José Antonio Rodríguez es el único alcalde de Europa que no tiene secretaria. Él mismo responde correos, agenda citas y contesta las pocas llamadas que entran. “El celular ya no me suena. Todo lo soluciono con Twitter y me sobra tiempo”.
Rodríguez es el alcalde de Jun, el único lugar del mundo que se gobierna a través de Twitter.
La localidad española de apenas 7.4 km cuadrados tiene 3.728 habitantes, sin embargo- el alcalde tuitero- como en España llaman a Rodríguez, tiene más de 330 mil de seguidores. Jun queda en Andalucía, en el sur de España.
Su particular forma de gobierno la instauró hace cuatro años. “Cuando aún no estaban de moda las redes sociales”, dice orgulloso.
Por medio de la red social el alcalde soluciona los problemas que se le presentan diariamente. Le da órdenes a la policía, manda a limpiar los espacios públicos y, lo más importante, responde a los ciudadanos.
Rodríguez explicó a KienyKe.com que “ese diálogo con los ciudadanos es fundamental. Hoy día la ciudadanía no perdona a los políticos. No es que ahora el ciudadano vote una vez cada cuatro años y se desentienda, ahora quiere explicación a cada momento. Y la única forma de responder rápido, es usando las redes sociales”.
El alcalde, convencido del poder que tienen las redes sociales, encontró en Twitter su mejor aliado de gobierno. Lleva diez años en ejercicio, lo han reelegido cuatro veces consecutivas y busca la quinta.
“Estoy convencido que los políticos que no estén en Twitter van a ser absorbidos por una ciudadanía que está exigiendo comunicación por esa vía”.
Rodríguez convirtió su pequeño pueblo en una sociedad pionera a nivel internacional en iniciativas de gobierno abierto. La circunstancia es un fenómeno en comunicación política 2.0, establece como pocos políticos en el mundo, una verdadera interacción con sus vecinos a través de las redes sociales.
Consciente de la importancia de las tecnologías para el desarrollo de la sociedad, en 1999 propuso que el acceso a internet fuera un derecho universal y en 2004, cuando apenas se hablaba sobre administración abierta, fue el primero en realizar unas elecciones electrónicas remotas a través del móvil e internet.
Hoy todos los que trabajan en la alcaldía de Jun tienen Twitter. “Es un requisito que se pide en la hoja de vida. Cuando alguien va a trabajar en el ayuntamiento así sea por 15 días, es obligatorio que tenga Twitter. En este ayuntamiento no se puede trabajar sino se tiene”, comenta.
¿Cómo lo hizo?
Fue fácil. Les di un curso durante tres días a los trabajadores municipales. En ese curso les explicaba cómo tenía que ser el uso de la herramienta y sobre todo les expliqué claramente que valía equivocarse, no importaba equivocarse a la hora de mandar un tuit.
¿Qué fue lo más difícil?
“Que entendieran que podían equivocarse. Yo les perdonaba cualquier error porque de lo que se trataba era de comunicar y de hacer visible el trabajo. A partir de ahí generé un clima de mucha confianza con los empleados públicos e hicimos un curso explicándoles todo”.
Después de las capacitaciones todo Jun se volcó al Twitter. Allí prácticamente todo funciona con la ayuda de la red social.
“Hay cuentas muy curiosas como por ejemplo la de @ObituarioJUN, es una cuenta específica para informar cuando muere alguien. Antes los ciudadanos se enteraban porque sonaban las campanas de la iglesia y ahora lo saben porque te llaga un tuit y automáticamente sabe quién ha muerto, con cuántos y a qué hora va a ser el funeral”, dice Rodríguez, quien mientras hablaba con KienyKe.com vía Skype respondía las notificaciones desde su iPhone 6.
La capacidad innovadora de Jun hizo que por ejemplo, Telefónica, la multinacional española volcara sus esfuerzos tecnológicos para esa pequeña población. Abrió su todo el espacio para que el municipio funcionara con 300 megas de velocidad.
“Si la llamada se ha caído es por la velocidad de la red de Bogotá, no la de acá”, comenta el alcalde.
“La fibra óptica también tiene Twitter, por ahí se anuncia cuando una calle nueva tiene cobertura. El ayuntamiento, la biblioteca, la barredora y hasta la policía también tiene cuenta Twitter”.
