El regalo griego

Mié, 02/03/2016 - 17:15
Conocí a Juan Manuel Santos a principios de los 80, tuvimos suficiente cercanía para que me invitara a escribir en la pagina editorial de EL TIEMPO. Departimos por años en muchas reuniones sociales
Conocí a Juan Manuel Santos a principios de los 80, tuvimos suficiente cercanía para que me invitara a escribir en la pagina editorial de EL TIEMPO. Departimos por años en muchas reuniones sociales, hablábamos de política, actualidad y banalidades. Ha estado en mi casa y yo en la suya; es alguien sobre quien tengo impresión directa desde hace décadas. Los jóvenes que empezaron a graduarse en universidades desde 2010 no vivieron cuan inviable era Colombia en 2002. El Estado había fallado 45 años en contener al terrorismo; la última derrota fue el naufragio del intento por apaciguar a las FARC negociando en el Caguán. Estábamos presos en las ciudades y la guerrilla dominaba. La elección de Álvaro Uribe fue un impulso de supervivencia, la última opción. Andrés Pastrana, su predecesor, creció en la entraña del poder, decidió empeñarse en la paz, pero entendía que solo contando con una fuerza armada eficaz podría aclimatar lo pactado. Necesitaba capacidad militar disuasiva y concibió el Plan Colombia. El impulso de EE.UU. fue determinante. Uribe encontró esas herramientas para responder al clamor que lo eligió y su determinación en someter a la guerrilla empezó a dar frutos: el ejército recuperó las carreteras, las cifras de secuestros, homicidios y extorsión cayeron. Colombia empezó a ser viable. El resto de la historia es lo que somos hoy. Tras ocho años, el guiño de Uribe fue para su aristocrático y tecnócrata Ministro de Defensa. Colombia ungió a Santos al amparo de la fe en Uribe. Doce años de Seguridad Democrática y el país confió en que era el hombre para culminar la tarea. La elección de Santos fue un signo de victoria sobre el terrorismo, el mandato era puntual y la dirigencia empresarial, la población rural azotada por décadas y la mayoría de los ciudadanos, celebramos la continuidad de la política de seguridad. Era un regalo de cara al porvenir. Entonces ¿cómo terminamos en éste Santos desaforado por aposentar a las FARC en la política arropándoles de total impunidad? Llevo años formulándome el interrogante y por mucho que cotejo estereotipos y los enlazo con el Juan Manuel que conocí, no hallo respuesta que me satisfaga. ¡Nada encaja! juan manuel Santos Sergio Araujo Claudia Blum y belisario GonzalezFoto de 1985 en Casa Familia Araujo en Valledupar: Juan Manuel Santos, Sergio Araujo, Claudia Blum y Belisario Gonzalez. ¿Cómo pudo equivocarse Uribe? ¿Cómo pudo Santos ser tan “versátil” y pasar de insultar frecuentemente a Chávez, a declararse su nuevo mejor amigo? ¿Por qué Chávez digirió la voltereta tan fácilmente? ¿Cómo pudo hipnotizar al presidente archienemigo de la guerrilla y volverse depositario de su confianza? Santos fue a Uribe lo que Caspar Weinberger a Reagan: Determinante en la ofensiva antisubversiva. Decidió mil-millonarias compras militares, hablaba como un Republicano de Texas, era el hombre del establecimiento bogotano y convenció a todo el mundo. ¿En qué momento sucedió su metamorfosis? El giro no tuvo preludio: en el discurso de posesión Santos se anunció como un “Traitor to his class” y los románticos interpretamos que se empeñaría en un gran esfuerzo para cerrar la brecha social; creímos que su gobierno proponía una sociedad más justa y que ello levantaría ampolla entre la oligarquía colombiana de la que ha sido exponente principal. Hace poco, un activista Venezolano, periodista deportivo residente en Miami, bien conectado en Cuba y toda Latinoamerica, difundió un video donde sindica a Juan Manuel Santos de pertenecer al Partido Comunista desde su juventud, e incluso revela que la alta jerarquía cubana le llamaba “Santiago”. Afirma que durante muchos años viajó a La Habana como militante e incluso conocía a Nicolás Maduro desde esas épocas cuando departían en talleres ideológicos del Partido Comunista de Cuba. http://youtu.be/JYc9KXSAyaE ¿Será otra fábula latinoamericana? ¿O será posible que “Santiago” haya sido el arma más sofisticada del comunismo para Colombia? Una organización militar de 60 años, bien financiada, pudo hacer una infiltración así y muchas más. Camilo Torres es un ejemplo de cómo personas de relevancia fueron seleccionadas y reclutadas. ¿Es Juan Manuel un Camilo exitoso? La Odisea de Homero y la Eneida de Virgilio dan cuenta de un episodio cuya silueta histórica se funde entre el mito y la verdad; ambos cronistas enseñan que en la guerra los regalos suelen ser un engaño destructivo, como la ofrenda que entró a Ilión. Un timo bastó a los griegos para vencer a los troyanos en una guerra que tras 10 años de asedio estaba perdida. He repasado en la memoria los 31 años que tengo de conocer a Juan Manuel Santos y nada encaja; todo en su parábola pública es incomprensible ante el presente. Sus actos y palabras antes del 7 de Agosto de 2010 son tan distintas a su norte como gobernante que lo único coherente sería que todo haya sido un plan y Santos sea el perfecto Caballo de Troya del comunismo internacional. Suena delirante, pero ya nos está entregando a las FARC. @sergioaraujoc
Más KienyKe
El presidente pidió que, en medio de un evento en su antiguo colegio, se exhibiera una bandera al grupo guerrillero al que perteneció.
La sentencia contra Álvaro Córdoba fue dictada por un tribunal de la ciudad de Nueva York.
Por medio de un comunicado de prensa la compañía dio un balance de la situación y explicó sus motivaciones.
El fortalecimiento regional y la Colombia del futuro estuvieron en el centro del más reciente encuentro de 'Propósito Colombia ¿Quiénes participaron?
Kien Opina