Y de repente la inversión paró: acerca posibles Sudden stops

Mié, 24/06/2015 - 11:30
Hay hechos que parecen aislados pero van construyendo una tormenta perfecta que el gobierno conoce bien y que trata de evadir a toda costa: los sudden stops.

Ocho atentados de las FARC en
Hay hechos que parecen aislados pero van construyendo una tormenta perfecta que el gobierno conoce bien y que trata de evadir a toda costa: los sudden stops. Ocho atentados de las FARC en 24 horas. El departamento de Caquetá se queda sin luz la noche del miércoles pasado. Atentado contra estaciones de policía en Valle de Guamuez, Putumayo y Calamar, Guaviare. Derribada una torre de energía en el municipio de Medina, Cundinamarca. Ataque a una patrulla de la policía en Cauca deja un coronel y tres uniformados muertos. Explotan el oleoducto transandino en la frontera entre los departamentos de Putumayo y Nariño derramando más de 2000 barriles de crudo y contaminando varias fuentes de agua. Obligan a conductores de camiones cisterna a derramar más de mil barriles de petróleo en Putumayo... la prensa se queda corta al cubrir la cantidad de hechos violentos por parte de los grupos armados al margen de la ley. Vetra, petrolera venezolana, forzada a otro derrame de 3,200 barriles de petróleo, contempla la opción de suspender operaciones en el país. Hewlett Packard anunció que se va de Medellín. La multinacional Mondelez (Chiclets Adams) se marcha de Cali. Llantas Michellin y Bayer se trasladan a México. El crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2015 es de 2.8% reduciéndose un 3.7% con respecto a mismo trimestre de 2014. Los precios del petróleo siguen abajo. El déficit fiscal aumenta y los incentivos fiscales no ofrecen los mismos beneficios para la inversión. Estos hechos y muchos otros más que se le escapan a la prensa van construyendo un escenario ideal para una tormenta perfecta: un sudden stop. Concepto que empezó a usarse después de la Crisis del Tequila en Mexico (1995), cuando repentinamente los flujos de capital privado (inversión extranjera directa) dejaron de entrar al país y todos los ciudadanos trataron de sacar su plata. Consecuentemente el país entró en crisis financiera que afectó a toda la región. Un sudden stop o parada repentina de entrada de capitales, pasa cuando inversionistas extranjero dejan de inyectar capital en la economía y/o los empresarios locales sacan su capital del país de manera repentina. Cuando esto pasa, el sistema bancario entra en crisis por la falta de liquidez, los créditos se suspenden, la producción y el consumo se reducen drásticamente, la gente deja de cumplir sus obligaciones financieras (deuda), aumenta el desempleo, hay una depreciación de la moneda, hiperinflación y el gobierno tiene que tomar medidas drásticas para salvar el sistema financiero. Esto no es nuevo en Colombia ni en América Latina. Finalizando el siglo, casi todos los países de la región vivieron una situación parecida. Es el caso de Argentina en 2001 y recientemente el de Venezuela, donde nadie invierte y todos los capitales se tratan de sacar pero el gobierno ha intervenido con su política cambiaria y con barreras para evitar que la gente saque la plata. Sin embargo, la situación solo se ha agravado más. Normalmente, esto le ocurre a economías muy volátiles con alta dependencia en materias primas y que hayan vivido un boom económico previo. Igualmente influyente en el problema es que el país tenga mucha deuda en moneda extranjera y no tenga quién les preste dinero inmediatamente (crédito contingente) para mitigar los impactos negativos de carecer de plata. Y aunque Colombia haya hecho esfuerzos para alejarse de este panorama, la economía sigue dependiendo mucho de factores externos como el precio de las materias primas. Además, las condiciones de inseguridad acompañadas con la partida de grandes compañías pueden fácilmente crear un efecto dominó que lleve a una parada repentina de ingreso de capitales o que muchos ciudadanos traten de sacar su dinero del país, como ya se escucha comentar entre inversionistas locales. Entonces, tanta insistencia en los diálogos de paz con las Farc y en el discurso forzado de que con este acuerdo se logra la paz, parece tener más un tinte económico que político. Si fuese político el presidente Santos le pondría un límite a los diálogos y dejaría de buscar tanto apoyo por fuera. Pero el gobierno sabe que después de invertirle cinco años al proceso de paz y hacerle tanto ruido internacional viajando por el mundo, no puede darse el lujo de acabar con los diálogos de la noche a la mañana. Sería un paso muy arriesgado para toda una economía emergente dejar de recibir inversión y poner en riesgo la economía a causa de unos diálogos fallidos y el impacto mediático que esto puede tener en el mundo. Por eso, los recientes hechos terroristas “no deben, por el momento, producir pesimismo en la negociación final”, argumenta Luis Carlos Villegas, nuevo ministro de Defensa. Acá lo que está en juego es la inversión extranjera y los efectos que esta tiene en las fianzas del país más que el proceso de paz. De otro modo, el gobierno escucharía la mayoría de colombianos que están cansados con su posición flexible frente a los actos terroristas de las Farc.
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