El proceso para preparar profesionalmente una taza de café inicia con la ayuda de un sifón japonés, elemento que actúa como una cafetera y que tiene en la parte inferior un recipiente que contiene el agua y otro en la parte superior con los granos molidos. A este proceso se le añade un mechero de alcohol para comenzar a calentar el agua. Aquí comienza a hacer presencia un proceso químico, pues el vacío al que está sometida el agua obliga a subir el vapor a través de un estrecho tubo donde se encuentra con el café.
Finalmente, una vez que toda el agua se encuentra en la parte superior se procede a apagar el mechero para que nuevamente el agua baje, esta vez mezclada junto al café. Cabe mencionar que en la mitad de ambos recipientes existe un filtro que evita el paso de partículas grandes de los granos del café que no pudieron ser molidas. Este método es considerado como uno de los más vistosos y profesionales, pues garantiza la temperatura ideal del agua para infusionar el café.
Para muchos preparar un taza de café es un procedimiento bastante sencillo. Sin embargo, saber hacer un buen café no lo es. Fabian Gallego, barista con una amplía experiencia, afirma que el proceso para realizar un café debe ser especial desde calentar el agua hasta en la manera en como se muele el grano. Este procedimiento realza los sabores de caña, caramelo, trapiche y chocolate. En algunas ocasiones aparecen sabores cítricos, pero esto depende de la calidad o zona de recolección del café.
"Lo ideal es hacerle 'turbulencia' para que el café quede bien mezclado y homogéneo. Son gustos básicos de un barista. El siguiente paso es servirlo y que los comensales puedan disfrutar del producto" afirma Gallego una vez finalizada la preparación.