¿Cómo funcional esa cuenta de la policía?
“Normalmente reciben solicitudes en privado, algunas veces en púbico, porque normalmente son asuntos policiales. El otro día, por ejemplo, intentaron robar unos cables de una farola para vender el cobre, un ciudadano tomó la foto, la subió en Twitter, citó en el trino a la policía que en dos minutos llegó al sitio e interrumpió el robo”.
Rodríguez, que publica en sus redes sociales todo tipo de información, incluso hasta cuánto dinero gana al mes (2.047 euros), se niega a revelar su verdadera edad. ¿Por qué?
“Es parte de un juego. Es el único dato secreto que existe de la administración pública de Jun. Probablemente se puede encontrar por ahí que tratan de hacer un cálculo y no coinciden los años”.
¿Por qué es secreto ese dato?
“Es un juego que tenemos en marcha desde que empecé la alcaldía. Pedí a mis compañeros de universidad y de colegio que continuaran con el juego. Lo jugaban también grandes escritores y pintores europeos.
Es el único dato no accesible en la alcaldía. Todo lo demás se puede encontrar. Hasta una radiografía de un dedo partido luego de un accidente que tuve”.
¿Qué pasa si alguien adivina su edad?
“Es difícil. Ha sido más fácil encontrar la palabra que está en la bandera de Jun que lleva un código binario encriptado, que adivinar mi edad”.
¿Cuándo revelará su edad?
“Cuando deje de ser alcalde”.
Convertir a Twitter en su aliado, le ha dado reconocimiento internacional y le ha traído réditos electorale,s eso se demostró durante las más recientes elecciones municipales.
“El candidato del PP (el partido de oposición) basó su campaña en un eslogan que decía ‘por un alcalde real no en modo virtual’ criticando la forma de acción de gobierno que ya tenía hace cuatro años. Bueno el castigo fue tan grande que ese partido, que era el de Rajoy y que tenía que gobernar en todos los municipios aquí perdió”, recuerda Rodríguez.
¿Qué dice ahora la oposición de la forma como usted maneja el gobierno?
“La oposición no critica, pero se mantiene al margen. No participa mucho de las redes sociales pero los ciudadanos sí le ven la importancia”.
¿Cuál es la queja más frecuente que recibe por Twiitter?
“De todo tipo. Desde una farola que no sirve, avispas en un parque. Cosas que al parecer no tienen mucha importancia, pero para que un ciudadano sí son muy importantes, un bache en un sitio determinado, cosas así que se pueden resolver y que no llevan mucho tiempo.
Por ejemplo hace unos días alguien reportó una bombilla fundida y se arregló en 3.2 minutos. El tiempo se contabilizó desde que se mandó el tuit hasta que el electricista tomó otra foto y la trinó reportando que el problema estaba solucionado”.
¿Todos tienen Twitter en Jun?
“El 87% de la población. Un ejemplo muy diciente es el de una abuela de 90 años que maneja perfectamente el Twitter. Sorprende porque hace apenas 15 años aprendió a leer y escribir. Si ella lo puede hacer, lo puede hacer cualquier político. Hace falta voluntad política para transformar la herramienta en un diálogo para los ciudadanos”.
¿Usar el Twitter como usted lo hace no lleva un riesgo político grande?
“Ese es un miedo que tienen los políticos. A ser atacados y eso es una tecnofobia que tienen determinados políticos. Mi caso lo pongo de ejemplo. A lo mejor de tres mil, uno o dos te critican de una forma muy fuerte. Siempre digo que la crítica es un privilegio para un político, gracias a ella nos enteramos de los problemas cuando están naciendo y por tanto podemos resolverlo y atacarlo. Cuando no lo ves, esos problemas crecen hasta que llegan a estallarte en las narices”.
¿Por qué cree que los políticos no usan la herramienta de forma indicada?
“Los políticos están acostumbrados a tener secretaria, a tener una serie de cosa para aplicar la ‘ley del menor esfuerzo posible’ y por tanto muchas veces no es que no puedan hacerlo, es que no quieren hacerlo, entonces se buscan excusas como el tiempo y otras cosas”.
