Julio Garavito Armero

Sáb, 05/01/2013 - 07:00
A todo colombiano le llega el turno de preguntarse quién es el señor de mirada seria y bigote panchovillesco que aparece, de frente como posando para el camarógrafo de un CAI, en los billetes de ve
A todo colombiano le llega el turno de preguntarse quién es el señor de mirada seria y bigote panchovillesco que aparece, de frente como posando para el camarógrafo de un CAI, en los billetes de veinte mil. Se llama Julio Garavito Armero, y fue físico y astrónomo. Sólo los más curiosos, sin embargo, dan un paso más allá, preguntándose por la dudosa lógica detrás de la selección de los célebres colombianos que dan la cara por el país en los billetes. Lo cierto es que ni la investigación más adelantada ha logrado descifrar el secreto de la enigmática matemática patriótica del Banco de la República. Dos astrónomos más una heroína de la Independencia dan un novelista cursi. Un astrónomo menos una heroína dan un excelente poeta, dos próceres y un líder populista asesinado. Para hacer un novelista malo hay que juntar cincuenta líderes asesinados (tarea fácil en este país), o bien, cinco heroínas (más complicado)… no tiene lógica alguna. Lo que sí resulta curioso, aunque no pasa de hipótesis, es la similitud entre la intrincada lógica del billete colombiano, y la vida y persona de Julio Garavito Armero. Habiendo interrumpido sus estudios de bachillerato en el San Bartolomé a causa de la distractora Guerra de los Mil Días, Garavito saltó directo a la Universidad Nacional, de la que se graduó de ingeniero civil y matemático. Entonces consiguió la dirección del Observatorio Astronómico Nacional, y sobre todo, logró ingresar a la sociedad científica y secreta, conocida como El Círculo de los nueve puntos (No se sabe con exactitud quién en efecto la conocía, dado que la sociedad era secreta). El ingreso requería la solución de uno de los problemas del Teorema de Euler, generalización del Pequeño Teorema de Fermat, al que Garavito dio mate en cuestión de meses. Entonces entró en el Círculo, y se dedicó a hacer no se sabe qué (porque la sociedad era secreta). Sí se sabe, sin embargo, que se reunían en un café de La Candelaria a tomar -suponen los expertos- café, y a adentrarse en teorías científicas desconocidas. Sin embargo, uno de los logros de tales agasajos misteriosos, es la precisión de la latitud de Bogotá. Pero el hecho de que hayan encontrado dónde quedaba la capital sentados en un café de la capital, sugiere la teoría de que lo que tomaban no era café negro sino en compañía de algún enigmático destilado. El resto de las proezas de nuestro misterioso científico son de corte similar, y como es común entre figuras de ese tipo, frondosa en la leyenda que circunda su persona. Se rumora, por ejemplo, que fue capaz de identificar a primera vista, y sin ayuda de ninguna herramienta, un eclipse solar, y que no se dejó deslumbrar por las movedizas y recientes teorías de un tal Einstein, que rechazó con energía. En honor a tales proezas, la Unión Astronómica Internacional le dedicó un cráter en el lado oscuro de la Luna, y el errático Banco de la República le estampó la cara en un billete, inmortalizándolo para siempre en el panteón de los astros nacionales, al valor de dos Policarpas y casi medio cursi novelista.
Más KienyKe
Esta es la razón por la que el general Giraldo instó a los comandantes militares en todos los niveles a mantener la alerta situacional de las tropas.
En medio de una intervención oficial, el alcalde mayor de la ciudad le envió un mensaje a Gustavo Petro.
Con un mensaje en sus redes sociales, el músico lamentó la decisión del Comité Paralímpico.
Esto fue lo que dijo el presidente del Senado en medio de su intervención este lunes.
Kien Opina