En el infierno de una Cámara... de Comercio

Hace años me enamoré de ese medio que es el arte y creé  una Corporación con la cual me aburría bastante…. Me la pasaba de festival en festival... tomando Biche en el Pacífico, Bailando Fandango en San Pelayo, o  viendo una joropera en Acacias ¡Qué pereza! Sin embargo, por cambios de la vida decidimos cerrar la Corporación…  en cinco años pasé del Festival a la oficina ¡Delicioso! Pero me di cuenta de que las oficinas ejercen en mí un extraño entumecimiento… y  finalmente, decidí volver a abrir la Corporación… Yo pensé: “¡la abrimos y ya!”… ¡Qué ingenua! porque pareciera que todo está pensado para hacer más difícil la vida del pobre emprendedor… por ejemplo, diga usted que va reabrir o formalizar su empresa y alguien dijo entonces “¡Háganse las Cámaras de Comercio!”…. Llevo más de 5 meses tratando de abrir la Corporación y haciendo una modificación de estatutos y el panorama es el siguiente: Usted llega con sus papeles a la Cámara de Comercio y lo recibe un abogado, que siempre encuentra errores, le reescribe literalmente lo que se supone usted debe corregir, usted se va para su casa, hace lo que dijo el abogado, vuelve a la Cámara de Comercio y el nuevo abogado que lo recibe, le dice que todo está mal y que le toca volverlo a hacer… y así, puede usted ir diez veces a la Cámara, y las diez veces los abogados se van a contradecir entre sí. Como si fuera poco, cuando usted finalmente logra radicar, resulta que las diez veces que pasó por los abogados no sirvieron para nada, porque los estatutos, la coma, el sujeto, el predicado estaban mal, y la Cámara le devuelve los papeles con los múltiples errores y le pide que le aclare cambios que no existen, (yo no sé entonces, para qué carajos la Cámara lo hace a usted pasar diez veces por los abogados que “corrigen” si al final, la respuesta es la misma: Vuelva y hágalo). Y eso sí ¡pague mijo! entre más supuestas modificaciones a los estatutos tenga usted, más plata tiene que pagar, y los abogados de la Cámara están mirando donde puso la coma diferente para ver como lo esquilman de la forma más amable… ¡Es hasta descarado ya! Tengo amigos que han intentado crear, por ejemplo, cooperativas y una cosa es lo que dice la ley y otra lo que dice el abogado de la Cámara de Comercio… ese man le saca normas a usted de debajo de la manga como si fuera un mago… y después usted se da cuenta de que esas normas no existen y el abogado aquel lo mete en un lío con su ente de control porque lo hizo todo mal. En serio, me pregunto, si en este país realmente están interesados en promover el emprendimiento, porque después de veinte veces de usted ir a visitar esos abogados, prefiere seguir en la informalidad. A estas alturas, después de todo lo que me ha pasado creo que las Cámaras se están convirtiendo en un cuello de botella que dificulta la creación de empresa, cuando se supone que su papel es facilitar… Ojalá alguien en el gobierno le preste atención al tema, mientras yo sigo,  de pura desocupada, visitando esos abogados de la Cámara de Comercio… @weneardi