El hombre del Referendo

Hace unos meses le escuché a Paloma Valencia hablar de “resistencia”, palabra que ahora está en boca de muchos. Pasaron las semanas sin nuevos pronunciamientos al respecto hasta que Alfredo Ramos anunció el comienzo de una “resistencia civil” con la recogida de firmas exigiendo la renuncia inmediata de Juan Manuel Santos. Con esto el aire se hizo más denso y presenciamos los primeros pasos que puedan conducirnos de una oposición de bla, bla, bla a una activa. Y tan solo fue cuando Álvaro Uribe hizo un llamado a los colombianos que la resistencia se instaló en el inconsciente colectivo renovando una esperanza que se había venido desvaneciendo. Un llamado a ponernos en la tarea de impedir que el país caiga en manos de las FARC, es decir del Socialismo del Siglo XXI y, para ser claros, del comunismo. Hasta ahí las cosas van por buen camino y ya se ha anunciado que el próximo sábado 4 de junio es el día en que se dará el primer paso con una recogida de firmas… y el camino, de repente, se vuelve pedregoso cuando no tenemos claro qué vamos a firmar. Ayer en la noche asistí a una reunión convocada para tratar ese tema. Ahí pude ver una de las planillas y leer en ella que lo que firmaremos es una adhesión a una proclama y a una demanda de inconstitucionalidad. La planilla tiene escrito en su parte superior lo siguiente: “En ejercicio de los derechos que nos confiere la Constitución Política y en defensa de la misma, nos adherimos a la “PROCLAMA POR LA PAZ QUE QUEREMOS” y a la demanda de inconstitucionalidad del Acto Legislativo para la Paz”. Para quienes quieran enterarse de qué se trata la proclama, les cuento que pueden leerla en el revés de la planilla y, para los más prevenidos, les adelanto que en la parte inferior de las casillas se encuentra un texto de letra tan menuda que les aconsejo una buena lupa para descifrar lo escrito ahí. Hago mención de esto al recordar que ya pasamos por una dura experiencia cuando cinco millones de colombianos firmamos un texto que resultó “mal redactado”, con lo que invalidaron nuestras firmas, lo que abrió la puerta al desastre que hemos vivido desde que Juan Manuel Santos asumió la presidencia de Colombia. No estamos para repetir errores, la cosa es demasiado grave y el tiempo apremia. Cuando se habla de resistencia se evoca irremediablemente la Resistencia Francesa contra la ocupación nazi que no fue cualquier cosa. Esto no es un juego inocente ni una aventura de Boys Scouts. No señores, la cosa es seria. Lo que enfrentaremos es un monstruo de mil cabezas que se ha robustecido en los últimos años y que va tras el poder sin consideración alguna. Por ello la resistencia es algo que debe latir en el interior de cada uno de nosotros y no algo externo. De ahí su fortaleza, unidos somos un volcán porque cada quien lleva en su sangre el magma que lo alimenta. Pongo como un ejemplo de alguien que lleva ese magma interior a Luis Augusto Martínez Uribe quien considera que “lo que está haciendo el Centro Democrático es pura perdedera de tiempo”. Se puso en la tarea y logró que la Registraduría le autorice un formulario para la recolección de firmas exigiendo llevar a votación un Referendo Nacional por la Paz. “Lo primero que hice para poder hacer esto fue convencer a un grupo de personas y eso me costó muchísimo trabajo y tiempo. Aquí en Bogotá no conseguí ni uno y me tocó recurrir a mis amigos en el Socorro, de donde soy originario, y reuní el grupo que conforma el Comité de nueve personas. Como es un Referendo Nacional tuve que radicarlo en Bogotá y me entregaron la planilla la semana pasada. Pensé que pedirían muchas más firmas pero me dijeron que solo se requieren 1.730.000”, cuenta Luis Augusto. ¿Qué lo motivó a hacer el tramite en la Registraduría?, le pregunto y responde: “Ah! Pues la desgracia que estamos viviendo… Yo, con mis setenta y un años, conozco perfectamente la historia de Colombia, se como son los caminos y para donde vamos. Lo vengo diciendo desde hace años, eso no es de ayer.” Los expertos podrán decir si don Luis Augusto está en lo cierto o no. Por mi parte admiro su silenciosa labor y mas cuando, según parece, nos iremos como de paseíto a recoger firmas olvidando que es todo un acto de resistencia.