De festejar se trata

Sáb, 25/06/2016 - 03:31
La injerencia de las autoridades en la vida de los ciudadanos es cada vez más arbitraria y agresiva.

Sólo hay que ver cómo nos atosigan con restricciones, con la loable intención de preservar l
La injerencia de las autoridades en la vida de los ciudadanos es cada vez más arbitraria y agresiva. Sólo hay que ver cómo nos atosigan con restricciones, con la loable intención de preservar la vida de los ciudadanos, como la forma en que debemos usar el carro, por ejemplo. En este caso, hasta donde las estadísticas lo demuestran, ni se han evitado las muertes que sustentan las medidas ni han disminuido los accidentes, ocasionados más por la estupidez y la arrogancia de los conductores, las malas vías por las que debemos transitar, que por la potencia de los vehículos. Ahora resulta que nos quieren obligar, a propósito del 24 de junio día universal del tamal, a comerlo acompañado con Coca Cola, dizque para preservarnos de accidentes, como el estallido de una estufa o una pipeta de gas durante la preparación del chocolate acompañante, y minimizar una tragedia de consecuencias incalculables. Resulta que ese afán normativo no es tan social como aparenta ser sino económico. Es de billete. El evento lo patrocina la multinacional y esa es razón suficiente para ir en contravía de la cultura gastronómica de la región. Destruyen y anulan la tradición inmiscuyéndose en la sagrada voluntad de decisión de los ciudadanos estableciendo por decreto algo que ha de ser del fuero íntimo de cada uno o del conglomerado social y no de un rebuzno legal. Uno puede comer tamal como le dé la gana, pero la tradición (eso que muchos dicen preservar pero que destruyen con más facilidad de lo que piensan) nos indica que no sólo existe una preparación sino una costumbre de consumir lo preparado. De origen amerindio, junto al maíz, tamal significa “envuelto”. Ya era descrito en el siglo XVII por Fray Bernardino de Sahagún en su “Historia General de las cosas de Nueva Granada”. ¿Alguien recuerda los versos de Juan José Botero “Esponjado tamal yo te saludo / salve mil veces oloroso envuelto / bienvenido si traes en tu vientre / dos grandes presas y un carnudo hueso”. Son de su poema “A un tamal”. O el bambuco “Los cucaracheros”, del compositor Jorge Añez, interpretado por Garzón y Collazos, que en un aparte dice: “El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate / no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate”. No olvidar tampoco que el tamal fue denominado Símbolo Cultural de Colombia en un concurso público en el 2006. La tradición no se puede borrar por ambiciones ni por caprichos, mucho menos por decreto. Yo me comeré el tamal con un chocolate humeante, queso y unas buenas achiras opitas. Espero que no me metan a la cárcel por hacerlo. De festejar la tradición se trata. Felices fiestas.
Más KienyKe
El abogado español representó a la familia de Edwin Arrieta en el juicio contra Daniel Sancho en Tailandia por el presunto asesinato del cirujano colombiano, para discutir la compensación solicitada al acusado.
El alcalde de Bogotá enfatizó en la importancia de evaluar el momento adecuado para implementar medidas que aseguren una mayor eficiencia en el sistema de movilidad.
En el municipio de San Diego, departamento caribeño del Cesar, las autoridades detuvieron a 13 miembros del Clan del Golfo, la principal banda criminal del país.
Estado de Colombia protestó contra EE. UU. por mencionar el caso de Nicolás Petro Burgos en un informe de derechos humanos.