacio Quiroga el primer autor en tomar el fútbol como tema con su cuento “Suicidio en la Cancha”, publicado en 1920. Luego lo hicieron Pablo Neruda con su poema “Los Jugadores” y, en los años 50, Mario Benedetti en su cuento “Puntero Izquierdo”. A partir de esas obras, el fútbol se convirtió en tema literario para varios autores. Pero fue en los años 80 que los argentinos Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa hicieron del fútbol un subgénero literario. “Los argentinos le pusieron letra al fútbol”, dice el peruano Titinger a manera de homenaje. Sacheri agrega que el inicio de la actual corriente que explota literariamente ese deporte se originó cuando el fútbol profesional comenzó a alejarse del fútbol de barrio: “Y si a veces desembarco en el terreno de los grandes estadios, lo hago no hablando sobre los que juegan sino sobre esos grandes protagonistas que son los hinchas”. ¿Pero qué viene primero: la afición al fútbol o la vocación literaria?  Titinger confiesa que, de niño, cuando iba al estadio miraba el espectáculo al revés; más que el partido, miraba la gente. “Ahora entiendo por qué lo hacía”, dice. “Porque los gestos, los cánticos, los gritos no solo son parte importante del fútbol sino quizás son lo más importante: lo que tiene que decir la gente”. Sacheri coincide en que lo primero son las personas. Al escribir sobre la gente, especialmente en Argentina, muy pronto se llega al fútbol: “El fútbol es una vida en pequeña escala para vivirlo todo: el nacimiento, la muerte, el dolor, la tragedia, el amor, el afecto, la pasión, la esperanza”. Agrega que la literatura futbolera nace de dos de los grandes sentimientos que puede albergar una persona: el fracaso y la tristeza. Para apoyar este concepto, Titinger saca a relucir una cita de su compatriota Julio Ramón Ribeyro: “Quien no conoce de las tristezas deportivas no conoce nada de la tristeza”. En un tiro libre, Titinger pone en duda la existencia de una literatura  futbolera: “No creo que los libros de fútbol sean realmente sobre fútbol. Digamos que ese es el tema base, una excusa… Sobre fútbol se ha escrito muchísimo, pero al mismo tiempo poquísimo porque es solo el punto de partida para hablar de otras historias”.  “De todas formas el fútbol es un deporte raro e impredecible, en el cual puede no pasar nada. En un partido puede suceder un montón de cosas que no terminan en nada, en otros deportes no”, acota Sacheri. Albert Camus En su juventud, el escritor Albert Camus fue arquero. Años más tarde ganaría el Nobel de literatura. Literatura, sí. Fútbol, no necesariamente. Historias humanas, siempre. Y estas fueron las recomendaciones del lado argentino y del campo peruano para tener el placer se saber más sobre este sub-genero:  “El Puntero Izquierdo” de Mario Benedetti. “El Penal más Largo del Mundo”, de Soriano, en el cual retrata brillantemente la melancolía de su Patagonia natal, una zona difícil y poco poblada donde los vientos y las malas condiciones de los campos de juego hacen que la práctica del fútbol sea difícil. Relata la angustia de un arquero que tiene que esperar una semana para que le pateen un penal.  “La Observación de los Pájaros” de Roberto Fontanarrosa, un escritor que sabía retratar la pasión de los hinchas de un modo espectacular. El cuento narra las cavilaciones por fuera del estadio de un aficionado alrededor de un clásico que disputa el equipo de sus amores. En cuanto al periodismo narrativo, Titinger destaca al español Santiago Segurola y agrega que, a su juicio, los técnicos argentinos tienen un espacio dentro de este género: “Cuando hablan, parece que estuvieran contando un cuento: Valdano, Bielsa, Menotti, Bilardo… realmente es un placer escucharlos hablar”. Aunque empatado, el encuentro Sacheri-Titinger finalizó con noticia del fútbol para el cine: El estreno, el próximo 20 de junio, de “Metegol” (nombre que dan en Argentina al “futbolín” colombiano), una película en la cual participó Sacheri al lado de del director argentino Juan José Campanella, basada en un cuento de Fontanarrosa. La película es una producción netamente argentina realizada en dibujos animados, en 3D.
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