Recientemente se conoció la denuncia realizada por 23 colombianos, quienes llegaron hasta México con el fin de cumplir sus sueños e ilusiones, los cuales fueron suspendidos debido a la inadmisión por parte de los miembros de migración mexicana, el cual causó rechazo entre los miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La Canciller Claudia Blum envió comunicación formal a su homólogo mexicano en donde expresa la preocupación del Gobierno ante las reiteradas inadmisiones de colombianos que llegan a México, las que han registrado un aumento en las últimas semanas.
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Por medio de un comunicado de prensa, desde la Cancillería se manifestó:
“Colombia y México tratan las inadmisiones en el Grupo de Trabajo sobre Asuntos Migratorios y Consulares, espacio en el cual se ha reiterado la preocupación por las frecuentes inadmisiones y por las presuntas vulneraciones a la dignidad y los derechos de nuestros compatriotas por parte de la autoridad migratoria mexicana”, indica el documento.
Asimismo, “es importante aclarar que, en el marco de la Alianza del Pacífico, desde el 2012 los colombianos pueden entrar sin visa de turismo, negocios, tránsito y estudios, por períodos limitados. El Ministerio de Relaciones Exteriores reconoce la autonomía de cada Estado frente a la autorización de ingreso a su territorio, y espera que en el marco de la mesa de trabajo conjunta se avance en la disminución de las inadmisiones”.
Denuncias de los viajeros
Algunas de las denuncias que se han vuelto virales en redes sociales indican que al momento de llegar a México fueron tratados como criminales a pesar de tener todos los documentos en regla y presentar las razones y argumentos necesarios para acceder al país latinoamericano, incluso sus denuncias llegan a indicar que fueron retenidos por más de 12 horas.
Una mujer indicó que al momento de llegar al país fueron llevar a un cuarto, en sus palabras “desagradables”, el cual era “pequeño y sin ningún tipo de ventilación. Hay muchas mujeres, la mayoría colombianas y con niños. Fueron casi 12 horas retenidos sin ninguna respuesta”.
“La persona que no atendió nos dijo de manera grosera que no cualquiera entra a México. Me pareció inhumano que no nos dejaron tiempo para comer y no nos dieron ni un vaso de agua para pasar el trago amargo”, contó uno de los jóvenes que se vio interesado en conocer las culturas y mayas.
