Omaira Estela Gutiérrez tiene 47 años y a los nueve años las circunstancias de su vida la llevaron a la calle. La ausencia de su mamá y el miedo a sus hermanos - es de una familia de ocho hombres y cuatro mujeres-, la hizo dejar su hogar y empezar un largo camino de más de 13.000 días de consumo de drogas, delincuencia y dolor.
"Me tiré a las calles", cuenta. "Me fui a vivir a dos cuadras de mi casa y una señora que consumía drogas me dio albergue, pero me dejaba cuidando un niño".
En aquella casa, narra, "entraban unos hombres, desbarataban armas, pero no me hacían nada. Uno de ellos me fue entrenando para moverlas y así llegué al centro de Medellín".
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El Parque de Bolívar fue su primer destino. Allí conformó un combo de 13 mujeres con las que conoció las drogas. "Empecé a tirar pepas, cacao sabanero, marihuna y perico. Fui cayendo cada vez más bajo", dice.
Luego se metió en una banda, de 65 hombre según explica, y con ellos empezó a delinquir: "Atracaba a gente en El Poblado y robaba a taxistas".
Pero el nivel que creyó era de no retorno llegó con el bazuco. "Empecé a venderlo por la avenida de Greiff con la Plazuela de Zea", cuenta.
Este alucinógeno la empujó a dejar la pieza por la que pagaba un alquiler, para sumergirse en guaridas con otros habitantes de calle.
En esos lugares pasaba tres o cuatro días sin salir. Solo lo hacía para conseguir el dinero que le permitiera proveerse de nuevo de bazuco.
"Toqué fondo, me puse flaca y como olía muy mal me sacaron. Llegó el punto en el que me tiraba a las aceras a pedir sobrados"Omaira Gutiérrez, exhabitante de calle.[caption id="attachment_713388" align="aligncenter" width="1280"] Foto: Alcaldía de Medellín[/caption]
Resurgir como el ave fénix
Conocer la historia de Omaira y saber que hoy su vida es completamente diferente porque ya no está en las calles es precisamente el objetivo del nuevo proyecto que emprede la Alcaldía de Medellín para ayudar a rehabilitar a cerca de 3.500 personas que se estima están en condición de calle en la ciudad. A ella, un día, un joven le habló del programa Centro Día, lugares a los que pueden asistir quienes no tienen un techo para asearse, recibir alimento y buscar apoyo para iniciar su proceso de recuperación. [single-related post_id="578653"] Omaira lo hizo. "Fui y me gustó mucho", afirma. Cuando salió y consiguió 5.000 pesos, no pensó en gastarlos en bazuco, en lugar de eso, narra: " Me compré ropa interior y unas medias y me mecatíe 3.000 pesos". Y cuando un operador le preguntó que talla de zapatos era y le regaló un par, se dio cuenta de que alguien se preocuba por ella y podía cambiar. Hoy Omaira hace parte de un grupo de voluntarios que empezarán a recorrer Medellín para contar su historia a aquellos que creen que convertirse en un exhabitante de calle es imposible. [caption id="attachment_713386" align="aligncenter" width="1024"] Foto: Alcaldía de Medellín[/caption] Esta iniciativa, liderada por la Secretaría de Bienestar Social, busca que los testimonios de quienes lograron alejarse del esa vida animen a quienes aún están en ella a vincularse al programa Somos Gente, una granjas en donde pueden llevar a cabo su proceso de rehabilitación. "Ahora mi trabajo es salir a hablar con los compañeros para que vean que sí se pueden salir. Yo sé lo que sienten, por eso estoy convencida que esa muchacha o muchacho que está en la calle puede lograrlo porque yo estuve quizás peor", explica feliz."Seré esa palabra de aliento, esa mano de ayuda, esa sonrisa, esa voz que les dice: mirá, yo estuve aquí como tú y sí se puede. Tengo la fé de que ellos se van a levantar, como me levanté yo".[caption id="attachment_713387" align="aligncenter" width="1024"] Foto: Alcaldía de Medellín[/caption]