El domingo pasado el país conoció que el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle renunciaba a su mandato para, desde las calles y con el poder de la verdad en sus manos, unirse a las campañas políticas de su partido, es decir, eligió dejar de ser un espectador y dar un paso hacía el frente para seguir contribuyendo a la transformación social y política de Medellín, Antioquia y del país.
La decisión por supuesto causó todo tipo de reacciones, especialmente de la oposición que pasó por todo tipo de emociones desde decir que fue gracias a ellos hasta decir que dejó tirada a la ciudad. Lo único cierto es que pasó de la comodidad de su puesto en el que logró una ciudad con mejores indicadores sociales a trabajar de frente por la consolidación del cambio que el país reclama.
Y es que es bien importante decir aquí que debemos avanzar en una regulación para que los mandatarios de alcaldías y gobernaciones dejen de hacer bajo la mesa política en estas épocas y acabar con la hipocresía que reina ahora, para que puedan, de cara a la ciudadanía (con normas claras), mostrar su respaldo a un candidato y no como es ahora, que todos tienen uno, pero se hacen los que no.
Lo que ha hecho Daniel Quintero es ser fiel a lo que piensa y que por años ha dicho, por eso de manera coherente y responsable, de frente a la sociedad, ha decidido salir a las calles nada más que con su vocación de servicio y de trabajo, es un soldado más en campaña y eso seguramente será un precedente para que en el futuro se deje de ver la intervención en política como una acción reprochable, cuando todos en esencia queremos participar de ella.
A pesar de los comentarios o de las pullas que algunos sectores de oposición han lanzado después de la decisión tomada por Daniel Quintero, y que han querido deslegitimar su actuación, la realidad es que las bases progresistas de la ciudad han sentido un gran respaldo al ver a uno de sus líderes como uno más en la construcción de una ciudad en la que la No Violencia no vuelvan más.
Seguiremos trabajando de manera imparable por la consolidación del proyecto del cambio, el más importante para Medellín, Antioquia y el país.