Celulares hechos con sangre

Sáb, 20/07/2013 - 01:01
LG, Samsung y Sony tienen mucho por hacer para limpiar su conciencia. Literalmente la sangre es materia prima de los móviles. Digamos que inicialmente se necesita el Coltán, pero la extracción de e
LG, Samsung y Sony tienen mucho por hacer para limpiar su conciencia. Literalmente la sangre es materia prima de los móviles. Digamos que inicialmente se necesita el Coltán, pero la extracción de ese mineral tiene un elevado costo de vidas gracias a la guerra que se libra por su control. Algunas de las grandes compañías de celulares son cómplices. Ya suficiente se ha tocado el tema del Coltán. Famoso desde hace unos años por ser centro de polémica mundial, por la gravísima situación del Congo y más recientemente por algunos yacimientos del codiciado mineral en tierras colombianas. Los temas científicos son lo de menos, sabemos que la palabra Coltán es la abreviación de columbita-tantalita (columbio-tantalio), o como quieran llamarlo ya es suficiente de ciencia. Lo más importante del tema es la cantidad de muertos que se requieren para la construcción de un teléfono celular, una tablet, o un Nintendo. La tecnología se ha convertido en una especie de mercado de piedras preciosas. Como los diamantes, que valen más por la cantidad de sangre que llevan encima, que por lo pulido de la piedra. Así lo retrató en 2010 el director danés Frank Piasecki Poulsen con su documental Blood in the Mobile (Sangre en el Móvil), premiado en distintos festivales y que revela el complicado entramado de la vida social de un país sumergido en la guerra civil gracias a ese mineral. A nosotros nos importa poco. No nos importa el Catatumbo, que hace parte de nuestro país, menos nos va a importar el Congo que está a miles de kilómetros de distancia. Pero la sangre de muchos congoleses es la que nos permite comunicarnos, jugar, descargar aplicaciones, ver videos y subir los más superfluos estados en Facebook. No se trata de sentirse culpable todo el tiempo. Todos usamos teléfonos inteligentes, tenemos televisores plasma y usamos varios aparatos que necesitan de ese mineral para funcionar. No se trata de sentirnos genocidas, renunciar a la tecnología y huir a los montes para escapar de nuestra conciencia. Pero como consumidores podemos pedir a las grandes compañías de la tecnología que modifiquen sus cadenas de abastecimiento, que hagan compras legales, que no busquen el mineral por el camino fácil, sino el que proviene de proveedores con procesos sostenibles, que respetan la naturaleza y no explotan al ser humano. Recientemente la ONG Raise Hope for Congo (Más Esperanza para el Congo), publicó un listado que revela la actitud de las empresas frente a los “minerales en conflicto” (llamados así porque parte de sus ganancias terminan financiando guerras) entre los que se destacan el Coltán, el Wolframio y el Oro. Esta clasificación de compañías ofrece un panorama bastante claro sobre la importancia que las empresas le dan al tema. En los primeros lugares del ranking (en orden descendente) sobresalen Intel, HP, Phillips, Scandisk y AMD. Casi todas relacionadas con la fabricación de computadores y procesadores. ¿Dónde aparecen las compañías que hacen celulares? En un tímido sexto lugar aparece RIM, la fabricante de BlackBerry y en el noveno lugar Apple. Sólo dos de las compañías de celulares entre las 10 primeras. ¿Por qué es tan importante que las empresas que fabrican móviles tomen un compromiso más serio? Porque se comercializan más teléfonos inteligentes que computadores portátiles, o televisores plasma. En los puestos 11 y 12 aparecen Motorola y Nokia. Todas estas empresas, desde el primer lugar hasta el decimotercero (en donde figura Panasonic) han mejorado sus procesos de selección de proveedores y han tomado acciones desde distintos frentes para garantizar que sus materias primas provienen de proyectos sustentables, respetuosos de la naturaleza y con el ser humano. Más atrás están IBM, LG, Samsung, Sony, Toshiba y Lenovo que están entre los puestos 14 y 19. No son los últimos, pero ocupan un vergonzoso lugar. Porque han mejorado sus “políticas” pero no han tomado acciones concretas. Pregonan por un lado y por otro que han implementado rígidas normas de contratación que aún no toman efecto. Esto quiere decir que los LG Optimus, toda la familia de los Galaxy y los Sony Ericsson necesitan de unos cuantos litros de sangre más que los demás para producirse. No presentan informes claros, ni datos, ni cifras. Sólo afirman su compromiso sin actuar, como los policías de barrio. Y sí, así de serio es el tema. Lo que sucede es que a las grandes corporaciones casi nadie las demanda por patrocinar genocidios directa o indirectamente. Si yo compro un celular que pertenecía a una persona asesinada, se lo compro al asesino y guardo silencio… ¿No soy cómplice? Eso aplica para esas compañías. Saben quiénes manejan esas mafias, saben que están explotando mujeres y niños en condiciones indignas y les siguen comprando simplemente porque sale más barato y nadie los puede demandar. Aunque realmente no es que nadie pueda, sino que nadie quiere. La razón es muy simple. Los procesos contra las grandes multinacionales jamás prosperan. Su poder es mucho más grande que el de cualquier legislación. gente hablando por celular, celulares, kienyke Siguiendo con esta clasificación de compañías, en los lugares del 20 al 24, sin mayores esfuerzos y sin inmutarse por la situación están Canon, Nikon, Sharp, HTC y Nintendo. HTC es una de las compañías más grandes de fabricación de celulares en Estados Unidos, sus aparatos son los más vendidos después de los IPhone y los Samsung Galaxy. Es decir, a estas empresas no les importa en lo más mínimo la situación humanitaria del África y los tiene sin cuidado la presión de las ONGs. Nuestros niños juegan con las consolas de Nintendo (que tiene el último lugar calificada con un 0) que otros niños en otro continente han ayudado a fabricar pasando por tenebrosos días de hambre, frío, angustia y violencia. Mientras ellos sufren por sus duras condiciones, nosotros jugamos sin percatarnos de lo que hay detrás. Y yo que estaba antojado de un Wii… Obviamente si estuviéramos pendientes de todo lo que hay detrás de cada gran corporación, realmente no podríamos hacer nada. No podríamos beber una gaseosa tranquilamente, no podríamos comer en ciertos grandes restaurantes, no podríamos vestir la ropa que nos gusta. Hay cosas que no podemos hacer, como vigilar a las grandes empresas para que hagan negocios correctos. Pero si podemos actuar como consumidores exigiendo más compromiso. En el sitio web http://www.unwatchable.cc/thefilm/?petition podemos firmar una petición para que las empresas de móviles tomen acciones concretas. Tienen un video bastante fuerte (http://www.youtube.com/watch?v=fIePzz_CEuQ), en el que el tema pasa de los móviles libres de sangre, a los móviles libres de violación. La violación es una táctica que se usa para atemorizar poblaciones enteras y tomar el control de zonas de reserva de Coltán. Hay mucho que pensar y mucho por hacer. Pero con acciones pequeñas entre todos podemos generar cambios. Más información: http://www.raisehopeforcongo.org/content/conflict-minerals-company-rankings http://www.enoughproject.org/files/CorporateRankings2012.pdf
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