Abordó la sociedad civil

Mié, 14/11/2012 - 00:33
Para sorpresa de muchos y enojo de otros, fue aplazada para el próximo 19 de noviembre la instalación formal del inicio de diálogos previsto en La Habana (Cuba) con los voceros autorizados del gobi
Para sorpresa de muchos y enojo de otros, fue aplazada para el próximo 19 de noviembre la instalación formal del inicio de diálogos previsto en La Habana (Cuba) con los voceros autorizados del gobierno y de las Farc. La razón primordial sería determinar en estas próximas horas “los detalles de los mecanismos para la participación ciudadana entre el 15 de noviembre y hasta el 18 del mismo mes”. ¿Quién representará a la sociedad civil? ¿Nos representará a todos o solamente a unos? ¿La voz de las víctimas de la guerra será tenida en cuenta? Estos son algunos interrogantes de ciertos sectores políticos y algunas ONG interesadas en conocer la etapa previa de los diálogos y el desarrollo de los mismos. Es fundamental que en todo proceso de paz sea tenida en cuenta la voz de los ciudadanos. Aunque se demore unas horas más el inicio formal del mismo, cabe señalar que amerita la breve espera para contar sin falta con la participación de la sociedad  civil. Ojalá las partes sean ecuánimes  en la elección de ese sector que representará a millones de colombianos y los valores de la democracia. Pero más allá de la participación de la sociedad civil, el gobierno también debe pedirle a las Farc que respete a la misma, bajo el término de duración de los diálogos. Durante el último mes, ese grupo ilegal aumentó su accionar indiscriminadamente. Solo mirar los fatídicos hechos de violencia del último fin de semana, donde el Bloque Elmer Cárdenas se ensañó con la población civil del Cauca; 24 heridos y dos muertos en Suarez y el Petardo detonado en el Benito Juárez de Popayán. A esto sumemos dos secuestros en La Guajira, y el paro armado en el Chocó que deja a transportadores con pérdidas y vehículos incendiados, sin contar lo que pasa en Caquetá, Huila y Arauca. ¿Hasta cuándo? Ojalá también sean tenidas en cuenta las voces de expertos como los irlandeses que recientemente visitaron a Colombia y se reunieron con el presidente Juan Manuel Santos. Esa comisión internacional de visita planteó un cese al fuego y puso como antecedente el mismo proceso de paz con Irlanda del Norte, en donde las partes acordaron no más actos delictivos y dejamiento de las armas. Ese proceso dejó a la historia la firma del acuerdo del viernes santo, o el acuerdo de Belfast que en 1998 dio por terminada esa cruda violencia del grupo terrorista IRA. Cabe anotar que los acuerdos de ese proceso fueron aprobados por más del 80% de la población en Irlanda, vía Referéndum. Ahora, si las cosas están dadas para iniciar los diálogos, ¿por qué no plantearle a las FARC que la necesidad de cesar los actos criminales es buscar legitimar ese proceso en el entendido de credibilidad y confianza con la sociedad civil y la opinión pública en general? Más allá de lo que se lleve a la mesa, es necesaria la puesta en marcha de varias propuestas que busquen la resocialización y humanización de “la guerrillerada”, esa “mano“ de “obra“ que en los 10 últimos años ha tenido como única alternativa de sustento crear pánico a la sociedad, terror, destrucción y muerte. Entonces, ¿qué hacer con esos cerca de 9 mil hombres? Sería interesante escuchar planteamientos del Congreso y de las partes, sobre la necesidad de resocializar a los combatientes, con cátedra de humanismo y civismo examinar las posibilidades de que hagan parte de una guardia civil no armada, o de un cuerpo de asistencia a la infraestructura, ya que le apuestan a una Colombia moderna. No estaría de más, ni sería malo,  9 mil personas con salarios justos haciendo carreteras y mejorando las que existen. Sígueme en Twitter: @g_rodriguezm
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