Un anónimo va por el Oscar

Dom, 30/01/2011 - 07:00
Dicen que se apellida Banks, que creció en Bristol Inglaterra y que nació en el año de 1974, pero su identidad es el secreto mejor guardado del arte británico. Acaba de ser nominado al Oscar como
Dicen que se apellida Banks, que creció en Bristol Inglaterra y que nació en el año de 1974, pero su identidad es el secreto mejor guardado del arte británico. Acaba de ser nominado al Oscar como director del documental Exit through the gift shop, y su reacción fue comentar que el único hombre desnudo y cubierto de pintura dorada que ha estado en su casa, es él. Hace un mes la casa de subastas Bonhams vendió 10 obras suyas por medio millón de libras, unos 2100 millones de pesos. Hace un par de años Brad Pitt y Angelina Jolie compraron cinco de sus sarcásticas pinturas. Su atracción es el diseño de bromas visuales con un fuerte contenido político. Aunque en sus inicios pintaba  a mano alzada, la técnica que mejor lo ha definido es el  Stencil. Un recurso urbano donde el artista utiliza una plantilla de papel y después le esparce pintura salida de un spray. Su primer obra apareció en las calles de Bristol en 1992. Fue una rata, las ratas siempre han sido representativas en su trabajo: la rata y el hombre, la rata anarquista. “Las ratas existen sin nuestro permiso. Son odiadas, cazadas y perseguidas. Viven en una agonía silenciosa entre la inmundicia. Así y todo son capaces de doblegar a civilizaciones enteras. Si eres cochino, insignificante y odiado entonces las ratas son el máximo ejemplo a seguir”.  Banksy. Sus mensajes en las paredes le comenzaron a funcionar, firmar como Banksy sin darse a conocer le dio más fama. A finales de los noventas los policías de Bristol y de Londres lo buscaban por todos lados. Sus manifestaciones ya no eran ratas, si no, iconos; Iconos y niños. Como olvidar aquél  montaje donde Micky Mouse y Ronald McDonald llevan de la mano a Kim Phuc,  aquella niña vietnamita que huye de su pueblo después de un ataque americano.  La niña va desnuda y con parte de su cuerpo quemado, imagen que le valió un premio Pulitzer al fotógrafo vietnamita Nick Ut en 1972. Banksy, a principios del año 2000 saltó a la fama mundial por sus intervenciones no autorizadas en las paredes del MOMA y de el Metropolitan, los dos museos más importantes de Nueva York.  El artista se las ingeniaba para hacer un gran plan: entrar a los museos  y cambiar las obras clásicas de su sitio tradicional, colgando replicas pero con sus  respectivas intervenciones. Muchas veces ni los propios encargados de los museos ni los mismos paseantes se percataban de que lo que veían era una obra intervenida por este guerrillero del arte, en el buen sentido de la palabra. El caso más famoso fue el del British Museum donde colocó una escultura  rupestre pero con un carrito de supermercado.   "Deambulaba por ahí, veía las obras, y pensaba que yo las podía hacer mejor, así que me pareció bien intentarlo. Esos lugares son gabinetes de trofeos para millonarios, el público nunca puede opinar sobre lo que ve” Banksy En julio de 2002, el británico realizó su primer exposición internacional. Muchos de sus seguidores esperaban verlo entrar por la puerta de la galería “Treinta y tres tercios”. Pero Banksy envío sólo sus obras. Muchos rumoraron que todos los días, el artista, se encontraba dentro del público. Al siguiente año sus obras tocaron las fibras de algunos de sus seguidores, debido a que el artista utilizo como lienzos, cuerpos de animales, entre ellos vacas y cerdos. Esto para la crítica fue algo más de sus excéntricas presentaciones, pero para los defensores de animales, muchos de ellos inscritos como artistas urbanos, fue una ofensa directa. A Banksy: poco le importo. En el 2004 el artista se catapultó con sus seguidores al reproducir cientos de billetes de 10 euros, en los cuales sustituyó la imagen de la reina Isabel por la de la princesa Diana de Gales. Así mismo, cambió el texto que decía “Banco de Inglaterra” por “Banksy de Inglaterra”. Aquellos billetes hoy en día se subastan en Ebay.com a un promedio de 200 dólares. El artista no se quedó allí, en su homenaje a la Princesa Diana, también realizó cincuenta afiches conmemorativos en honor a ella , los cuales firmó con su propio puño y letra. Muchos dicen que fue el mismísimo Banksy quien los lanzó a una multitud que se encontraba a las afueras del mausoleo. En el 2007 la casa de subastas Bonham’s vendió uno de estos afiches por 24.000 euros. Las paredes de Israel también recibieron los trazos del artista, el grafittero  ya había anunciado en internet que estaría en ese país. El juego de ser atrapado y la adrenalina de ser perseguido ha sido sinónimo de su nombre. Las autoridades israelitas, que son tan radicales con su patrimonio arquitectónico estuvieron a la espera del vándalo, pero a finales del año 2005 no sólo apareció una obra si no siete stenciles, justo en  el muro que divide a Israel de