La presidenta del Polo Democrático, Clara López, quien encabeza los sondeos para llegar a la alcaldía de Bogotá –y estaría a punto de recibir el apoyo del partido de gobierno- considera que la economía no va bien y el Plan de Desarrollo empeora las cosas.
En resumen, sus criterios son los siguientes:
-El Plan de Desarrollo, presentado por el gobierno al Congreso, es de estructura neoliberal, para darle toda la atención a las exigencias de la OCDE. No es funcional al proceso de paz. Vamos a tener que hacer un diálogo muy abierto.
-El gobierno nos ha presentado una propuesta que solo profundiza la desigualdad y el desequilibrio social en el país.
-El gobierno Santos está aceptando el cumplimiento de no menos de 100 recomendaciones de la organización de países ricos en materia de restringir pensiones, de extender el IVA, de ampliarlo, en temas muy, muy sensibles, de la consulta previa y demás.
-Lo que nosotros estamos viendo es que este plan, en vez de buscar una inclusión social profunda, insiste en un modelo económico que ha fracasado en Europa. Ya vemos lo que está pasando en Grecia, que el pueblo se ha levantado y elegido a un gobierno de izquierda porque la austeridad de poner a los trabajadores y a las clases medias a pagar los platos rotos de la ruleta rusa financiera en que los metieron los bancos… no es una opción.
-Tenemos serias glosas a la estructura misma, al fundamento ideológico del Plan de Desarrollo, que lo convierte en pie de lanza para continuar la profundización de las desigualdades en nuestro país porque trae un modelo externo, el consenso de Washington, lo que no está funcionando en Europa y tiene a todo el mundo exigiendo derechos sociales.
-Vamos a deliberar con los sectores sociales; después llevaremos nuestra posición al Gobierno Nacional y escucharemos en las regiones las propuestas de los colombianos.
-En nuestra campaña presidencial planteamos la necesidad de un modelo alterno de desarrollo propio, basado en nuestras propias realidades y necesidades.
-El Plan de Desarrollo conocido, en vez de fundarse en las necesidades propias del pueblo colombiano, trae recomendaciones para ingresar al club de países ricos. Si eso hubiese funcionado, no lo glosaríamos.
-Usted ha visto lo que está pasando en Grecia, Italia, España, Portugal, en los países menos desarrollados de la Unión Europea. Están viviendo una situación de descuido y descaro frente a sus necesidades sociales porque los han puesto a pagar los platos rotos de un modelo económico que solamente se finca en una especie de ruleta rusa financiera para seguir concentrando la riqueza.
-En América Latina casi todos los países están regidos hoy por partidos y sectores que tienen modelos alternos de desarrollo, modelos que no están fincados en estas tesis neoliberales en las cuales insiste el gobierno colombiano.
-El gobierno tiene que sincerarse ante los problemas con los precios del petróleo y la minería.
-Tenemos un déficit que no es sostenible en la balanza cambiaria, y pronto, ojalá más tarde que temprano, porque el país tiene que prepararse para asumir esa crisis cambiaria, vamos a tener que apretarnos todos el cinturón.
-El tema es ¿quién se lo aprieta primero y cuánto? Aquí siempre aprietan el cinturón subiéndole los impuestos a la canasta familiar, al IVA, a las clases populares, a las clases medias, porque insisten que colocarle impuestos a quienes tienen los grandes patrimonios desestimula el empleo. Se ha demostrado que no es cierto.
Aquí les reducen los impuestos, les generan todas las exenciones, pero la informalidad sigue galopante y no hemos podido solventar fundamentalmente el tema del empleo decente y productivo que es el que sostiene a una nación.
-En la medida que usted, con una buena política industrial propia, una política agraria propia, genere las condiciones de trabajo para los colombianos y las colombianas, pues vamos a demandar los productos de las grandes empresas que es lo que hace solida la economía.
-El mundo estaba atento a la reducción del precio del petróleo y aquí los cogió (al gobierno) con los calzones abajo. Hay una falta de previsión muy grande, tanto por parte de la estatal petrolera como por parte del sector financiero del gobierno que no supo ahorrar en las vacas gordas para hacer previsión en las vacas flacas.
