Resulta oportuno en estos días de estreno de nuevos alcaldes en toda la geografía política y confusa de este país, pasar a sintetizar una serie de mínimas recomendaciones para aquellos que aparecen como pintorescos personajes encantadores de serpientes:
1. Mire fijamente a la culebra, no es un basilisco, no es la medusa ni tampoco es el mítico kraken… le conviene hablar de frente a la ciudadanía y directo a los ojos. El pueblo no es pendejo, él sabe cuando el alcalde tiene la mirada puesta en otros lados.
2. No suene la flauta a menos que sepa que la serpiente aparecerá desde dentro del canasto. La mayoría de los alcaldes hacen escándalos sobre los desastres heredados de sus antecesores y después, ni siquiera muestran una lombriz.
3. Dedíquese un tiempo a estudiar a la serpiente antes de decidirse a volverse encantador de la misma. Procure hacer un buen plan de desarrollo y no de subdesarrollo. No juegue al “planicidio” porque después vendrán enterradores y forenses por usted.
4. Si va a intentar acabar con la serpiente de la pobreza extrema en su municipio, le sugiero algo: no comience por usted y su familia.
5. Me muerde, no me muerde la serpiente, he aquí la cuestión. No convierta a su gobierno en una permanente indecisión digna de Shakespeare. De la comedia a la tragedia no hay sino un acto.
6. Para encantar a la serpiente se necesita talento, cada día más, la serpiente conoce mejor a su “adversario” en el juego. Así ocurre con la ciudadanía local, hoy está mejor preparada para el control social y la vigilancia, por lo tanto, el encantador (el alcalde) debe afinar las técnicas y formarse en un constante aprendizaje sobre lo local. Una tarea obligatoria.
7. No se confunda de serpiente. Aprenda a diferenciarlas. Pueden pasar cuatro años y nunca sabrá a cuál debía encantar. Priorice entre tantos problemas aplazados y seleccione pocos que los pueda atender con los escasos recursos. Encantar muchas serpientes al mismo tiempo sólo le asegura una mordida… y no de las que usted conoce…
8. Si es un encantador de serpientes que se aburre con facilidad y que la mejor manera es cortándole la cabeza, no olvide que estas serpientes son parientes cercanas de la “Hidra de aliento venenoso” y cada vez que usted la cercena, aparece el doble de ellas. La ciudadanía cuando siente que se cierran los espacios, se multiplica para reclamarlos y de qué manera.
9. Encantar serpientes parece un acto solitario e individual. Lo mejor es que contradiga a los maestros y arme un buen equipo de trabajo con gente competente y buena. Déjelos trabajar y punto.
10.Encantador que se duerme… se lo come la serpiente. Recuerde el voto programático y su revocatoria. Las serpientes engullen cuando están hambrientas. La ciudadanía también pide democracia. No es tan tonta como parece.
Coda: Lo bueno es que los pueblos y la ciudadanía saben distinguir entre los alcaldes que tienen a su municipio en la cabeza y los que tienen más pinta de culebreros. Cuando eligen a los primeros lo hacen por convicción y cuando escogen a los segundos, lo hacen por diversión.