La literatura en fotografías instantáneas

Dom, 24/04/2016 - 01:34


Leer a Juan Carlos Donado, en el libro “
Roca Leer a Juan Carlos Donado, en el libro “Once cuentos y un epílogo”, es adentrarse fragmentariamente en su mundo interior, sus pasiones y fantasías; siente el lector mientras avanza sobre el texto un desfilar permanente de su efusión por la música, la filosofía, la literatura y por su ciudad de adopción, Nueva York. Un universo que el autor fragua, e imprime en letras, seguramente para consolidarse a sí mismo, pero particularmente para enseñar al lector un mundo extraño, que suena diferente por su enunciado, pero, sin embargo, pletórico de escenas corrientes, de esas que por su apariencia anodina no alertan nuestra consciencia; ponerlas en relieve, ennoblecerlas con palabras, en ello radica la gracia. Este es su espacio de discernimiento, interés y análisis. El suyo y el de todos, el del escritor filósofo que no se contenta con lo ordinario de los hechos y entonces los transforma en materia narrativa, objeto de cuentos no lineales, un conglomerado diciente de palabras y frases, que para un lector inadvertido podrían parecer inconexas por momentos, pero que en realidad –y en objetivo– dejan dudas, siembran desconciertos, inician reflexiones. “Si el autor es de veras convincente, debe llevar al lector a concluir que si la realidad no existe, tampoco existe el autor del libro que está leyendo”, pone en boca de alguno de sus personajes y es lo que en efecto intenta Donado a lo largo de este libro, que es un compendio de algunos de sus cuentos. Una lectura agradable, sofisticada, de elegante factura, en donde se nota un esfuerzo para encarar al lector, enredarlo analíticamente en trabalenguas que le propone, en puzzles mentales que le plantea, y sobre cuya resolución, probablemente, el mismo escritor aún investiga en procura de respuesta cierta. A guisa de ejemplo: “Una idea es la condensación luminosa de una totalidad particular”. Persevero luego leo, parece ser por momentos la intención oculta que impone al lector, y esa perseverancia produce placer, sonrisas y razonamientos, a no dudarlo. No quiera el lector encontrar en estos escritos de Donado un estilo clásico de redacción con inicio-desarrollo-desenlace; el escritor quiere salir de esta horma justamente, para elaborar más bien una descripción precisa de momentos. La trama, salvo en tanteados casos, no es su principal interés, el suyo es la precisión, el detalle de lo que ocurre en un instante dado. Original estilo, que lleva a otro tipo de escritura. Para lograrlo da pinceladas precisas; tal vez exploradoras, tal vez perturbadoras, tal vez provocadoras, en todo caso valiosas. Salpimentado el conjunto cuentístico de frases en las que se descubre su formación de origen, esa que marca su expresar, la que ha sido objeto de sus estudios: la filosofía. Le interesa al autor fotografiar un instante, una situación, una conversación, describirla con la minucia del presente, sin historia ni futuro; sin esperar que ella desemboque en algo; ¿acaso las fotografías lo hacen? Son fotografías que captan por escrito un presente, sin esperar conclusiones y que si estas existen, estarán a cargo y pertinencia del lector. De esta manera el libro de cuentos de Donado es un álbum de fotografías escritas que hay que observar pero sobre todo analizar, el simple hojear no produciría efectos, no por nada el escritor es filósofo, y la lectura entrelíneas es aquí de rigor. Alessandro Baricco nos había hecho conocer la pintura de un personaje a través de lo escrito; en su novela “Mr Gwyn” el escritor italiano –célebre por su novela “Seda”– nos da parte de un escritor que se convierte en retratista que elimina el lienzo y lo reemplaza por palabras y frases que plasman el alma. Donado en este libro de cuentos nos muestra más que la descripción sicológica y dinámica de una historia, la situación vivida en un instante por un personaje. El “Mr Gwyn” de Baricco nos introduce en el mundo de la pintura escrita, el de Donado nos lanza a la fotografía escrita. Es de creer y esperar que este primer libro de Juan Carlos Donado que nos presenta una colección escrita de snapshots sea el inicio de una fecunda secuencia literaria; todo parece augurarlo y hacer así realidad, a contrario, una de las frases del libro: “El autor habrá dejado de existir, puesto que no hay autor sin lector”. ___ PD: Lanzamiento de este libro en la actual Feria Internacional del libro de Bogotá. Corferias, sala María Mercedes Carranza. Domingo, 24 de abril de 2016; 3pm.
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