Ellos desarman computadores para salvar al medio ambiente

Publicado por: admin el Mié, 10/08/2016 - 05:36
Grandes cargamentos de monitores, CPUs, teclados, y diferentes elementos informáticos provenientes de todo el país llegan a una bodega en Bogotá. Son equipos dañados, con muchos años

Grandes cargamentos de monitores, CPUs, teclados, y diferentes elementos informáticos provenientes de todo el país llegan a una bodega en Bogotá. Son equipos dañados, con muchos años de uso, básicamente basura electrónica que en cualquier otro caso sería llevada a los botaderos a cielo abierto. Gigantescas cajas ocupan los elevados estantes del lugar, todas llenas de computadores viejos y partes de plástico, aluminio y otros tipos de metales.

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Se trata del Centro Nacional de Aprovechamiento de Residuos Electrónicos (Cenare), una iniciativa puesta en marcha por Computadores para Educar. Sin esta estrategia, los aparatos pasarían al olvido mientras contaminan el medio ambiente, de no ser por la labor que desarrolla este centro en donde se les da de nuevo uso a muchos de los materiales que los componen.

Cuando el Gobierno Nacional, liderado por el Ministerio TIC, creó Computadores para Educar en el año 2.000 para beneficiar a colegios, bibliotecas públicas y casas de la cultura con computadores donados por privados y por el propio gobierno, se preguntó ¿Qué hacer con toneladas y toneladas de aparatos tecnológicos que vivieron su mejor época en otros tiempos?

Surge entonces el Cenare para ocuparse de esto. Recibe todos estos residuos electrónicos para hacerles el tratamiento necesario. Con personal capacitado, desarman cada computador dañado, cada monitor inservible, y separan los materiales con que fueron hechos. Aluminio, hierro, cobre y muchos otros metales que pueden ser reutilizados y que hubieran sido desaprovechados y terminado de nuevo bajo tierra o entre montañas de basura, contaminando, son recuperados.

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“Pocas personas sabemos del impacto tan negativo que tienen los residuos en el medio ambiente. Cuando recogemos, desarmamos y damos nuevos usos a los equipos dañados, estamos reduciendo la huella de carbono y la tala de árboles”, explica Fernando Bedoya, Director de Computadores para Educar.

Los computadores se retoman de colegios, bibliotecas y casas de la cultura de todo el país a Bogotá para ser demanufacturados. Este proceso consiste en el desarme, separación, limpieza y clasificación de estos productos. Desde que el Cenare se creó en el 2007 un total de 221.000 equipos, equivalentes a 4.532 toneladas, han pasado por este arduo trabajo. Esto equivale a cuatro veces la Plaza de Bolívar. Se espera que este año se procesen 22.000 aparatos, es decir, 541 toneladas de residuos tecnológicos, y para el 2018, se alcance 100.000 terminales demanufacturados.

Como es de esperarse, estos computadores recogidos deben ser reemplazados por otros más nuevos y de mejor calidad. De esta manera se ha logrado que colegios en lugares remotos del territorio nacional como Acandí, Carmen del Darien, Condoto (Chocó); Olaya Herrera, Policarpa, Ricaurte, Roberto Payán, (Nariño) entre otros, puedan recibir mejores equipos, permitiendo que los niños tengan acceso a tecnología de última generación.

“Con esta labor buscamos cerrar el ciclo. No solo dar computadores a lugares apartados sino renovarlos y recoger los que estén obsoletos para evitar el riesgo ambiental que estos pueden causar. Al principio no fue sencillo. Encontramos, por ejemplo, un colegio en el que los computadores viejos los enterraron debajo de la cancha de fútbol porque no sabían qué hacer con ellos. Este es precisamente uno de los problemas que queremos solucionar”, comenta el Director de Computadores para Educar.

En sus puestos de trabajo, técnicos altamente capacitados, entre ellos tres personas con discapacidad auditiva (sordas), desarman los equipos. De un computador dañado o antiguo se pueden sacar muchos elementos como plástico, hierro, aluminio y cobre, que pueden ser nuevamente procesados y que además tienen un alto valor comercial. El vidrio de los monitores también se puede aprovechar, al igual que el plástico de los teclados y demás partes del equipo. Una forma de reducir el fuerte impacto que causa la extracción minera en los suelos.

También se obtienen residuos peligrosos como aceites, ácidos y otro tipo de líquidos, los cuales producen elevados niveles de gases de efecto invernadero, una de las principales causas del cambio climático. Cenare les da el correcto uso vendiéndolos a empresas que se encargan de darles un manejo ecológicamente responsable.

La correcta disposición de residuos electrónicos es uno de los temas que más preocupa a la comunidad internacional, pues en los últimos años, estos han aumentado considerablemente. Por esta iniciativa, Colombia es pionera, y reconocida por contar con este tipo de centro de origen oficial en Latinoamérica. Esto les valió un reconocimiento del Convenio de Basilea, además de ser postulados periódicamente para liderar un grupo técnico de trabajo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en donde países del mundo entero, tienen como referencia a Colombia por sus procesos de aprovechamiento de residuos electrónicos.