Eyyy… Usted!!! Antisemita!!!

En estos días, meses, años, hemos repetido las imágenes dantescas que hablan del poderío del David de Israel contra un indefenso y muy diezmado Goliat. Una historia criminal repetida tantas veces, que en vez de convertirse según el enunciado de Goebbels en una verdad. Es una historia repetida que sigue siendo una mentira pues no logra transformarse en la verdad de lo que en realidad esconde. Un genocidio. Sabemos que la historia la construyen los poderosos y en este caso el poderoso, es quien torciendo la historia a su favor sigue vendiéndose como aquel  pastorcillo mentiroso de la mítica honda que derrotó a un gigante. Que con una impresionante capacidad transformativa posa  y pasa del siempre débil, para revertir su debilidad en la convocatoria al uso de la honda, siempre en defensa propia. Es así que desde 1948 este pastorcillo se ha encolumnado en fortalecer sus defensas y hoy en día es catalogado como el 4º o décimo o centésimo ejército más poderoso del mundo, con la capacidad de entrenar incluso a mercenarios y ejércitos con mentalidad colonial con el fin de que sus clientes aprehendan a manejar la honda.  Y a repetir y reproducir su negocio. Que es la guerra. Sin embargo lo que ocurre en Gaza no es ninguna Guerra. Insisto, es un Genocidio. Ya llegaré a este punto. Aunque las lecturas que nos venden  los medios dominantes es la de una guerra sin cuartel, donde como en toda guerra hay víctimas fatales. Lo extraño es que las víctimas son siempre del lado no Israelita del mapa. Raro mapa por cierto que sin ser cartógrafo, sorprende como es el único territorio en el mundo que ha variado tantas veces en poco más de medio siglo. Pero de eso poco se habla en los medios y de allí que el soporte social no lo sepa o no lo entienda o no le importe, pero del cual tampoco se estudia, porqué en los manuales de historia en la secundaria, enseñan a los chicos que hubo un solo genocidio en los tiempos recientes de lo que llaman humanidad. (A esta altura de la lectura, ya habré sido tildado o señalado de Antisemita. Razón por la cual y haciendo mi derecho a réplica, he de decir que hasta el momento mi crítica y fundamento se ha limitado a hablar en contra del Estado de Israel y no del pueblo Judío. Haciendo la aclaración, ergo criticar a Israel no es ser antisemita, pues ser Palestino, es también ser semita). Retomando sobre la débil Israel que debe soportar la inclemencia de las piedras arrojadas del otro lado del muro. Y de los misiles y cohetes, y demás arsenal proveniente de Gaza o de lo que queda de la llamada Palestina. Es siempre necesario recordar y reconocer en las profundidades y causalidades de este conflicto. Que se está hablando de una ocupación que por más bíblica que haya sido la herencia de esas tierras, no implica que en ese retorno bíblico y milenario tenga un Estado, que representa a su vez a un pueblo histórico; tener que matar a quien “ocupa” estas tierras desde que fueron desterrados. Esta es una delgada línea histórica y de sucesiones que no alcanza para este análisis. Pero que implica romper con el absurdo de la autodefensa, para señalar que en la ocupación a ese otro semita que es el árabe-musulmán denominado Palestino, tenga que soportar la inclemencia del poderoso. Y no hablo únicamente por las toneladas de bombas y ametrallamientos de las últimas horas y de siempre. Habló también del asesinato de personas que no pueden acceder a sus suministros más elementales, como lo son la comida y el agua. Quiere decir, que mientras los pocos ojos del mundo que atentos a lo que ocurre en medio oriente, escriben y denuncian cuando hay un ataque por parte del Estado de Israel. Se olvidan que cuando no se dan estas arremetidas, hay un pueblo permanentemente castigado. Sometido. Y por supuesto diariamente arrinconado. Donde no solamente se lo mata con balas, sino también con hambre. Es un pueblo al que no solamente le han robado sus tierras sino lo que esas tierras poseen y contienen, entre otras, importantes suministros de agua. Que para esa región y para la humanidad, constituyen el oro por el cual se justifica este genocidio. Hablar de genocidio. Es hablar de un judío maravilloso, Raphael Lemkin. Un polaco quien alertó y animó a la comunidad internacional a tipificar como delito el derecho de gentes (delita juris gentium), delitos que suprimen la órbita de lo inter y supra Estatal y que implican como delito el perjuicio en primer lugar, de una colectividad, o al intento de destrucción total o parcial de un grupo nacional, étnico, racial, religioso o político. De esta forma Lemkin, contribuyó desde su obra a que esta categoría se considere como un delito del derecho internacional y a que se establezca como convención a partir de 1948 en la prevención y sanción del delito de genocidio a partir de la experiencia del holocausto judío durante la segunda guerra mundial, por parte del ejército de ocupación Nazi. Y que entra además en vigor en la jurisprudencia reciente en 2002 a partir de su inclusión en el estatuto de Roma y de la Corte Penal Internacional (CPI). Con esta convención y a partir de los antecedentes que se vienen sucediendo en la franja de Gaza y en lo que queda del territorio Palestino, se amplía la gama de delitos que se vienen sucediendo en el perjuicio de un grupo nacional y que denostan las prácticas de guerra y las prácticas económico-sociales que se suman a las que se vienen cometiendo contra el pueblo Palestino desde hace décadas, de allí la posibilidad de que desde los tribunales expedidos para la protección de la humanidad, se catalogue al Estado de Israel y a los perpetradores materiales de este genocidio, para que sean juzgados como corresponde. De ante mano, la historia de los pueblos, aunque no así la de las cortes hipócritas que las dirigen, ya los está condenando. Explicarlo de esta forma, no implica una petición de venganza, sino de justicia. En el plano más irrestricto de la convención humana. Porque el mayor argumento que se puede aplicar es el de la defensa de un pueblo inerme, independientemente que en el desarrollo del conflicto, miembros de ese pueblo tengan que hacer también uso legítimo de la defensa ante el genocidio que se desarrolla. Esta es una llamada de alerta, para que quienes lean y compartan, entiendan que hay herramientas y mecanismos internacionales para parar ésta barbarie. No basta con condenar los ataques militares cada vez que estos se sucedan, es necesario también condenar el asedio que se hace a los suministros de agua, de alimentos, medicina y transporte. Pues este además, es el asedio de un pueblo a vivir en libertad y bajo los principios básicos de la vida humana. Solo basta para que usted lo entienda, que se  asuma en el papel del Otro y que desde ahí, ese Otro sea usted. No importa si en ese camino de denuncias, de hacer visible la cara del genocida, te griten: Eyyy… Usted!! Antisemita!!! Pues ese será siempre el escudo de defensa con el cuál un Estado terrorista, como el de Israel argumentará su defensa, siempre con el poderío criminal de sus corporaciones con las que compra el silencio y la mentira. Que son las mismas con las que engañan, escondiendo en esta sentencia, la persecución a un pueblo, el judío. Mientras que quienes alimentan el genocidio, cuentan con las complicidades escondidas en la industria mediática y en los Estados responsables con sostener ese velo de silencio e impunidad, este crimen contra la humanidad. Siempre con el propósito de callar y silenciar no solo la vida de un pueblo sometido, sino de los hombres que allende de estas fronteras, les abrazamos y nos solidarizamos con su causa. Libertad para Palestina. Juicio y Castigo a los culpables del Genocidio Israelí.