Sí se puede

Jue, 31/03/2011 - 00:00
Cito, una vez más, al Martín de Francisco de La tele: “yo sí voy a hacer una vehemente convocatoria para la despe
Cito, una vez más, al Martín de Francisco de La tele: “yo sí voy a hacer una vehemente convocatoria para la despedida de la televisión de Jairo Moncada Cortés... qué tipo tan cansón, tan punzante, eso parece un vidrio en la media ese señor”. Martín se refería al narrador que presentaba las transmisiones de fútbol con Estaban Jaramillo en los noventa. Y continúa: “y las barrabasadas idiomáticas que comete... decía que George Weah era inglés, y lo repetía incesantemente, y trabaja en esto, ocho horas diarias, y el hijuemadre no sabe que este señor es de Liberia”. Y en esas seguimos, Martín: enfrascados en la ignorancia de nuestros comentaristas deportivos en televisión. Se han remplazado a través del tiempo, el uno más insolente que el otro. Barrabasadas idiomática, sí; y errores históricos, y datos falsos, y anacronismos, y palabras inventadas: el irrespeto a los televidentes es una tradición histórica en Colombia. Hemos visto excepciones, sí, como el programa Fútbol, el mejor espectáculo del mundo de Alberto Piedrahita. Pero, en general, llevamos décadas de comentaristas deportivos que nos hacen, y vuelvo a De Francisco, “sucumbir en el sótano de la ira y del desprecio”. Por eso yo quiero hacer una nueva convocatoria para que renovemos el periodismo deportivo en televisión. Hagamos borrón y cuenta nueva. Salgamos de toda esa maleza y hagamos una restauración completa. Traigamos a la gente nueva, que ahí están. Esto no puede seguir así. Porque, primero, no hay programa en la televisión colombiana más importante que las transmisiones de fútbol. Nos educamos con eso. Yo aprendí a hablar con William Vinasco. Y cada colombiano, según su generación, tuvo su profesor de español a través del fútbol. Desde Gabriel Muñoz y Edgar Perea hasta Ramiro Dueñas, Jorge Eliécer Campuzano y Jorge Eliécer Torres: todos ellos han tenido una incidencia, casi siempre desastrosa, en la cultura popular colombiana. Por eso quiero pedirles a RCN y Caracol que recuerden la responsabilidad que tienen con el país. Y hay con qué. Ahora que en Caracol radio sacaron a Antonio Casale y quieren complicarle la vida a Hernán Peláez, ahora que se vienen unas nuevas eliminatorias y la Copa América, es momento para reflexionar sobre el estado de nuestras trasmisiones deportivas. Porque estos dos periodistas demuestran que sí se puede. Fue una lástima que Peláez nunca se haya asentado en la televisión, porqué él debió llevar la batuta de las trasmisiones desde hace rato. Ahora se la deberían dar a Casale, que salió de manera extraña de Caracol, donde hacía un trabajo excelente en El alargue, junto a De Francisco, quien, así sea políticamente incorrecto, sabe de fútbol, y de español, como pocos en Latinoamérica. Hay que aprovecharlos. ¿O acaso vamos a seguir soportando las bestialidades que ­‒según me contó el experto Mauricio Silva‒ heredamos de Jairo Alonso? La historia del ocaso es ésta, según Silva: “a principios de los 90 la falsa elegancia de Jairo Alonso dio paso a la alharaca de Edgar Perea: mezcla de bravuconadas, dicharachería, “sí, sí, Colombia, sí, sí Caribe” y un sinnúmero de comentarios obvios e inexactos…A esa escuela la siguieron las narraciones pirotécnicas y los comentarios pretenciosos e imprecisos -más un increíble atropello de la lengua castellana- de William Vinasco y Carlos Antonio Vélez… Nunca triunfaron en la pantalla los análisis de Iván Mejía y Hernán Peláez, verdaderos conocedores del fútbol, ni mucho menos la elocuencia de Benjamín Cuello. En cambio, le pagamos a Javier Hernández Bonett y Javier Fernández (y yo le añado Ricardo Henao, José Fernando Neira o Ricardo Orrego, todos de la escuela de la frase de cajón), emblemas de la nueva televisión privada… de toda sustancia”. Pero no es necesario seguir encerrados en ese sótano de oscurantismo. Los directivos de las cadenas pueden sentir que la gritería y la corronchería son lo que Colombia demanda. Pero eso no justifica la mediocridad y los errores periodísticos. Estos señores están hablándole al oído a nuestros hijos. Y eso no puede seguir así. Nicolás Samper, director de Fútbol Total, me dijo que “Casale y sus secuaces están remplazando al ‘locutor-locutor’ por un comentarista elocuente que no necesariamente tiene voz de cañón”. La gente se puede acostumbrar a eso, como pasó en la radio con las menciones comerciales, e incluso llegará el punto en que prefiera la elocuencia a la ramplonería. El equipo de colombianos en ESPN, por ejemplo, -Vanesa Palacio, Andrés Marocco, Tito Pucetti y Daniel Pérez- no es un desastre. Podríamos traerlos a que respondan con el país. En RCN están Juan Felipe Cadavid y Liliana Salazar, que funcionan. Hay gente joven que, si no se deja cristianizar por los lugares comunes de la vieja escuela, nos hace pensar en un buen futuro para el periodismo deportivo en la televisión colombiana. Solo que debemos darles la palabra, completa, sin censuras ni intereses ajenos al periodismo. Según Samper, el futuro depende de lo que pase con los derechos de transmisión: los de Caracol con la Selección Colombia y RCN con el fútbol colombiano. “Si hay una negociación de derechos para el próximo año ‒Telefónica y DirecTV están en la puja‒ es probable que ellos hagan un filtro más fuerte para los locutores”. Todos los que pudimos sentimos un alivio al ver el Mundial del 2010 por Directv. ¿Por qué esa calidad no se puede ver en la televisión nacional colombiana? Creo que los directos de Caracol y RCN no tiene otra salida. Colombia se los lleva pide hace décadas. Ni siquiera un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo: tienen que empezar de ceros. Porque sí se puede y sí es necesario.
Más KienyKe
Correa es investigado por presunta extralimitación de funciones en el manejo de la crisis de la Universidad Nacional.
El epicentro del movimiento telúrico se registró en la Mesa de Los Santos, departamento de Santander.
El hecho se registró en medio de protestas de docentes que se llevan a cabo en varias partes del país.
Funcionarios del Inpec y varias personas se reúnen en los alrededores del establecimiento carcelario para rendir homenaje a la memoria de Elmer Fernández.
Kien Opina