Créditos: EFE / Carlos Ortega
El fenómeno del niño está atacando fuertemente a Bogotá, dejando al inicio de este 2024 una oleada de incendios forestales. Pasados unos meses, las consecuencias han ido aumentando,las reservas de agua.
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Bogotá está viviendo una de las crisis más graves de abastecimiento hídrico de los últimos años, teniendo que racionar el agua por sectores, para evitar desabastecimiento del líquido de la vida.
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La falta de lluvia y el cambio climático, han afectado la producción de agua en los embalses, que a su vez, también amenaza la producción de energía eléctrica.
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El plan de racionamiento es lograr disminuir el consumo de 18 metros cúbicos por segundo a dos metros cúbicos.
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Uno de los objetivos del plan de racionamiento es ahorrar al menos del 11% de la demanda total de agua en la capital colombiana.
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El sistema Chingaza, que surte el 70% del agua a la capital, se encuentra al 16.7% de su capacidad.
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Según expertos, los embalses han bajado con rapidez por las altas temperaturas y la falta de lluvia.
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El nivel actual del embalse de San Rafael cuenta con 12 millones de metros cúbicos, estando al 18% de su capacidad total.
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La única localidad que no será partícipe de los racionamientos es la localidad de Usme, ubicada en el sur de la ciudad.