El país de los abogados y administradores

Por cosas de mi profesión, esta semana terminé participando en un grupo focal sobre la percepción que los medios de comunicación tienen sobre la ciencia y la tecnología en el país. Fue una larga charla, llena de preguntas, revisión de conceptos y también de dardos bien puestos sobre la triste realidad: en Colombia hay pocos científicos y del trabajo de esos pocos no sabemos nada. Hablamos un buen rato de porqué ni Caracol, ni RCN, ni El Tiempo, ni Semana le apuestan a espacios relacionados con el trabajo de los científicos nacionales. Tratamos de comprender por qué razón las universidades son tan malas dando a conocer sus investigaciones y desarrollos tecnológicos (excepto la Universidad Nacional). Finalmente, intentamos encontrar un método eficaz para que las noticias de ciencia y tecnología puedan tener algunos espacios en los grandes medios. Vamos a ver qué pasa. Y es que tal vez sea muy fácil echarle la culpa de todo a la televisión y a internet, pero creo que no está mal indilgar al menos una porción de la responsabilidad sobre ese olvido en que tenemos sumida a la ciencia en nuestro país a los medios de comunicación que, a fin de cuentas, son formadores de opinión. Según las cifras del Ministerio de Educación, Colombia ya es o va camino a convertirse en un país de abogados, economistas, ingenieros, administradores y contadores. De hecho, el 53% de los estudiantes que hoy están viendo clases en alguna universidad lo hacen en carreras relacionadas con las profesiones antes mencionadas: 27% están matriculados en cualquiera de las ramas de la ingeniería y 26% en pregrados ligados al mundo de la administración y los negocios. En cambio, sólo 2% de los jóvenes están estudiando matemáticas, física, química o biología, las llamadas ciencias básicas. ¿Qué pasa? Es evidente: para los adolescentes que salen de los colegios, ser científico no es ni interesante, ni atractivo. ¿Quién quiere pasar la vida encerrado en un laboratorio o en una biblioteca investigando? ¿Quién quiere ganarse un salario de profesor en una universidad? Tristemente eso es lo que nos han vendido los medios de comunicación. Un científico en Colombia vive vaciado y solitario, mientras que ingenieros y administradores son millonarios, con vidas sociales muy activas y repletas de éxito. De hecho, la “Encuesta de percepción de los jóvenes sobre la ciencia, la tecnología y la profesión científica” (2011) revela que para los bachilleres a punto de graduarse la posibilidad de dedicarse a las ciencias es inviable porque 51% considera que las materias científicas son aburridas, 26% cree que es muy difícil conseguir trabajo y 10% cree que como científico es difícil hacerse famoso. Lo sorprendente es que estas cifras aparecen en el marco de una juventud cada día más y más permeada por avances tecnológicos y científicos. Ya no estamos en los tiempos en que el científico debía ser llevado a la hoguera por hereje, al contrario, los jóvenes tienen una valoración altamente positiva sobre los beneficios de la ciencia y tecnología, aunque esto no significa que les interese desempeñarse en ese campo. ¿Y entonces qué hacemos? Es muy difícil pensar en el desarrollo de un país que no le apueste a la ciencia y la tecnología como foco de crecimiento. Y aunque está bien impulsar esa idea de que Colombia es una potencia esencialmente minera y agrícola (como nos lo enseñaban en la clase de Ciencias Sociales del colegio) no debemos ser tan conformistas. La innovación es aquello que hace poderosas a las naciones y esta no nace de la tierra, ni se encuentra bajo las rocas. Se necesita inversión de las universidades, del Estado y de las empresas privadas para impulsar a la ciencia, pero, más allá del dinero, necesitamos medios que empiecen a ver en la ciencia un tema de discusión. Que hablen de ella, que busquen noticias en ella, que entiendan que la crónica roja no construye país, mientras que la ciencia, la tecnología y la innovación, sí. @colombiascopio juanpablocalvas@gmail.com