"Esta entrevista se la doy porque estoy en vacaciones, también estoy protegido por un sindicato y quiero mostrarle a Colombia cómo se comporta Claro con su personal", dice Wilson Sierra, trabajador de la compañía mexicana que asegura recibir constantes abusos laborales por parte de sus empleadores.
Según el capítulo 23 del código de ética de la empresa, este empleado no podría darnos la entrevista ya que no cuenta con la autorización previa de la Presidencia. Por no estar de acuerdo con este documento, Sierra no firmó y hace público su caso.
El ahora empleado de la compañía Telmex trabajaba como conductor cuando en octubre de 2008, por cuestiones laborales, sufrió un accidente de trabajo en la extinta empresa TV Cable, que tiempo después fue absorbida por el gigante de las telecomunicaciones. Sierra tuvo una hernia discal, con una pérdida en su capacidad laboral cercana al 11,15 %. Un año y medio después fue indemnizado y recibió recomendaciones de la Administradora de Riesgos Profesionales para su desempeño laboral.
Sierra argumenta que Telmex no estaba cumpliendo con las recomendaciones que le había dado Suratep para su desempeño laboral; al contrario, dice que le “obligó” a realizar labores ajenas al contrato de trabajo. Asegura que a raíz de esto sufrió pérdidas económicas y problemas emocionales.
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Le asignaron un recorrido de seis kilómetros que no podía efectuar a pie debido a su lesión. Se pregunta dónde estaba salud ocupacional o la ARP en ese momento. Añade que no se pronunciaron sobre el incumplimiento de las recomendaciones para su desempeño laboral.
“Yo venía con unas condiciones donde ganaba más de un millón de pesos con horas extras y demás. Mi sueldo bajó a la mitad y me pusieron en la calle a hacer un recorrido desde la calle 6 con caracas hasta la 34. Como yo estaba accidentado de la columna, ese recorrido no lo podía hacer.”
Sierra menciona los artículos 2, 4 y 8 de la ley 776 de 2008 que se refieren a la reubicación del trabajador: “Los empleadores están obligados a ubicar al trabajador incapacitado parcialmente en el cargo que desempeñaba o a proporcionarle un trabajo compatible con sus capacidades y aptitudes, para lo cual deberán efectuar los movimientos de personal que sean necesarios.”
A finales de 2011, cuando estaba a punto de retirarse, le sugirieron que ingresara al sindicato. En enero de 2012 se afilió a Sintratelmex, hoy Utraclaro, y luego fue elegido en la Comisión de Reclamos, donde obtuvo fuero sindical.
El 20 de febrero de 2012, a un mes de vincularse al organismo sindical, supo que Telmex solicitó a la empresa de seguridad ONCOR realizarle un seguimiento a sus ingresos y salidas en moto. Él asegura que esto era de su total desconocimiento, por lo cual la “persecución sindical se dio desde que comencé con el sindicato.”
Las cifras
Sierra es uno de los 1.202 ciudadanos que decidieron demandar por acoso laboral ante el Ministerio de Trabajo en 2012.
El último dato que se tiene es de 2013, pues de acuerdo con el informe de la Dirección de Inspección, Vigilancia y Control del Ministerio del Trabajo, el año pasado se presentaron 361 denuncias por esta causa, un 70 por ciento menos que en el periodo en el que Wilson Sierra comenzó a denunciar.
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Según el organismo estatal muchas de las investigaciones que se adelantan terminan cuando se requiere que el empleador cumpla el reglamento de trabajo. Es así como 442 casos terminaron en acuerdo entre las partes, sin llegar a instancias de denuncia a una inspección de trabajo o ante un juez.
En los procesos adelantados el año pasado por acoso laboral, se presentaron 664 solicitudes de conciliación, en 168 hubo acuerdo entre las partes, y en 199, no.
¿Persecución laboral?
Desde su accidente laboral hasta un mes después de afiliado al sindicato, Telmex Colombia, a través de salud ocupacional y la ARP, nunca le prohibió a Sierra el uso de moto.
A tres años del accidente, Sierra cree que el área de salud ocupacional de Telmex, apoyada en las recomendaciones de la ARP, quería que firmara actas de compromisos para “tener el pretexto de dar por terminado su contrato de trabajo” con justa causa, con el argumento de que Sierra había usado su moto cuando no podía hacerlo.
