Del Alzheimer y El Catatumbo

El Alzheimer definido de una manera simplificada, es una enfermedad cerebral que causa problemas a la memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse, es el morir de los seres terrenales que rodeamos a quien la padece, es el morir en su verdadero olvido. Siendo esto así, no podría dejar de comparar el centralismo excesivo de este gobierno y, decir que se asemeja a este mal, pero auto infligido; olvida el existir de algunas regiones e ignora su existencia hasta que un evento súbito de violencia le recuerda que allí están. Es tan precaria su cercanía a las regiones, que La Guajira donde todos los meses mueren los niños de hambre, queda por allá y Valledupar de donde soy oriundo, es aquel sitio donde cada año celebran el Festival Vallenato y donde sólo van a hacer política y a “gorrearse” las parrandas; sitio lejano, donde nada le costó al Presidente dejar plantado a los máximos exponentes del folclor de esa tierra, por eso bien ganada la espontanea rechifla; de la sierra nevada, únicamente se acuerdan cuando se posesionan para realizar ritos 'espirituales' y amarrarse piticas en las muñecas. Esta semana el secuestro de Salud Hernández Mora y dos periodistas de RCN, obligó a Santos y a su gobierno a salir del cómodo Alzheimer al que se auto indujo por su 'incansable' búsqueda de la paz o de su obsesión por el Premio Nobel, obligándolo a recordar que existía el Catatumbo y también a entender las consecuencias de abandonar la seguridad democrática y los proyectos de consolidación en esa zona del país. El Catatumbo es una extremadamente bella región que se ubica en Norte de Santander, abarcando la Cordillera Oriental hasta el Lago de Maracaibo. Once municipios lo conforman: Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama, Tibú y por supuesto, la histórica Ocaña donde se realizó la Convención Constituyente de 1828, gestándose allí la dictadura de Bolívar y el enfrentamiento con Santander. Claro, no sólo el poder era disputado en el Catatumbo por Bolívar y Santander. Ambos lucharon por los amores de Nicolasa y Bernardina Ibáñez; turbulencias del corazón que llevaron al libertador a pronunciar la siguiente frase: “En Colombia no habrá paz hasta que mueran Nicolasa y Bernardina Ibáñez”. Pero no todo es ensueño y poesía en esa tierra, suspender fumigaciones con glifosato y abandonar la política de seguridad democrática, trajo como consecuencia el incremento de hectáreas sembradas de Coca, llegando a la cifra record de 30 mil 500 hectáreas en 2016, mientras que en 2010 hubo una reducción a menos de 5 mil.  El casi extinto ELN en el 2010, hoy comanda los grupos ilegales en la zona y es sin duda el mayor productor y comercializador de coca; ‘Megateo’ su jefe, de quien allí mismo se dice que sobrevivió el bombardeo, tenía 6 dobles. Es comparado con Pablo Escobar, provee toneladas de cocaína al llamado ‘cartel de los soles de generales venezolanos’ y a los carteles mexicanos; el tamaño de las transacciones se calcula en más de 500 millones de dólares por año. Aún estos narcoterroristas con semejante renta, reactivaron el secuestro, dizque para terminar de financiarse. Mientras en 2010 se reportaron 0 secuestros, en 2014 hubo 11 y en 2016 ya se suman 5 secuestros (ojo); diferentes al de Salud Hernández y los otros periodistas; hablo de ganaderos, comerciantes, abogados y campesinos, los cuales para llevarlos a cabo se apoyan en bandas urbanas organizadas para capturar las víctimas, pagando comisión por cada una de ellas. Por lo anterior y por la suspensión total del programa de Familias Guardabosques, perdimos 200 mil hectáreas de bosque nativo.  Me preguntaba, ¿por qué suspendió Santos la construcción de la vía Tibú-La Mata contratada por el gobierno anterior y que terminaba con el cuello de botella de la “cola” del Catatumbo? ¿por qué obligó este gobierno a la suspensión de proyectos agroindustriales asociativos, entre pequeños y grandes industriales que abarcaban más de 22 mil 500 hectáreas de palma africana en Tibú? ¿Por qué permite actualmente la estigmatización como paramilitares de aquellas mil 500 familias que sembraron palma con la ilusión de reemplazar los cultivos de coca? ¿por qué?, si hoy según el portal Verdad Abierta “Ningún campesino se queja de los buenos resultados que ha dado la palma que, por las condiciones favorables de la tierra y el clima, creció en un menor tiempo de lo esperado. Sus tierras se valorizaron y la mayoría de los pequeños productores han podido comprar más hectáreas de tierra. Antes de la desmovilización de los paramilitares, una hectárea podía costar no más de 200 mil pesos, hoy cuesta entre 4 y 5 millones”. De haberse mantenido estos programas, el Catatumbo fuese una región prospera, no inundada de coca, ya que tristemente se prefirió ceder al facilismo socialista, promoviendo la creación de zonas de reserva campesinas, que con una extensión de más de 200 mil hectáreas se convertirán en ‘repúblicas independientes’, donde para ser creadas se iniciará la expropiación de todo predio mayor a una Unidad Agrícola Familiar (24 hectáreas), el cual una vez expropiado será pagado al ex propietario a AVALUO CATASTRAL, anulando así la voluntad de inversión privada que proveía progreso. El Catatumbo es hoy lo que son muchas otras zonas del país: tierra de nadie; pero con poderes mágicos capaces de tragarse en sus entrañas, ciudadanos y periodistas que sólo buscaban tratar de entender, para luego mostrarnos los efectos secundarios de una enfermedad que padece el gobierno pero que nos tiene en cuidados intensivos a todos.