Diplomacia atembada

La geografía económica es una de esas áreas que parecen haber pasado a un segundo plano cuando son fundamentales. Situar nuestro sistema económico en un marco espacial es vital para poder identificar y explotar los recursos que tenemos disponibles para salir de la pobreza. Nuestro presidente actual nos recuerda, con frecuencia, que fue alumno de la Escuela Naval Almirante Padilla en Cartagena. Pero es durante su gobierno que menos importancia se le ha dado al mar en un país que vive de espalda a los océanos que bañan sus largas costas. Si Usted le pregunta a un colombiano cuál es el tamaño del País, si fue medio pilo en el colegio, probablemente responda que algo más de un millón de kilómetros cuadrados. La cifra exacta, hasta ayer, es de 1 141 748 km². Se estará olvidando nada más ni nada menos que del otro 46 por ciento, si 46 por ciento del país, que lo constituye su extensión marítima que equivale a 988 000 km². Para resumir y aproximando, este país es mitad tierra y mitad mar y eso que no estamos sumando el espacio, porque Colombia también es la proyección espacial de su territorio físico y marítimo. Pero lo que refleja la respuesta promedio del colombiano es que creemos que el país termina donde empieza el mar. En otras palabras, el mar es para meter los pies cuando vamos a la playa a comer fruta, tomar cerveza y ver mujeres en vestido de baño. Resulta que el mar es vital desde un punto de vista económico. No es sólo una gran cantidad de agua salada. Hay minerales, petróleo, pesca y lo que es más importante, el mar es la autopista del comercio exterior. El 94% de todo lo que importamos y exportamos llega o sale de Colombia por vía marítima. Perder mar es perder futuro. Por ello el fallo de la Corte de la Haya que nos quitó 35 000 km2 de mar es una catástrofe para este país, así muy pocos sean conscientes de ello. Ni el mismo gobierno atembado ha caído en cuenta de la catástrofe que fue nuestra pésima defensa legal. Maduro y Ortega quieren sacarnos del Golfo y limitar nuestra proyección marítima porque entienden la importancia de los océanos. Ellos sí saben la importancia que tiene el mar, y sobre todo ese mar. Colombia, con su desteñida Canciller y su floja diplomacia, está permitiendo que con fallos y decretos, nuestros vecinos nos rapen otro pedazo de la Patria. Triste muy triste. migomahu@hotmail.com