“Pido que ya no se den estas clases de intimidación, no más seguimientos poniéndome en una lista negra, ya que desde los señores de vigilancia hasta los compañeros ven cómo soy perseguido por el solo hecho de ser sindicalista. Un ejemplo de ello es que en el lugar donde laboro, gano entre $300 y 400 mil pesos menos que los demás trabajadores”, cuenta Sierra, aclarando que muchos de sus compañeros directos no le hablan porque lo ven como un mal ejemplo.
Wilson Sierra cree que lo más extraño de todo es que la ARP y salud ocupacional no le prohibieran el uso de moto a sus compañeros que habían sufrido un accidente laboral y no estaban sindicalizados.
El 22 de mayo de 2012 lo citaron a una reunión donde salud ocupacional le entregó un documento, con acta de compromiso por parte de Telmex, en que la empresa le dice a Sierra que debe cumplir con las recomendaciones del área de salud. Además se le sugiere evitar las tareas que representaran el uso de la moto, único transporte con que cuenta este hombre de 38 años.
Sierra se negó a firmar el documento basándose en que el reglamento de trabajo de la compañía dice que su contrato podría verse afectado si hacía uso de este medio de transporte. “El grave incumplimiento por parte del trabajador de las instrucciones, reglamentos y determinaciones de prevención de riesgos, adoptados en forma general o especifica y que se encuentren dentro del programa de salud ocupacional de la empresa, que le hayan comunicado por escrito, facultan a Telmex para la terminación del vínculo o relación laboral por justa causa”, dice el contrato.
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Al leer el acta de compromiso entregada por salud ocupacional y al conocer el anterior reglamento, Sierra dice haber entendido por qué Telmex seguía su ingreso a las instalaciones.
Pasó más de un año y después de varias demandas, uno de sus jefes le dijo: “¿por qué más bien no se retira?" Sierra no siguió la recomendación. Un día lo llamaron de salud ocupacional. Llevaron un documento en blanco para que lo firmara. “Lo que nunca me dijeron es que esto era para poderme hacer el cambio de puesto de trabajo con mi visto bueno. Para mí fue una total cochinada”.
A partir de ese momento, las autoridades de Telmex consideraron que su salud peligraba en la calle. Lo enviaron a trabajar a una oficina en el norte de Bogotá. Dice que llegó sin la capacitación para hacer lo que sus compañeros efectuaban. "Para mí era humillante, la gente se burlaba. Me obligaban a cumplir el turno durante todo el día, sin hacer otra cosa que estar sentado".
Luego de superar los problemas ligados a la falta de experiencia, Sierra logró completar dos años en este nuevo oficio. Pasó de conductor a auxiliar operativo. Cuenta que hacía lo mismo que sus colegas pero recibía un sueldo inferior. Ya conforme con su situación llegó junto a sus compañeros a cubrir el 97 por ciento de las operaciones. Fue felicitado por sus jefes, hasta que el director de la sucursal en la que trabajaba citó a una reunión expresando que el cargo de auxiliar desaparecía.
Fue enviado a una compañía filial de Claro para supervisar y coordinar trabajos Outsoursing que manejaban traslados por medio de tercerizados. Cuando llegó a ese puesto, “no le permitían” estar con sus compañeros y debía hacer lo mismo que en la anterior sucursal, pero peleándose un computador y sin programas básicos, como Excel. "Me decían: coja cualquier computador y comience a trabajar ahí".
El empleado de Telmex consideró oportuno pelear por un ascenso laboral pero le fue negado. La empresa argumentó que una vez terminado el Plan Piloto del “Proyecto CGO” donde se avaluó su desempeño, no cumplió con los requisitos para ocupar este cargo.
“Luego de mi accidente trabajé tres años y logré adquirir experiencia. Me evaluaron y yo no me dí cuenta. Nunca me realizaron pruebas. Si la empresa me presenta un argumento diciendo que fue por mi estudio, yo lo entendería, pero nunca me dieron una prueba válida sin avisarme de la evaluación que me realizaban”, expresa Sierra, que hace menos de seis meses vio cómo a todos sus compañeros, menos a él, les aumentaron 200 mil pesos.
El Ministerio y sus argumentos
Kienyke.com conversó con el ministro de Trabajo, Rafael Pardo, quien manifestó su preocupación por las condiciones laborales de los colombianos. Desde su llegada al despacho se crearon los comités de convivencia, mesas de concertación que se establecen en la empresas como requisito obligatorios para solucionar los inconvenientes y evitar instancias mayores.
