Camino por el sendero que conduce a sociedades que aceptan que transiten mujeres putamente libres. Soy tejedora de una nueva realidad para la Colombiana. Mi revolución es mi propio cuerpo. Compartir con las mujeres desde la vida intensa a diario me convence de lo efímero de las derrotas.
Hago mías las palabras de Annelies Marie Frank Hollander, conocida en español como Ana Frank, mujer a quien admiro a distancia y también le ofrezco mis más sentidas excusas por no haberle leído a plenitud aún.
"-Recuerde sr. Quien sea, soy una dama.
-Eres la niña más irritante. ¿Porqué no te portas bien? ¿Porqué siempre presumes? Deja que te de un consejo, a los hombres no les gusta eso en una chica. Un hombre quiere una chica que lo escuche, que cocine y que limpie.
-Antes me cortaría el cuello. Me abriría las venas. Seré alguien importante."
Película el diario de Anna frank.
Existen personas cercanas que después de tanto tiempo caminando a mi lado aún no logran comprender cual es la bandera que levanto todos los días de mi vida. Preguntan por las razones como si fuera poca razón mi vida y la vida de todas las mujeres que por voluntad aceptan mi verdad como suya. Por eso hoy decidí nuevamente invertir tiempo en explicar que quiero.
Quiero un país (un planeta) donde princesas o no, todas podamos vivir putamente libres, libres de miedos. Quiero una sociedad que entienda que la palabra prostituta no define a la "peor mujer de la tierra" que comprendan que el diccionario dice que puta y prostituta son dos palabras con el mismo significado: Mujer que vende sexo y que cobrar por sexo no es peor ni mejor que cobrar la educación, la salud, la diversión, la comida y la vida, porque el derecho a una vida se paga comprando desde la crema dental hasta impuestos.
Quiero sociedades donde la abogada y la puta sean vistas como mujeres libres igual de dignas porque la dignidad de la mujer no depende de lo que haga o deje de hacer con su vagina que comprendan que las mujeres todas putas o no somos igualmente respetables.
Una sociedad que entienda que la palabra puta no es una ofensa, no es un motivo o explicación para violentar el cuerpo de las mujeres. Una sociedad que entienda que una mujer no es puta por decidir tener sexo y no es santa por decidir mantenerse célibe y que puta o no, cuando una mujer dice que no a una invitación sexual, siempre No significa: No.
Una sociedad donde todas las mujeres putas y no putas, si somos víctimas de violencia afirmen que: La victima nunca es culpable.
Yo no quiero ser princesa. No quiero ser una dama, no quiero que se considere que por eso no soy digna, yo quiero ser libre y si ser puta es sinónimo de la palabra libre, entonces yo me asumo como la más puta de todas las mujeres.
Yo quiero beber si se me da la gana, bailar como se me dé la gana aún cuando no se bailar, bailar con o sin ropa, trasbocar si lo preciso y que nadie me joda la vida por lo que hago o dejo de hacer, que nadie se crea con derecho de considerarse mejor persona porque su moralina le dicta que las decisiones que tomo sobre mi existencia sin cometer delito ni dañar a alguien, me convierten en inaceptable.
Quiero darme el permiso de andar como, donde y cuando quiera vestida como me parezca y si por alguna razón de esas que nadie comprende o sin razón alguna quisiera andar por ahí sin ropa quiero mantenerme respetable como siempre. Respetable con o sin ropa porque mi cuerpo es mío y yo decido como y cuando mostrarlo.
Quiero que nadie me exija que encaje en algún modelito de existencia como patrón a seguir y que como "pecadora arrepentida" regrese al "buen camino" y deje" los malos pasos" por no querer ser eso que denominan "normal" y no desear aplicar para eso que tanto desean; una " mujer idónea" para complacer a todo un sistema socio-cultural y religio-político antes que a mis propios deseos.
Quiero un mundo donde yo y cada mujer sea respetable por ser ella misma sin más ni menos y no por ser princesa, dama, idónea o cualquier apelativo de "perfección".
Quiero que las princesas se sientan libres de hacer sus propias versiones de princesas porque yo no tengo nada en contra de las princesas siempre y cuando no sea un mandamiento o ley que yo me convierta en una. Quiero sentirme tan libre que incluso si se me da la gana pueda ser una "puta princesa".
Quiero un mundo donde PUTA Y DAMA no sean términos excluyentes si no que podamos querer, ser una PUTA MUY DAMA o una DAMA BIEN PUTA. Quiero un planeta donde tengamos presente las palabras de Sor Juana Ines de la Cruz:
¿Que es peor, la que peca por la paga o EL QUE PAGA POR PECAR? Palabras dichas entre mediados y finales de 1.600, cuestionamiento que en pleno siglo XXI sigue siendo vigente. Quiero que todas seamos putamente libres. Yo alabo al universo porque cada vez somos menos las princesas y más las mujeres libres.
(Mar candela-la mujer. Ideóloga feminismo artesanal)
