Gentes barbari sunt

Recuerdo con mucho cariño y gran nostalgia mis épocas de estudiante de pregrado en la Universidad Sergio Arboleda, en donde pasé tal vez una de las mejore épocas de mi vida y además tuve el privilegio de contar con una gran nómina de maestros y buenas cuadrillas de amigos. Dentro de los profesores que admiré profundamente por su conocimiento y cultura, recuerdo con gratitud al Dr. Ramón Bulla Quintana, quien nos dictaba la clase de Historia de la Filosofía. El profesor Bulla es uno de los fundadores de mi alma mater y uno de esos activos fijos de la institución. En una de sus clases estábamos hablando de las invasiones bárbaras; específicamente de las violentas cruzadas germánicas. Explicaba el maestro Bulla el origen histórico del vocablo “bárbaros” con el siguiente relato: Contando la historia de manera agradable, narraba que en el momento de las invasiones, los romanos no entendían lo que aquellos invasores decían, pues no hablaban ni griego ni latín y que sólo se les entendía como un “bar bar bar”, mientras arremetían con toda su inclemente violencia (barbarie) contra su zona objetivo de colonización. Su etimología es la siguiente: del latín barbărus, y este del griego. βάρβαρος, extranjero. De ahí que hoy la definición de diccionario de la Real Academia de la Lengua Española disponga: Se dice de cualquiera de los pueblos que desde el siglo V invadieron el imperio romano y se fueron extendiendo por la mayor parte de Europa. Otra acepción es: fiero, cruel, arrojado, temerario, entre otras definiciones. Con ocasión a la grave situación humanitaria que están padeciendo nuestros compatriotas colombianos en la frontera con Venezuela, ayer salió a decir el Defensor del Pueblo de ese país, que “es una barbaridad jurídica que el gobierno de Colombia denuncie a funcionarios venezolanos ante la Corte Penal Internacional”. Esto lo dijo luego de las declaraciones al unísono del fiscal General Montealegre y del procurador Ordóñez. Parece que al menos en esto hay consenso entre estos. Desde el punto de vista jurídico y atendiendo a lo previsto en el Estatuto de Roma, las conductas de la dictadura venezolana contra los colombianos en la zona fronteriza configuran graves violaciones a los Derechos Humanos y delitos de Lesa Humanidad, tales como desplazamiento, abusos sexuales, persecución en razón de la etnia o raza colombiana, entre otros. Tarek William Saab, al igual que el resto de funcionarios del régimen dictatorial del hermano país, intentan a como dé lugar justificar lo injustificable: el trato cruel, inhumano, despiadado e indigno que le han dado a nuestros connacionales que padecen una crisis que no les corresponde; todas estas conductas evidentemente de barbarie. Deportaciones ilegítimas de bebés, niños y ancianos separados de sus familias y lanzados a la calle sin siquiera sus haberes, es barbarie. Por lo anterior y a la luz de instrumentos humanitarios internacionales como la Convención Interamericana de Derechos Humanos y el Estatuto de Roma, estamos frente a la posibilidad de acceder a los organismos multilaterales competentes; que este caso son la CPI y el Sistema Interamericano de DDHH. Pero acá hay que hacer una aclaración. En el primer caso se conoce de victimarios como individuos, personas naturales perpetradoras de las conductas antes descritas; en el segundo caso se trata de buscar una condena contra un Estado parte que haya infringido una o más disposiciones de la Convención Americana de DDHH. El asunto no es si es viable o no acceder a los entes supranacionales en busca de justicia; el problema es si son mecanismos expeditos y eficaces para el caso particular que se está presentando en la frontera colombo-venezolana. No se puede olvidar que por ejemplo, en el caso de la CPI, solamente ha habido condena de 2 casos por masacres en África en los últimos 15 años. Esto supone que se atienden a presupuestos de suma gravedad y que advierten la pérdida masiva de vidas humanas. Esto no quiere decir que lo que están viviendo los colombianos en la frontera no sea grave: ¡es Gravísimo! Lo que sucede es que las políticas de ese ente administrador de justicia de jurisdicción universal, se pronuncia en ese sentido; luego no sería el mejor camino. Por el lado del Sistema Interamericano de DDHH, la cosa no es muy distinta, además con un componente adicional que lo hace aun más complejo. Ese organismo está politizado en grado sumo y a la postre vamos a parar en la misma situación de ver la falta de respaldo de la OEA, pero ojalá haya medidas cautelares. Esto es revictimización y es otra barbarie. En conclusión si no hay masacre no hay derecho. Y esto es otra barbaridad. Espero que el Consejo de Seguridad de la ONU sea objetivo y entienda que la situación fronteriza de nuestros compatriotas es de una elevada gravedad y la violación de los DDHH de esos colombianos ha sido sistemática y con fines políticos espurios. No obstante lo anterior, estas son instancias que hay que agotar porque a una dictadura como la de Venezuela con sus bárbaros, no hay diplomacia que la detenga. Y esto ha sido claro en las declaraciones cínicas de Maduro y sus secuaces. Ah, y tan descaradas que ahora dizque los tenemos que indemnizar. Gentes barbari sunt. Y todo esto para lograr un objetivo electoral que favorezca al bárbaro dictador venezolano. ¡Qué barbaridad! Abrazo cálido. Seguimos trabajando. @colconmemoria