Según Pardo, "no todo tiene que ir como denuncia ante una inspección de trabajo, hay temas que son parte del día a día. Los comités de convivencia son un instrumento de diálogo en el que buena parte de los problemas son solucionados". El ministro recuerda que la ciudadanía cuenta con varios instrumentos en caso de no lograr solucionar sus problemas directamente con la compañía. Estos son la inspección laboral, la justicia ordinaria y la línea de atención 120.
“Mucha gente no denuncia porque tiene temor de perder el puesto y esto está relacionado con los poderes de jerarquía, por eso los comités de convivencia son obligatorios e importantes”, dice el Mintrabajo.
En el país hay inspecciones laborales en las 150 ciudades más importantes. La línea 120 también es un recurso gratuito. Pardo recomienda que las quejas se realicen en este espacio. “Invitamos a todo el mundo a que haga sus reclamos a través de la línea 120. Recibimos tal vez 40 mil llamadas y muchas son de información y queremos que sea un mecanismo en el que no tengan que ir a una inspección, que no tenga que pedir un abogado."
Concepto de acoso y regulación
El acoso laboral está regulado por la Ley 1010 de 2006 y se define como toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre el empleado o trabajador por parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno. Está encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y angustia, causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo o inducir a la renuncia del mismo.
Wilson Sierra logró que le quitaran la prohibición para el uso de la moto. Ha pasado más de 10 derechos de petición tanto a Telmex como al Ministerio de Trabajo.
En referencia a su traslado, la Gerente de Gestión Humana de la compañía mexicana con sede en Colombia, respondió que desde el 20 de febrero del 2013 este empleado fue informado de que, por necesidades estrictamente operacionales, “pasaría a desempeñar las funciones como auxiliar operativo a otra sede y siempre dentro de la ciudad de Bogotá, en donde fueron contratados sus servicios personales.”
Aseguran que esta fue una reasignación que no significa un traslado ni un detrimento en sus condiciones laborales y que bajo ninguna circunstancia puede ser entendida como un acto de persecución derivado de sus actividades sindicales.
En cuanto a la solicitud de ascenso, Telmex respondió que al finalizar el plan para el proyecto en el que él se encontraba, realizaron una evaluación de su desempeño y hallaron que Sierra no cumplía con las condiciones requeridas para ser ascendido. Tuvieron en cuenta aspectos como la participación como miembro del equipo de trabajo, la comunicación hacia los colaboradores de Outsoursing y sus pares, sus habilidades de manejo personal. Todos esos aspectos fueron deficientes.
En octubre de 2012, Efraín Caicedo, Inspector laboral del Ministerio de Trabajo, decidió archivar el expediente del caso y dejó en libertad a Wilson Sierra para acudir a la Justicia Ordinaria Laboral en procura de sus derechos, ya que las aparentes conductas de acoso laboral no pueden ser decretadas por este sector.
Aunque ya ha recibido respuesta por parte de Telmex, Wilson Sierra quiere que sus derechos como sindicalista sean respetados, que haya comunicación continua con la empresa con actas incluidas, mejores evaluaciones para los ascensos y dignificación laboral. "Si no hubiera ningún atropello por parte de Claro, yo estaría trabajando en las mismas condiciones que mis otros compañeros. "¿Mi condición cambia por haber sufrido un problema en la espalda?¿ No tengo derecho a recibir capacitación e información sobre la evaluación que hacen para los ascensos?" Se pregunta.
Kienyke.com quiso conocer las políticas de protección de empleados por parte de la compañía Telmex y preguntar específicamente sobre el caso de Wilson Sierra. Esta fue la carta que envió la Dirección de Comunicaciones y Relación con Medios.
Con respecto al mismo caso, este medio tuvo acceso a las respuestas de varios derechos de petición que realizó Telmex y el Ministerio de Trabajo. Pueden consultarlos aquí.
En Twitter: @cahurtadokyk
"Mis empleadores me matonean"
Dom, 02/02/2014 - 14:01
"Esta entrevista se la doy porque estoy en vacaciones, también estoy protegido por un sindicato y quiero mostrarle a Colombia cómo se comporta Claro con su personal", dice Wilson Sierra, trabajador