Fin del conflicto armado con veedurías: nace otra Colombia

Vie, 24/06/2016 - 02:37
Se ha llegado al histórico cese bilateral del fuego lo que anuncia que estamos ad portas ya de la firma de acuerdos de la Habana que llevarán a la terminación del conflicto armado patrio, y del des
Se ha llegado al histórico cese bilateral del fuego lo que anuncia que estamos ad portas ya de la firma de acuerdos de la Habana que llevarán a la terminación del conflicto armado patrio, y del desangre suicida de una sociedad excluyente que solo pudo resolver en el pasado sus conflictos y diferencias mediante la eliminación del oponente, la extinción del adversario. Tal acuerdo escribirá una página histórica en este devenir fratricida, poniendo término a uno de los conflictos armados más antiguos del planeta, y de paso la dejación de la confrontación armada como arma política del grupo insurgente más antiguo del globo, asi como la finalización del desplazamiento acumulado mayor de globo. Por primera vez esta paz viene acompañada por la comunidad internacional de manera unánime incluido los Estados Unidos, pero también el Vaticano haciendo de esta un anhelo no solo nacional sino una necesidad internacional, de cara al tercer milenio abriendo las puertas a la diversidad y la participación ciudadana decisoria. Veedurías ciudadanas del posacuerdo Incorporar las veedurías ciudadanas en el seguimiento del posacuerdo es poner en marcha y cumplir con un compromiso de los acuerdos de la Habana sobre la agenda política. Mucho se ha hablado del papel de las veedurías internacionales en el proceso de paz en curso, pero poco y nada de las veedurías nacionales, realizadas por colombiano(as) veedores(as), las cuales casan perfecto en el marco del acuerdo político ya realizado entre cuyos puntos se halla ya consagrado literalmente el “robustecimiento de las veedurías ciudadanas”, que se corresponde con principios de democracia participativa y hasta de soberanía popular en el acompañamiento de la bitácora del posconflicto. Las veedurías podríamos cumplir un papel no solo en el manejo pulcro de los ingentes recursos económicos nacionales y de cooperación internacional que demanda el posacuerdo, pero al mismo tiempo aportar elementos de control social sobre la materialización de los acuerdos en general y del proceso de transformación en la esfera comunitaria y local. Veedurías ciudadanas para la paz Asignarle un papel a la ciudadanía a través de las veedurías ciudadanas y su empoderamiento, no sería otra cosa que devolverle al constituyente primario el pedazo de país que la guerra nos ha arrebatado y sentar las bases para la construcción de una democracia efectiva. Igual demandaremos plenas garantías para el disenso democrático y pacífico, y el libre juego deliberativo, así no hayamos obtenido las mismas prerrogativas o mejor posibilidades de hacer sentir nuestro derecho a la diferencia y a la pluralidad en el terreno del pensamiento y de la defensa de los derechos humanos, en particular sobre el tema de lucha contra la corrupción, mal de males. Podremos terminar el conflicto armado y hacer de este un ejercicio sin precedentes en la lucha contra la corrupción, pero igualmente este acuerdo puede llevarnos a aumentar la corrupción, flagelo cuyas raíces han quedado no solo intactas sino fortalecidas en los anteriores procesos de desmovilización de grupos alzados en armas al margen de la ley. Los conflictos armados han silenciado la voz ciudadana, pues alzar la voz siempre fue considerado instrumentar o replicar intereses de los alzados en armas y no en almas, además cobraron muchas vidas inocentes en las filas de los desamparados veedores que cayeron o tuvimos que huir o salir del país frente al desparpajo victorioso de la corrupción creciente aliada con el gatillero terror de la violencia armada al servicio de los corruptos a lo largo y ancho de la geografía patria. Veedurías ciudadanas una necesidad para la paz sin corrupción Como bien se sabe, si no conocemos nuestra historia estamos condenados a repetirla en sus errores. El país de sobra sabe de la insuficiencia de los instrumentos estatales para luchar contra la corrupción, y cuánto más los internacionales por su limitación en presencia y capacidad operativa; estos juntos no podrán jamás llegar donde están los ciudadanos y las veedurías, ni sustituirlos, pretenderlo sería un gran error histórico como la guerra misma. No hay ni presupuesto ni recurso humano que pueda hacerlo o sustituir este control cívico, y desplegarlo sería burocratizar el proceso de paz en lugar de “ciudadananizarlo”, de “veeduriarlo”, llenarlo de técnicos, de contratistas, de una logística que ha mostrado su fracaso descarnado en temas mucho menores e igualmente graves como la alimentación escolar, la salud, la misma justicia, ni se diga del tema del agro, del manejo de regalías, recursos de ola invernal y una lista muy larga sin fin… Formación y multiplicación del espacio veedurial vs. burocratización del posacuerdo Ojalá se deje de cometer el craso error de seguir pensando que la capitación, formación, estructuración, apoyo y acompañamiento de las veedurías tenga que hacerlas el Estado o las Ongs anticorrupción, y se habrá el espacio para que la realicen los veedores y veedurías mismas sin intermediarios y que este proceso no termine alimentando las arcas de tecnócratas que conocen la teoría de las veedurías pero que jamás han realizado una, que son aves de paso, y que los veedores quedan respondiendo por un proceso que no tiene una estructura de apoyo que permita sus sostenibilidad y la ampliación del tejido social en que se funda. Bienvenida la paz con veedurías ciudadanas como agentes del cambio social al interior del ejemplar movimiento ciudadano anticorrupción nacional como parte de una democracia más verosímil, más real, plural e incluyente. El primer examen de los acuerdos de la Habana será la participación ciudadana en materia de veedurías nacionales y ciudadanas, para su acompañamiento del posacuerdo y el seguimiento de tales compromisos y la materialización de los acuerdos como parte de las merecidas reivindicaciones sociales pendientes por realizar de cara a otra Colombia, ya no de papel sino de verdad. Bienvenidos los acuerdos si y solo si vienen acompañados de efectiva veeduría ciudadana para que con el concurso de todos y todas dejen de ser palabras y pasen a ser realidad. Asi sería el primer proceso de paz con veeduría popular, puesto que además en Colombia es el único país donde existen las veedurías ciudadanas, consideradas como un aporte a las herramientas de lucha contra la corrupción a nivel internacional. De ser así: ¡Todos y todas por la paz! @Redveeduriascol
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