Volverían las grandes masacres y los actos terroristas si no se firma

Si no se firma su acuerdo de paz “podrían volver” -que no es lo mismo que “volverán” pero que nos suena igual, con toda su terrible significación, cuando lo dice usted, Juan Manuel Santos- las masacres y los actos terrorista. Pero usted no se limitó a pronosticar con palabras abstractas ese futuro sombrío sino que también las convirtió en imágenes para que podamos visualizar con toda su crueldad lo que volvería o volverá, diciéndonos: "Acuérdense de esas escenas en Tumaco, con los mares y los ríos llenos de petróleo, o las masacres de los soldados allá en el Cauca”. Con su manera tan gráfica y “pedagógica”, de esa “pedagogía de la paz” de sus amigos terroristas, quiere que nuestra imaginación vuele y recordemos Bojayá, el Club El Nogal y miles y miles más que, según usted, Juan Manuel Santos, los colombianos ya olvidamos. Con un cinismo que llega a los terrenos de la indecencia, atropella a los sobrevivientes de los ataques de los terrorista y a “la gente”, es decir a todos los colombianos, afirmando que “como hace meses no tenemos ese tipo de ataques, a la gente se le va olvidando…” ¡Qué tal! ¿Se nos va olvidando? Pues no, señor -como duele decirlo-… señor presidente . Los tenemos muy presentes. Sus palabras, Juan Manuel Santos, sus compatriotas no las olvidaremos y el mundo tampoco porque usted no las dijo en charla entre amigos, sino en entrevista a la agencia EFE. Y con estas nos sale luego de que un diario de sus afectos, The Economist, con sede en su añorada Londres, le cuenta al mundo que apenas iniciado su entregado gobierno, la fortuna de las FARC ascendía a la fabulosa cifra de 10.500 millones de dólares, que al precio en que usted, Juan Manuel Santos, nos puso el dólar, equivale a la bobadita de treinta y un millones quinientos mil millones de pesos, que en números y con todos sus ceros nos da $31.500.000.000.000, cifra que ahora debe ser inmensamente mayor luego de que la producción de coca se ha cuadriplicado en estos años “venturosos” para ellos, los narcoterroristas, y terribles para nosotros, los colombianos a quienes usted ha traicionado. Y nos viene a decir que "decirle no a la paz sería como cerrar la puerta de un futuro mucho mejor para el país". Pero es que realmente nos cree usted pendejos, como si no viniéramos presenciando que esa “paz” suya es la que nos ha cerrado, con doble cerrojo, la posibilidad de un futuro próspero para nuestros hijos y nietos, y los hijos de nuestros nietos. Y en qué país está usted, Juan Manuel Santos, para atreverse a decir que está “absolutamente convencido de que la inmensa mayoría de los colombianos va a decir sí, terminemos esa guerra, que ha sido demasiado costosa”. ¿De dónde saca cifras que le confirmen esa aseveración? Sabe bien que sus compatriotas no le creemos nada de nada y que las encuestas están todas en su contra… pero lo comprendo, se la juega a pescar incautos por el mundo que de pronto comen cuento. Me permito decirle, Juan Manuel Santos, que el 2Abril fue un comienzo y que seguiremos la lucha. El joven senador Alfredo Ramos ha abierto una puerta por la que esperamos que usted salga y eso nos tiene muy esperanzados.