La riqueza es un concepto relativo. Muy relativo y esquivo. Cuarenta por ciento de los colombianos son pobres y uno de cada cinco viven en la miseria, lo que significa que sobreviven con menos de dos dólares diarios. No obstante lo anterior, en Colombia, casi todo es caro. Caro no; carísimo.
Los servicios públicos son el mejor ejemplo de esta distorsión. Nada es más caro que tener acceso al agua, la electricidad o el celular. Pero no es el único ejemplo. Para quienes nos visitan del exterior los hoteles son venenosos, los restaurantes escandalosos y los tiquetes aéreos ni hablemos. No hay que olvidar que cuesta más ir a Cartagena que a Nueva York. Por eso todos los pomposos ricachones nacionales saben que es preferible que los fotografíen en las calles de la Heroica que en Park Avenue. Para ir a Cartagena se necesita plata. En cambio en Nueva York cualquier miembro de la clase media tiene posibilidades.
Somos por lo tanto un país de ricos, donde la gente está dispuesta o le toca pagar caro aquello que debería ser barato. Claro que hay precios que han bajado como los de los automóviles, pero siguen siendo más costosos que en naciones “ricas” como las Estados Unidos o Europa. También han bajado los precios relativos de los bienes tecnológicos como los computadores. Pero en cambio el servicio de conexión o el 3G se lleva una fracción significativa del ingreso del colombiano. Del 4G ni soñemos.
Cuando uno tiene la suerte de viajar a países “ricos” se da cuenta de lo pobres que son esos ciudadanos de economías desarrolladas. Pagan treinta dólares por tener acceso a internet todo el mes sin límites. En cambio en Colombia con menos de 50 no se obtiene sino un servicio intermitente y lento. Los seguros de los automóviles en Estados Unidos pueden costar unos 400 dólares al año. Por ese precio en Colombia le aseguran el guardafangos. En Colombia la ropa es costosa pero en cambio el alcohol también.
¿Y qué tal la gasolina? Cada semana el ministro de Minas y Energía saca pecho porque Colombia producirá un millón de barriles diarios. Cuando el precio del petróleo sube, la gasolina en Colombia sube. Y cuando baja, en Colombia la gasolina sube. Es claro que los colombianos podemos pagar caro todo y por lo tanto todo es caro.
¿Por qué todo es caro en Colombia? Por muchas razones. Por la corrupción, por la ineficiencia de los funcionarios públicos, por los monopolios, por la incapacidad del Estado de controlar los abusos, por la ineficiencia de nuestras leyes, por los abusos de los empresarios, por las mafias de las centrales de abastos, por la falta de información, por la politiquería, por…por…por…y la lista no termina.
Pero no importa. Los colombianos somos ricos y sobretodo muy bobos pues seguimos creyendo que este país “es el mejor vividero del mundo”.
