España fue el país que primero y mejor abordó el problema del consumo masivo de estupefacientes por parte de un sector de su población, hecho que es casi desconocido por los propios españoles hoy en día. Este precedente histórico resulta interesante a la luz de la revisión pública sobre las políticas de lucha contra el consumo de drogas hecha esta semana por una treintena de personalidades, entre quienes se encuentran dos presidentes en ejercicio, Juan Manuel Santos de Colombia y Otto Pérez Molina de Guatemala; además de los expresidentes, Clinton, Carter, Cardoso, Gaviria y Zedillo. Los firmantes de este reclamo global reconocen el fracaso de cincuenta años de guerra contra las drogas y aseguran que en este tiempo el uso de estupefacientes “ha aumentado, su suministro es más barato, más puro y más accesible que nunca”. Paradójico que este informe se haya firmado y distribuido desde Londres cuando fue Inglaterra, mediante la introducción de opio en China, el país que abrió el melón del consumo de droga que envenenó a la población china y, consecuentemente como veremos más adelante, dio origen al primer problema de drogadicción que más tarde tuvo que enfrentar el gobierno norteamericano.
Estamos en la primera mitad del siglo XIX. La India es una colonia de explotación inglesa administrada por la Compañía de las Indias Orientales y al noreste de la India hay extensos cultivos de amapola, materia prima del opio. Los barcos de la Compañía surcan los mares de Sur de la China y el Índico, cargados, entre otros productos, con té, sedas y porcelanas apreciadísimos en Inglaterra pero cuya adquisición desequilibra notablemente la balanza de pagos por la sangría de lingotes de plata que llega a China a cambio de tales bienes. Descubren los ingleses entonces la panacea del opio que introducen en China desde sus dominios en India y el consumo masivo de tal estupefaciente obliga al emperador chino a intentar un bloqueo de la entrada de opio. Vano intento porque nada puede hacer contra la poderosa flota inglesa que, en nombre de la sacrosanta libertad de comercio, gana varias batallas, obliga a la apertura de cinco puertos chinos y de paso se queda con la isla de Hong Kong.
China es un imperio en decadencia, faltan relativamente pocos años para que el milenario sistema de gobierno de los emperadores caiga y deje paso a la república. Las convulsiones políticas del gigante asiático, unidas a una serie de calamidades como sequías e inundaciones, empujan a la población costera a una de las grandes diásporas que a lo largo de los siglos han protagonizado los chinos. Buena parte de esa emigración llega a Filipinas, colonia española que se encuentra con unos recién llegados apegados al consumo de opio desde hace varias generaciones. De modo que el gobierno español de aquellas lejanas islas del Pacífico enfrenta el problema administrando el monopolio gubernamental sobre el estupefaciente. El opio se negocia bajo contrato con los comerciantes, los cuales pagan impuestos sobre las ventas a los chinos, único grupo étnico autorizado para comprarlo. Este sistema se mantiene durante medio siglo. Cuando el control español desaparece súbitamente, las importaciones de opio incrementan. ¿Qué ha pasado?
España es también un imperio en decadencia y una potencia emergente asoma la cabeza en Extremo Oriente: Estados Unidos. El ánimo expansionista norteamericano ha despojado a España, en 1898, de Cuba y Puerto Rico en el Caribe y, acto seguido, de Guam y Filipinas en Oriente. El presidente Theodore Roosevelt quiere participar en el festín que en aquella región del mundo tienen Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania y Japón. Liberan, pues, los norteamericanos a los filipinos del “yugo español” y éstos, que lucharon junto a los yankees para echar a los españoles esperando independizarse, se encuentran con que Roosevelt les explica que las islas aún no están listas para autogobernarse, asume el control de Filipinas y con él el problema del consumo de opio por parte de una minoría de población chino-filipina. Ahí tienen, pues, los norteamericanos el primer gran problema de consumo de drogas masivo en una parte de su población, pero no perdamos de vista el origen del problema: la codicia de Gran Bretaña que llevó el consumo de opio masivo a los chinos.
En 1902 viaja a Manila el primer obispo episcopal de Filipinas, Charles Henry Brent, junto con el gobernador civil nombrado por Washington, William Howard Taf. El reverendo Brent, que proviene de una parroquia pobre de Boston, asume sus funciones de misionero, instituyendo escuelas y hospitales, además de ejercer de guía espiritual y guardián de la moral para la Comisión Filipina, responsable de la administración de las islas. Su contacto con la población lo convierte en el líder internacional del movimiento contra el opio. Así se prohíbe su consumo y lo demás es historia conocida. Ya sabemos las consecuencias de la prohibición. En febrero de 1909 se reunió la Comisión del Opio de Shanghái, con la destacada participación del obispo Brent, que fue muy parecida a todas las reuniones que se celebran en nuestros días para tratar el problema del consumo de drogas. En ella Estados Unidos impuso como ejemplo para las demás naciones su estricta legislación doméstica y de aquellas lluvias estos lodos.
Cuando uno viaja hoy en día a Hong Kong y ve el logo empresarial de uno de los grandes conglomerados financieros de la ciudad, Jardine Matheson, propietario de aseguradoras, inmobiliarias, empresas de transporte, hostelería etc., no puede menos que pensar en la mezcla de hipocresía, ceguera y doblez de los políticos que a lo largo de los siglos han manejado la llamada “la lucha contra el consumo de drogas”. El logo de dicha compañía es un bulbo de amapola que nadie identifica como tal y del casi nadie conoce su significado. Jardine Matheson, socio fundador de la otrora poderosa Compañía de las Indias Orientales, fue la primera y principal introductora de opio en China. ¿Alguien lo sabe hoy, o lo recuerda, o le importa, o se detiene a pensar en ello?
Otrosí. Reportaje de una hora distribuido con la carta que se menciona arriba: http://www.breakingthetaboo.info/view_documentary.htm
Consumo legal de droga, un precedente histórico
Mar, 11/12/2012 - 15:34
España fue el país que primero y mejor abordó el problema del consumo masivo de estupefacientes por parte de un sector de su población, hecho que es casi desconocido por los propios españoles hoy
