(…) Prefiero una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila Marta Zambrano
(…) Las ideas vienen en parejas y se contradicen, su oposición es el motor principal de la reflexión Jean Paul Sartre
Ante la avalancha de escritos y lecturas sobre la instalación de la mesa de diálogos de paz en Oslo, donde el análisis de esa avalancha de lecturas de opinión determinó las mas airadas opiniones, (la gran mayoría de ellas destinadas a hacer una lectura desde la ideología del Estado y casi ninguna, desentrañando el discurso guerrillero). Y en un país, donde hacer este ejercicio de opinar desde otras veredas es tan complejo, además de peligroso, debido a las pasiones que nos mueven y que señalan con el dedo, de la misma forma como se señalaría con una mira telescópica. Es así, que había preferido no hacer ninguna referencia al respecto de la rueda de prensa que abrió estos diálogos una semana atrás. Sin embargo como bien dije, las pasiones nos mueven y en ocasiones nos conmueven y fue así como en su momento, me anime a hacer en mi pagina facebook un breve comentario sobre la opinión que me merecía dicha jornada en Oslo; sin embargo esta es la hora que los comentarios ante ese muy breve comentario aún hacen mella. Así que motivado por esas pasiones, decidí sumarme a esta avalancha de lecturas, donde la opinionología solo contribuirá a eso, a reflejar una mera opinión. Señalaba en ese comentario del Jueves 18 de Octubre (fecha en que se realizó la mencionada rueda de prensa), que me parecía: “Notable el discurso de las FARC-EP, diciendo cosas vitales como el uso de la tierra y del territorio, así como el tema de la explotación minera. Gústenos o no, son temas importantes que ellos le proponen a la sociedad Colombiana para que se discutan públicamente, así el gobierno insista en que no serán parte actual de la Agenda. Si no sabemos hacer una lectura de estos diálogos es muy poco lo que podremos avanzar en esta apuesta. De allí que más allá del resultado de este proceso, es necesario saber que la agenda se hace colectiva cuando estos discursos se hacen públicos, reclamando así, legitimidad en el contexto global de los Colombianos para poder en definitiva hablar seriamente de "Paz". Agregaba además con relación a este comentario y a partir de las palabras de uno de los interlocutores de esta rueda de prensa cuando: “Ricardo Téllez de las FARC, advierte de que están "dispuestos a dejar las armas, ya que las consideran obsoletas, si hay un nuevo ambiente en el país." Añadía éste: “Es claro que la solución al conflicto no pasa únicamente por el silencio de los fusiles, ni por la desmovilización de los insurgentes”. De allí que concluía en mi comentario, que: Es necesario abocar a las causas del conflicto, poniendo en escena pública y colectiva, el modelo de país que conduzca a la paz y que evidentemente habrá de solucionarse por vías no siempre electorales, mas sí, a través de la discusión en el contexto de toda la sociedad. Pero para eso, será necesario que surjan medios de comunicación capaces y que le apuesten a brindar este dialogo abierto. De aquí, otra apuesta a la sociedad, construir medios alternativos que se abran paso para avanzar en el marco de una paz, que nunca más espero, sea la paz de los sepulcros. Celebro esta nueva etapa...espero de Tod@s!!!” Y recordaba un artículo anterior en estas mismas páginas, titulado: Oportunidad Paz…ajera: Retos para construir un nuevo Estado, en el que interactuaba sobre la importancia de asumir el reto de conocer nuestra historia para de esa misma forma permitirnos reconstruir no solo un nuevo modelo de Estado, sino también una nueva historia. Hacerlo implicaría que pensemos entonces en cambiar las estructuras del Estado que nos han llevado a esta situación de conflicto, cambio que garantizará la tan anhelada justicia social, sin hablar ni siquiera con esto de que lleguemos a la tan anhelada paz, porque este concepto reitero ha sido tan ambiguo, que preferiría pensar en que solo cambiando el Estado, cambiaría también la estructura social, corrupta y amnésica que ha consolidado durante años la ideología de este Estado cuyas producciones y reproducciones crearon la violencia, y no hablo, solo de la violencia armada, sino la de las representaciones culturales que nos aquejan en la cotidianidad de la escuela o de la calle. Es elemental pensarlo, pero porque nos anquilosamos en quedarnos en que la solución de este conflicto se supera únicamente con el silenciamiento de los fusiles, cuando las causas que lo crearon aún existirían, si estas estructuras sociales no cambian? Es importante resaltar entonces desde esta perspectiva, que la importancia de estos diálogos se fundamenta además en la posibilidad de valorar el discurso que presentaron las FARC en la mencionada rueda de prensa, sin desconocer por ello la condena social y colectiva que carga este grupo por la dinámica misma que implica la guerra; pero esta condena social no amerita condenar el inicio de este nueva etapa para abrazar la continuidad de la guerra y del conflicto, ya que soy de los “escépticos” que aún se inclinan por la solución política y negociada a este HISTÓRICO conflicto. Y que las FARC (mas allá de lo hipócrita que sea su discurso- parte de la discusión generada en el foro del portal social, se había encaminado en llevarla en este sentido-) planteen políticas (que si se analizan mas allá de las pasiones que suelen mover a los colombianos), entenderíamos que éstas podrían contribuir a pensarnos otras formas de entender la dinámica que debería cumplir el Estado, sin siquiera apostar a que estas alternativas y propuestas políticas se den en el marco de un eventual proceso electoral como sugiere Humberto de la Calle, pues es claro, que los históricos poderes concentrados no lo permitirían. De allí que no por las pasiones que nos dilatan, podríamos hacer oídos sordos a estos planteamientos, solo porque provienen del histórico “enemigo” del Estado y de un interlocutor que por esa misma vía ha sido deslegitimado, sus acciones pueden serlo, pero no pienso así de sus ideas, ahora, cuando nadie más a excepción de ellos se plantean en profundidad el tema de la tierra, el territorio y la Mega-minería; (a excepción claro de quienes a diario, padecen dicha problemática como los son los indígenas y los campesinos y que por supuesto, nunca nadie ha atendido...eso también es hipocresía). Ahora, lo que señalo es que la sociedad debería no adoptar su política, pero si su discurso y hacerlo colectivo, porque en definitiva es un interés que nos compete a futuro, hayan o no hayan FARC. Analizar su discurso y apropiar parte de su plataforma política, no debe convertirnos en guerrilleros, no deberíamos tener miedo el acordar en algunas de sus iniciativas. Tendríamos a cambio que profundizar nuestra sensibilidad y desentrañar esos odios a los que algunos nos introducen (medios masivos, por ejemplo) y ser nosotros mismos, propositivos; es decir, de nosotros también depende el éxito, no sé si de los diálogos o de la paz. Pero si, de equilibrar la balanza social y económica, que es de donde se nutre el discurso de la guerrilla. O bien, profundizamos en política social y nos pensamos un modelo de país incluyente, o bien sigamos apostándole indefinidamente a la guerra armada y al conflicto social que nos planteó desde sus orígenes, este Estado republicano, sólo, porque nuestras pasiones nos superan. Un nuevo reto entonces por cumplir.
