Amparo Sinisterra de Carvajal recuerda que cuando era pequeña se paraba frente a un espejo que tenía un armario de la casa de sus padres y se ponía bailar. Su pasión por el baile fue el inicio de una carrera como promotora de las artes en Cali y toda Colombia.
La actual directora de Proartes tuvo la suerte de estudiar ballet en Estados Unidos y se especializó para enseñar danza, razón por la que fundó la academia de baile Ana Pavlova, desde donde enseñó este arte por 40 años. También se casó con el empresario Adolfo Carvajal y comenzó una imparable carrera, que hace poco cumplió 55 años, y en la que se ha dedicado a promover el arte en todas sus formas con la fundación de entidades como la emisora de la Fundación Carvajal y Telepacífico.
Hoy a sus 77 años trabaja con la misma energía con la que comenzó. Todos los días se levanta temprano para tener tiempo para ella misma: ora y hace ejercicio. Después se va a Proartes, a la emisora de la fundación Carvajal y al canal. El tiempo siempre le ha rendido, según ella por ser puntual.
La emisora, la cual fundó hace 34 años, es su consentida porque allí puede vivir su pasión por la música clásica, en especial hacia Beethoven, y por los boleros. Su canción preferida, dentro de una gran mezcla de buena música, es el bolero Solamente una vez. Otra cosa que la ha enamorado toda la vida es Cali y su brisa de las cinco de la tarde.
Está vestida con su elegancia usual. Una camisa blanca, poco maquillaje y unos aretes discretos. Usa un sola anillo en sus manos. Su ojos expresivos y grandes conservan toda la vivacidad de esta mujer que algunos quisieron lanzar como alcaldesa de la capital del Valle del Cauca.
Amparo habla con mucha emoción de uno de los últimos proyectos que lidera: La I Bienal Internacional de Danza de Cali.
“Cuando comencé aspiraba a que las niñas pudieran encontrar el mundo maravilloso de la danza. Después de 40 y pico de años me involucré en tantas cosas y entregué la academia a la Fundación Carvajal para que los niños tuvieran la oportunidad de seguir aprendiendo. Fueron unos años muy bien vividos. Para mí el baile es una oración, es la magia del cuerpo humano, único e irrepetible. La técnica puede ser igual, pero la danza no es la misma, cambia en cada persona. Esa posibilidad de expresar lo que uno siente es lo más maravilloso de la danza, lo acerca a Dios, y uno puede comunicarse con los demás”, cuenta desde su oficina de Proartes en Cali.
A pocos días de que comience la primera Bienal de Danza de Cali (del 4 al 11 de noviembre), Amparo habla sobre su larga carrera y el baile en la Sucursal del Cielo.
Después de 55 años de carrera, ¿cree que es difícil promover el arte en Colombia?
Nada en la vida es fácil. Lo fácil no vale la pena. Esto es difícil en el sentido de abrir caminos para tratar de devolverle a la comunidad en la que uno creció y mostrar ese universo afuera. Yo no me arrepiento ni un minuto. Creo que el arte es una herramienta maravillosa.
¿Cuál ha sido el secreto de su carrera?
No creo en nada que no nazca del amor y del corazón. El corazón no se equivoca. Mis propósitos en la vida han sido poder alabar a Dios, mientras estoy aquí, y amar a mi tierra y mi país.
¿Esta bienal de danza es un sueño cumplido para usted? ¿Cómo logró concretarla?
Fue una coincidencia muy feliz porque hace unos diez años la Alianza Francesa nos había colaborado con un proyecto de danza en Cali con el que buscábamos abrir espacios para el desarrollo de la danza contemporánea. Sin embargo, no se pudo seguir haciendo y en los festivales de artes -que ya llevan 15 versiones- traíamos de todo: danza, música, teatro, poesía, literatura, pero en general Cali es una ciudad que vibra por la danza. Por esta razón, acogimos la propuesta del Ministerio de Cultura, junto con la Alcaldía de Cali.
¿Qué veremos durante esta bienal?
Es una bienal con una calidad maravillosa. Vienen 27 compañías y habrá una gran participación de bailarines profesionales y del público en general. Nada más valido que ofrecerle a los ciudadanos de Cali lo que se está haciendo en el mundo: que vean cómo se ha desarrollado la danza a través de los últimos años. Comenzaremos la bienal con el ballet folclórico de México de Amalia Hernández. Además, el Corpuslab de Medellín y Delirio de Cali tendrán su estreno mundial en este evento. Otros grupos que estarán son: Tangokinesis de argentina, La otra orilla de Canadá y el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Aparte de eso, habrán clases maestras, video danza y performance.
¿Cuáles son las compañías de danza que usted espera con más emoción?
Una de las que más me ilusiona es la Compañía de Danza de José Limón, que conocí desde que estaba en Estados Unidos. En realidad quiero verlo todo. En la oficina no me van a ver durante esos días.
Además, está el evento donde reunimos las 22 comunas para que vengan con sus escuelas de danza a la plazoleta Jairo Varela. El día 4 de noviembre a las 4 de la tarde se mostrará cómo se baila en Cali. La bienal es de los caleños y por eso la idea es que vengan, unamos voluntades, nos mirémonos a los ojos y comprobemos todo lo que uno puede ser y hacer a través de la danza.
¿Por qué la bienal será cada dos años?
Es un evento demasiado grande y la consecución de recursos es difícil. Otras grandes bienales en el mundo se realizan también con esta periodicidad.
¿Cómo van otros sus otros proyectos?
Proartes va divinamente. Llevamos muchos años con la orquesta. Este año viene la escuela de música, tenemos 300 niños y un pénsum maravilloso. También tenemos el festival de cine que dirige Luis Ospina y tres salas de exposición de arte cada año. Proartes es una casa abierta, un sitio de encuentro de la gente. Eso es lo bueno de esa entidad: que es una asociación para la cultura y el arte. Como es privada nos permite ser más agiles en las actividades que nos encomiendan.
Por otra parte, la emisora es una pasión maravillosa. Lo que lamento es no tener más tiempo, porque la música ha llenado mucho de mi vida, es uno de los proyectos más gratificantes que he tenido. Igualmente le dedicó mucho tiempo: aún grabó, hago libretos y reviso la programación.
¿Qué cree que hace falta para que haya más promoción de arte en Cali y Colombia?
Siempre es importante que el Estado y la empresa privada se unan porque realmente ninguno puede solo. Sin embargo, es difícil unirse a trabajar. El problema de los seres humanos es el ego. Uno debería dejarlo para poder desarrollar todo el potencial.
¿Qué la mantiene tan fuerte?
Tengo una gran fortaleza que me la da la fe en Dios, en mi gente y en poder servir. Mientras mi ciudad y mi país me necesiten estaré para hacer "mandados", como siempre he dicho, y eso genera una satisfacción muy grande. Invito a los colombianos a que vengan a aprender a bailar como se baila en Cali.
www.bienaldedanzadecali.com
@Bienaldanzacali
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