palestina. Cuenta el  portavoz de Banksy que mientras el artista intervenía una de las paredes del muro, se acercó un hombre de edad que lo admiró por su obra y le dijo que lucía bella. A lo que el británico respondió: “No queremos que sea bello, odiamos este muro, vete a tu casa ". Así creció el nombre de este polémico artista. A quién sólo un reportero lo ha entrevistado y lo describe como un hombre de vestidos raperos y de mirada profunda. No sé sabe si por la calidad de sus obras o por querer ser igual de reverentes que el autor, las estrellas de Hollywood y del mundo artístico les dio por comprar sus cuadros. Christina Aguilera compró un original de la reina Victoria en actitud de lesbiana,  por 25.000 euros. Después Kate Moss adquirió en la tienda Sotheby's otro por 50.400 euros. Y así otros más, que decoran sus casas con cuadros que “están a la moda”..   Después de ello, su nombre dejó de ser visto como el de un simple artista callejero, y pasó a ser uno de los iconos del arte mundial. En el 2007 se disparó su chequera, y es que es de anotar que Banksy si recibe en sus cuentas de ahorros el dinero por el que se venden sus obras. Para nada los dona, ni mucho menos quiere ser un filántropo del arte. Por ejemplo, ese año la casa de subastas Sotheby en Londres vendió tres obras alcanzando el precio más alto jamás pagado por una obra de Banksy: 102,000 Euros pagó un coleccionista por la pintura llamada Middle England bombardeo. Pero para el desconocido artista el 2009 fue más gratificante, ya que el museo de su pueblo natal, Bristol, por fin le dio paso a su trabajo al exhibir gran parte de sus obras. Ahora el museo al que él admiraba de niño, le abría las puertas de par en par demostrando que en ese momento se le reconocía como un vástago y no como un bastardo, todo debido a su brillantez.  100 obras se expusieron en el Bristol City Museum and Art Gallery. Una cola interminable de 8.500 visitantes acudieron el  primer fin de semana.  En tres meses de exhibición el museo fue visitado por mas de  300.000 personas, un record para la historia de aquel recinto del buen gusto. Hace muy poco, el ultra reconocido programa de dibujos animados Los Simpson, contrató al guerrillero de los spray’s para que realizará un guión que describiera los últimos minutos de uno de los capítulos más controversiales de la serie. Se dice que fue el mismísimo Matt Groening, creador de las historias de la familia Simpson, quien propuso contratar al artista por la admiración que este le representaba, pero al mismo tiempo, porque coincidía con los mensajes satíricos de la serie. El resultado final no ha tenido precedentes, Banksy, a su manera terminó por satirizar al propio programa de televisión. El episodio, llamado MoneyBart, comienza con las clásicas imágenes de la ciudad de Springfield, pero está vez garabateadas con la firma del artista callejero. Sin embargó, lo más duro viene al cierre con una critica mordaz a los productores del programa. Banksy escogió una secuencia de un minuto de duración que presentaba a unos decadentes trabajadores explotados en una oscura fábrica clandestina, los empleados se encuentran creando secuencias de animación y mercancías  en masa de Los Simpsons. Propio del guerrillero que a punta de pinturas ha bombardeado todas las sociedades del mundo, para levantar el mugre que hay debajo de sus alfombras. Un par de años atrás parece que Banksy visitó Colombia y como era de esperarse dejó su marca en Bogotá. Sin que nadie se diera cuenta y como por arte de magia, en el sector de las aguas en pleno centro de la capital, y en uno de los muros con mejor ubicación, en la esquina del Centro Colombo Americano apareció un esténcil con la imagen de la mítica Mujer Maravilla. No obstante al mirarla bien, nos damos cuenta que es una mezcla entre la Diosa Griega de la Justicia pero encarnada en la fémina más famosa de los dibujos animados gringos. El esténcil no duró mucho tiempo,  la institución inmediatamente mando a borrarlo y a limpiar su muro. Pero el mito creció y aun entre los grandes artistas urbanos se dice que Banksy también tuvo presente a Colombia, burlándose de su justicia. Medio mundo del arte a estado detrás de las huellas del artista, pero tan solo un periodista ha logrado entrevistarlo. Las cadenas de televisión británicas han estado a la cacería de una imagen de este iconoclasta pero por más que han invertido dinero no han podido capturar su imagen. Se dice que es un grupo de jóvenes, pero también se dice que el artista trabaja sólo y se vale de un manager para vender sus obras. La leyenda urbana ha crecido y por ello una de las fotos más visitadas en Internet ha sido la de un hombre pintando en una esquina. No se sabe si es el personaje que todo el mundo ha querido ver de frente, pero lo único que se conoce es que es la fotografía que más se acerca a la realidad de un verdadero guerrillero del arte. He aquí su huella:
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