Fotos: Lina Rozo
A las 12:32 p.m. un hombre alto, con cejas gruesas y barba, toma el micrófono, los asistentes menores de 25 años miran con curiosidad al hombre del escenario: Buenas tardes, espero que disfruten del Secreto de sus ojos, la idea es hablar sobre esta película que estrenamos en 2009- dice Eduardo Sacheri, escritor y guionista de esta película de Juan José Campanella, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Cartagena. Este encuentro entre el creador y los estudiantes hace parte del Hay Joven, que nace con la octava edición del Hay Festival. ¿La película está basada en una historia real o es pura ficción? ¿Cuál es el reto más grande que hay en escribir un libro, y pasarlo a un guión? ¿Por qué la película se llama El Secreto de sus ojos y no La pregunta de sus ojos como el libro? Fueron algunas de las preguntas de los jóvenes al escritor. Sacheri empieza a revelar detalles de la cinta y la relación entre guionista y director. Primero lleva a los jóvenes a la década del setenta en la Argentina, donde se sitúa esta película de suspenso. Benjamín Esposito e Irene Menéndez-Hastings protagonizan una historia de amor en medio de expedientes empolvados y jueces corruptos en la época previa a las dictaduras militares en Argentina; un país marcado por la violencia política, el terrorismo de Estado y las desapariciones. Para Eduardo, la película reflexiona sobre el tema universal del castigo y la justicia replicable en muchos países de América Latina donde existe la impunidad. Su libro La pregunta de sus ojos se basó en su propia experiencia cuando en los años ochenta, mientras estudiaba, trabajaba en un juzgado de Buenos Aires: Lo que van a ver en la película no es un decorado, es un juzgado real . Es mucho más barato que te presten un juzgado que armar un decorado para que te presten un juzgado - confiesa el guionista de la segunda película argentina en ganar un Oscar después de La Historia Oficial.La historia de amor y el asesinato de Liliana Colotto fue producto de su imaginación, nunca existieron los personajes protagónicos en Buenos Aires, nacieron en las páginas de su libro, actores como Soledad Villamil, Guillermo Francella y Ricardo Darin les dieron vida en la pantalla.
A las 12: 45 p.m, después del viaje del guionista al contexto histórico de la película y de develar qué elementos había tomado de la realidad y cuáles no, los jóvenes indagan sobre el resultado final ¿qué habría cambiado de la película? ¿Está satisfecho con el resultado? ¿Cómo fue ese trabajo con el director? Sacheri contesta: Yo estoy satisfecho con la película, todo el guión de la película fue una permanente negociación entre el autor y director, y de esa negociación, el resultado es el guión. Ahora le confieso que ahora cuando veo la película y todo lo que sucedió con ella, y de lo muy bien que le fue, hay escenas que las haría distintas. En su literatura Sacheri introduce o presenta las situaciones y personajes de manera más descriptiva, lo que le tomaba una página y media, a Campanella, el director, le tomaba una página en el guión: “Vas a ver qué se entiende igual” le decía Juan Jose Campanella. Al final fue un guión tan concertado entre director y guionista que no se descartaron muchas escenas durante la filmación. Otra de las preguntas de los jóvenes, sobre el nombre del libro, el titulo original “La Pregunta de sus ojos” fue cambiado, porque la historia cinematográfica no se centraba en la historia de amor, sino en el crimen y recurre a los recursos clásicos del género policial y de suspenso: ritmo rápido, tonos oscuros y poca iluminación en las escenas que preparan al público para una acción. Cámaras en primer plano que siguen las reacciones de los personajes y la música que anticipa cuando algo está por suceder. En el Secreto de sus ojos además se incluye el tema futbolístico, tan fuerte en Argentina: una de las pistas para encontrar al asesino es su pasión por el Racing de Avellaneda. La dupla Campanela-Sacheri presenta este año “Metegol” otra adaptación cinematográfica. En otra revelación con los jóvenes, Sacheri se considera un perfeccionista en su trabajo, ninguno de los dos esperaba el éxito de la película y todavía recuerda la sensación de nervios en agosto del 2009 cuando se estrenó en varias salas simultáneamente. Campanela y Sacheri querían descubrir las emociones de la gente, saber si el público se compenetraba con los personajes, con la historia, con los momentos clímax de su obra. Los jóvenes cartageneros escucharon con atención, a la 1 p.m. comenzó la proyección de la película, no sin una última confesión de Eduardo con el auditorio: “Campanella me puede decir: por suerte vos no sos el director y por eso la película salió tan bien, y probablemente tenga razón” Para Eduardo su territorio es el de la palabra, y el de Campanella, el territorio de las imágenes.