-Este es un país de traidores. Colombia es un círculo vicioso –dijo Alcides persignándose y mirando al cielo.
- ¿Por qué dices eso? –pregunto Beto rascándose la entrepierna, que le picaba como si estuviera en el infierno.
- Fíjate: Santos es un traidor. Llegó al poder gracias al prestigio de su antecesor, que tenia casi el 80% de aceptación. Ahora gobierna con su propio libreto, a pesar de haber ganado con la agenda de Uribe.
Alcides se metió a la boca una menta y con buen aliento prosiguió con su diatriba:
- Si Alvaro tenía el 80% de aprobación, ¿donde están hoy esos colombianos? La gente debería estar emberracada al ver desfilar antes sus ojos la traición de Santos. Pero nada…
- Es que la gente cambió de opinión. Los únicos que no cambian son los idiotas- comentó Beto haciéndose el pendejo-. Lo tonto era pensar que Santos sería un clon de Uribe. A mí me gusta la Ley de Victimas y Restitución de Tierras, por ejemplo. ¿Qué me dicen de la intervención de Santos en la Dirección Nacional de Estupefacientes? Uribe debió quedar estupefacto… Esas traiciones son lealtad con el país.
- A Santos le están dando de su propia medicina. Repito, este es un país de traidores. Colombia es un círculo vicioso.
- No te capto. Explícame el cuento, Alcides.
- El Vicepresidente está traicionando al pobre Juan Manuel.
- Ahhh, entiendo. ¿Por aquello de que cuestionó la nueva metodología que establece la frontera entre pobres y no vaciados en un ingreso mensual de 190 mil miserables pesos?
- Por eso y más. El “Vicedisidente”, como le dicen, no opina dentro del gobierno, sino que el muy “pantallero” lo hace frente a las cámaras y micrófonos, olvidando que sus puntos de vista deben estar supeditados a los del Presidente. Santos ya le dijo que si sigue mamando gallo, que se vaya para otro gallinero. Lo peor: no hay forma de “cancelarle” el contrato al Vice. No es empleado del gobierno. Y dice que fue elegido por 9 millones de votos, como si todos fueran de él.
- ¿Pero acaso no se le había dado la Vicepresidencia precisamente para eso, para joder en nombre de los pobres? ¿No dizque Angelino era la manera de “meterle pueblo” al gobierno de Santos. ¿Querían un representante de la pobrecía pobre de palabras?
- Si, hombre. Pero es que se le está yendo la mano. Garzón tiene su propia agenda, tiene su propio movimiento político. Está en campaña 2014-2018. Francamente nunca estuve de acuerdo con la fórmula Santos-Garzón: matrimonio entre elefante y hormiga. El uno juega bridge; el otro, cinco huecos. En el fondo, la institución de la vicepresidencia está mal diseñada.
- Juan Manuel es un duro. Logró lo que ni los comunistas, ni la UP, ni el Polo han conseguido: llevar a la vicepresidencia de la República a un izquierdo-mamerto. Juan Manuel es un duro: la oposición hace parte del gobierno; la perfecta Unidad Nacional. ¿O me van a decir que todo es una farsa?
- ¿Quién te dijo que Angelino es de izquierda?- dijo Casimiro, el tercer contertulio de esta historia-. Angelino hace rato traicionó a la izquierda y al sindicalismo. Estoy de acuerdo con Alcides: este país es de traidores.
- A ver Casimiro, explícanos lo de la traición de Angelino- expresó Beto bostezando.
- Hace poco leí que Angelino empezó como todo un varón de izquierda: fue líder sindical, miembro del partido Comunista y luego vicepresidente de la exterminada Unión Patriótica, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores y en 1991, constituyente por el M-19. Hasta ahí, perfecto: una evolución normal. Después vino la torcida.
- ¿La torcida? -preguntó Beto mostrando la laringe y parte del esófago.
- Sí, Andrés Pastrana lo nombró Ministro del Trabajo. Y dicen que trabajó muy bien, pero para los de “arriba”. Luego Angelino fue elegido gobernador del Valle. Para ese momento había dejado de ser ateo y anticlerical. Era ya un fervoroso católico. En 2007, Angelino se convirtió al uribismo, la religión nacional por ese entonces.
- ¿Cómo así? – volvió a preguntarle Beto a Casimiro.
- Uribe lo nombró negociador del TLC ante los gringos para convencerlos de que en Colombia las violaciones de los derechos humanos a los trabajadores habían disminuido y que por lo tanto, el tratado debía firmarse.
-No jodás, ¿verdad? Y pensar que el jesuita Javier Giraldo no ha parado de denunciar las violaciones de los derechos humanos…
- Tienes razón, Beto. Pero la cosa no para ahí. En el 2009 Uribe nombró a Garzón como representante de Colombia ante la Organización Internacional del Trabajo. Para, entre otras vainas, defender el “nombre” del país frente a las denuncias de los trabajadores ante esa organización.
Casimiro hizo una pausa. Respiró profundo y soltó esta bocanada de palabras:
-Es lo que yo digo, Angelino es “sindicalista de barriga con ideología de cuchara”, un apasionado gourmet: cambio todo por un plato de lentejas y lentejuelas. El overol por el smoking. Es un camaleón caza-puestos, la versión masculina de Nohemí.
- No fregués, dejá tus concepciones puristas –dijo con energía Beto-. Es el libre desarrollo de la personalidad. Si uno no tuviera derecho a cambiar y madurar, entonces yo sería bombero, que era lo que yo deseaba ser cuando niño. Y me seguiría orinando en la cama…
- Angelino traicionó al sindicalismo- sentenció Casimiro.
-Como les dije, este es un país de traidores – dijo con energía Alcides-. Colombia es un círculo vicioso.
- ¿Y por qué lo dices con tanta rabia, Alcides? –le preguntó con curiosidad Beto.
- Es un secreto que les voy a contar. Mi mujer me traicionó con un sindicalista. Es cierto que no nos entendíamos en la cama, pero sí en la política. Ambos votamos por Uribe para el primer periodo, pero ella se torció cuando vino la reelección. Votó por otro, la tránsfuga. Y ahora, la muy canina, se botó a los brazos de un sindicalista barrigón, tomador de cerveza y fumador. Todo un “círculo” vicioso, el gordo señor.
