De nuestros ridículos y siempre exigentes estándares de belleza

Lun, 30/03/2015 - 12:11
Hace poco tuve la oportunidad de entrevistar a Tess Holliday, la modelo "plus size" más importante de la actualidad. Con su campaña #effyourbeautystandards, ella empoderó a miles de mujeres que se
Hace poco tuve la oportunidad de entrevistar a Tess Holliday, la modelo "plus size" más importante de la actualidad. Con su campaña #effyourbeautystandards, ella empoderó a miles de mujeres que se sentían mal con su cuerpo y que vieron en sus 120 kilos una posibilidad de ver su cuerpo de otra manera. Por supuesto, con los elogios hacia ella también vinieron los comentarios despectivos, sobre todo por parte de los hombres: "yo prefiero a las "gorditas", pero ¿a esa, que parece la versión en niña del muñeco Michelín?" o "No la tocaría ni con un palo". Lo irónico es que estas palabras no provenían de hombres que precisamente eran modelos de Calvin Klein. De hecho, estaban lejos de serlo y reflejaban un fenómeno totalmente abrumador: a pesar de los movimientos de aceptación hacia los diversos modelos de belleza, somos y seguiremos siendo más restrictivos, brutales e irrespetuosos hacia la diferencia. En Internet vale no ser perfecto, pero en la vida real una talla de dos cifras para una mujer significa ser atacada en la calle por hombres probablemente mucho menos bellos que ella, que solo la juzgarán por el tamaño de sus caderas o su busto. Y que por solo eso caerá en alguna de sus obtusas categorías. ¿Por qué los hombres, que no son precisamente Adonis griegos  son los primeros en juzgar brutalmente a las mujeres? ¿Por qué ellos son los que arruinan con algún comentario a una mujer que miró más allá de sus defectos evidentes y que quería interactuar con ellos a pesar de todo? ¿Por qué son precisamente ellas quienes tengan que recibir desde su infancia comentarios que lleguen a incidir en la percepción de sí mismas? Y peor aún: ¿por qué las mujeres tenemos que estar en la permanente búsqueda de la belleza para satisfacer hombres que aún nos temen? Paradójicamente, luego de siglos en que nos "escogían" por dote o por belleza, ahora que lo hacemos nosotras se indignan y nos tratan de "superficiales". Pero hay que ser justos: los hombres que se salen del estándar de "macho alfa" también son completamente apartados. El estereotipo del vendedor de cómics de Los Simpson es uno de los tantos que aparece a la vista. "Virgen perdedor" o "nerdo perdedor" son algunos de los epítetos. Cuando un hombre de estos  tiene éxito con una mujer bella, si no tiene el poder o encanto de un Tony Stark irremediablemente será considerado un fenómeno de circo. Por eso no creo en las campañas de tolerancia hacia la diversidad. Muy a pesar de que Tess haya tenido éxito en la vida 2.0, en la vida real a alguien como ella la seguirán atacando por la calle. Y cada vez que exprese una opinión, su físico será lo primero que salga a relucir, mostrando que en Internet las cosas han avanzado dos siglos, pero que fuera de la pantalla seguimos precisamente como si nada hubiese cambiado. @LuxAndLan
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