Valió la pena esperar…. acuerdo histórico

El Gobierno y las Farc anuncian hoy el fin del conflicto armado, iniciado hace más de 50 años por motivaciones políticas y éticas, y su decisión de dejar las armas y convertirse en partido político, seguramente por las mismas razones y convicciones que hoy el uso de las armas, como instrumento de acción política, no tiene sentido ni apoyo, así que adelantar acciones políticas legales les es más rentable y patriótico. Cese al fuego y hostilidades, cronograma de desarme, garantías de seguridad, zonas de ubicación, seguridad jurídica, la misión de la ONU y demás organismos internacionales, el fallo de la Corte Constitucional, el plebiscito, las reformas después de la reinserción, entre otros, son temas que seguramente quedan fallidos en este encuentro y anuncio histórico, el país y el mundo mirarán con mayor optimismo el futuro de los colombianos. Al presidente Santos le ha ido bien en este asunto y se convertirá en el mandatario que logra pactos para terminar el conflicto armado más largo de la historia colombiana, con uso de armas como respuesta a la injusticia social y el recorte de las libertades democráticas. Tendrá el reto de montar iniciativas que den posibilidades a los cambios estructurales que el país reclama con urgencia, para no volver jamás a la guerra. El papel y apoyo de Cuba lo agradecemos con sinceridad, así como saludamos el restablecimiento de sus relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica, los países acompañantes, Chile y Venezuela, el papel y ayuda con mucha experiencia y solidaridad de Noruega, la destacadísima tarea y fuerza la de la secretaria de la ONU con el señor Ban Ki-moon, la presencia activa en la verificación y cuidado de los acuerdos, el papel del delegado del gobierno americano, Bernard Aronson, fue y sigue siendo determinante y positivo para las partes, la solidaridad mundial nunca antes vista, suman todos hechos grandes que significarán un aporte histórico que ayuda a la paz interior, la de América Latina y un buen ejemplo para que la guerra no se use en ningún caso. Creo que no sería justo si no se reconoce el papel de la comisión del Gobierno encabezada por Humberto de la Calle y, por supuesto, todos sus integrantes, presencia del estado mayor de las Farc para lograr tomar la determinación de dejar las armas, el cese de hostilidades y con acción política para encontrarse y reconciliarse con la sociedad colombiana, merece todo el aplauso y apoyo que seguramente, se ratificará ampliamente en el plebiscito. Ahora tenemos la esperanza que la decisión política de las partes se convierta en adelante en hechos de paz, que ayuden rápidamente a la reconciliación del país, a reparar las víctimas de la violencia, que son muchos, a pedir perdón con sinceridad y respeto, a ganar opinión favorable, para que la pedagogía del entendimiento no se pierda, para ir borrando la imagen negativa y lamentable de una guerra irracional que pudo evitarse si no fuera por que los hechos que dieron origen no la hubieran impulsado. El proceso que sigue debe dotarse de instrumentos, acciones y decisiones claras, con realismo político, pragmatismo y medidas que permitan rápidamente con prudencia y cumplimiento de las partes, desarrollar lo que se ha pactado, y precisar lo se debe firmar próximamente. No puede ilusionarse a la sociedad con anuncios que no son reales ni viables. El fin del conflicto armado no es sinónimo de acabar con la injusticia, la falta de libertades y la profundización de la democracia. Tal vez puede servir para convencernos de la urgencia de nuevos métodos, iniciativas políticas y cambio en la conducción del Estado y dé inicio a una nueva vida para los compatriotas, principalmente los excluidos, que son la mayoría. Apoyo total al "fin de la guerra con las Farc", eso es lo que orienta el momento político, evitar ir más allá de lo real es saludable, y encontrar un camino de entendimiento de toda la sociedad que detenga tanta confrontación peligrosa, es la fórmula como medicamento para desarmar espíritus e izar la misma bandera del tricolor nacional .