Los días parecían cortos ante la cantidad de responsabilidades que tenía. Las horas de sueño eran escasas, pero en ellas debía encontrar la suficiente energía para empezar una nueva jornada de trabajo. ¿El objetivo? Ver su proyecto en las diferentes salas de cine del país.
Desde su juventud, Ana Salas se enamoró del cine. Su padre el reconocido pintor, Carlos Salas siempre le expresó su apoyo incondicional. Primero quiso ser bailarina, después astrofísica, pero a los 14 años se decidió por el séptimo arte gracias a que le brindaba la posibilidad de combinar diferentes formatos como imagen, baile y música.
"El arte me ha acompañado desde pequeña. Mi padre es artista, mi mamá es filosofa pero una de sus especialidades es la estética, desde muy pequeña estuve muy rodeada por las pinturas de mi padre, la danza, y me involucré rápidamente en ese mundo", contó Ana a KienyKe.com.
[single-related post_id="918908"]
A pesar de que siempre tuvo claro de que en Colombia no era fácil hacer arte, siempre estuvo convencida de sus sueños y objetivos. Una vez culminó sus estudios en el colegio, inició su preparación en cine y televisión en la Universidad Nacional. Duró cuatro años estudiando y preparándose, pero por circunstancias de la vida tuvo que partir a Francia a estudiar filosofía, donde posteriormente realizó un máster en cine.
Fueron más de 15 años los que estuvo en territorio francés. Viajó, disfrutó, conoció, aprendió y se preparó. En Europa en materia de arte las cosas están mucho más avanzadas. El apoyo estatal es mayor, pero a su vez, el acceso a esos espacios es bastante restringido, como quien dice "hay poco por hacer".
Fueron esas ganas de hacer algo uno de sus principales motivos para regresar a Colombia. La diferencia en cuanto a apoyos estatales es abismal, pero en su país siente que hay mucho por hacer y contar.
"En Colombia hay mucha voluntad. Hay gente muy pila que todos los días inventa cosas y trabaja buscando darse un lugar. Acá hay mucho por hacer", afirma Ana Salas.
Ana Salas, los esfuerzos de una cineasta independiente
Lun, 29/10/2018 - 10:47
Los días parecían cortos ante la cantidad de responsabilidades que tenía. Las horas de sueño eran escasas, pero en ellas debía encontrar la suficiente energía para empezar una nueva jornada de t