
La advertencia del alcalde Galán prende las alarmas sobre una posible crisis energética en la capital. ¿Qué está pasando con las líneas de transmisión claves para el suministro eléctrico?
Bogotá podría estar más cerca de un posible racionamiento de energía de lo que muchos creen. Así lo advirtió el alcalde Carlos Fernando Galán durante su intervención en el 17º Congreso Anual de Energía de Acolgén, un evento clave para el sector eléctrico colombiano. En un tono contundente, el mandatario capitalino hizo un llamado urgente a las autoridades nacionales y empresas del sector para acelerar la entrada en operación de infraestructuras que llevan años en desarrollo, pero que aún no han visto la luz.
“Desde el año pasado vengo insistiendo en la necesidad de que se terminen esas redes de transmisión que se contrataron hace más de 10 años. Si no se terminan, vamos a tener riesgos en el abastecimiento de energía en Bogotá el próximo año”, declaró Galán, visiblemente preocupado.
La línea de transmisión que tiene en vilo a la capital es la La Virginia–Nueva Esperanza, adjudicada en 2016 a la empresa brasileña Alupar, pero que aún no está en funcionamiento. Este proyecto es clave para traer electricidad desde el centro del país hacia Bogotá y garantizar la estabilidad del sistema eléctrico en la región más densamente poblada de Colombia.
El caso de La Virginia–Nueva Esperanza es solo uno de los varios proyectos estratégicos que han enfrentado demoras significativas por razones que incluyen licencias ambientales, conflictos con comunidades, ajustes técnicos y falta de coordinación interinstitucional. A pesar de ser adjudicados hace más de una década, los retrasos continúan acumulándose, generando incertidumbre sobre la capacidad futura del sistema para responder a la creciente demanda energética de la capital.
Expertos del sector advierten que, sin estas líneas operativas, Bogotá dependerá de una red limitada y vulnerable ante fallas o eventos extremos. En otras palabras, un apagón prolongado no es un escenario descabellado si no se toman medidas urgentes.
¿Puede haber racionamiento en Bogotá?
Aunque las autoridades no han confirmado un plan de racionamiento energético, las palabras del alcalde sugieren que el riesgo está sobre la mesa. Un fallo en la red actual, sumado a una demanda en aumento, podría generar restricciones en el suministro eléctrico, especialmente durante picos de consumo o eventos climáticos que afecten la generación hidroeléctrica.
Esto sería un duro golpe para Bogotá, una ciudad que no solo es el centro administrativo del país, sino también un motor económico que depende cada vez más de la digitalización, movilidad eléctrica y sistemas inteligentes que exigen estabilidad energética.
Galán pidió al Gobierno Nacional priorizar la terminación de los proyectos eléctricos pendientes, así como agilizar los trámites y reforzar la supervisión a las empresas encargadas. También se espera que en los próximos días se realice una mesa técnica entre el Ministerio de Minas y Energía, la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) y las autoridades locales para revisar el estado de los proyectos y proponer soluciones concretas.
Por ahora, la capital del país se mantiene en alerta. La energía eléctrica, ese recurso que parece garantizado, podría convertirse en un dolor de cabeza si no se actúa a tiempo.