El forense que hace arte con sus muertos

Vie, 09/11/2012 - 09:02
La nota suicida estaba guardada en el bolsillo de un pantalón negro raído. El autor, un joven de 28 años, había decidido ahorcarse porque no aguantaba más la soledad. Su esposa lo ha

La nota suicida estaba guardada en el bolsillo de un pantalón negro raído. El autor, un joven de 28 años, había decidido ahorcarse porque no aguantaba más la soledad. Su esposa lo había abandonado y llevado a su hijo. El suicida, de pelo largo y piel blanca, estaba vestido de negro de los pies a la cabeza.

“Este debía ser otro satánico, otro metalero”, dijo uno de los profesores que acompañaba a un grupo de estudiantes a recorrer la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal, en Bogotá. Jairo León Orrego, quien se especializaba como médico forense de la Universidad Nacional, comenzó a escudriñar al muerto. Sus ojos se detuvieron en las manos y uñas pintadas de esmalte negro. En las muñecas encontró varias cicatrices, una señal clara de varios intentos previos de suicidio. Jairo olividó por un momento su rol como médico y tomó aquella fotografía que le parecía estética. La bautizó: “Los condenaditos”.

Durante las necropsias es común tomar fotografías de las señales particulares para identificar un cadáver. Tatuajes, lunares, cicatrices y corazones infartados hacen parte del protocolo. Sin embargo, Jairo ve todo desde otro ángulo. Aunque cumplía con su trabajo, le llamaban la atención las figuras que forman las manchas de sangre, la marca que dejaba un asesino cuando limpia el cuchillo sobre el cuerpo de una persona. Para Jairo no es un trabajo morboso ni amarillista. Es el simple reflejo de la violencia.

Jairo Leon Orrego-Medico forense"Ángeles boca arriba" es el nombre de la serie de 23 fotografías resultado del trabajo en el Instituto Nacional de Medicina Legal.

Fue así como Jairo comenzó a llevar a la morgue su cámara fotográfica, una Sony Cyber-Shot de 7.2 mega pixeles. Tenía la idea de retratar algo más que un cadáver, quería hacer arte. Se dedicó a los detalles, fragmentos e imágenes sutiles. Retrató aquel niño de pelo rubio que parecía dormido. Lo mismo hizo con las miradas perdidas, cuerpos abaleados, víctimas de minas antipersonales, corazones infartados, brazos, torsos, cuellos con cadenas y nudos, suicidadas, descuartizados y cerebros. Poco a poco fusionó la medicina forense con el arte.

La primera serie de fotografías lleva el nombre de “Ángeles boca arriba”. Se trata de 23 imágenes resultado de sus necropsias en la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y la Unidad Móvil de la Sabana, dedicada hacer recorridos en diferentes pueblos de Cundinamarca. Su propuesta nació como una contestación a la violencia. “Nos hemos dado cuenta de que el amarillismo y las masacres no nos afectan. No nos perturban. En una sociedad tan golpeada hay que buscar otra manera de reflexionar”. Sobre su trabajo asegura que conoce y respeta los reglamentos éticos de la institución. Por esta razón, nunca revela la identidad de las personas.

Jairo Leon Orrego-Medico forenseJairo León Orrego tiene 33 años, es médico y especialista en medicina forense. Ahora está haciendo una maestría en escrituras creativas.

Desde que Jairo estudiaba medicina en la Universidad de Antioquia buscaba la manera de cambiar los turnos de urgencias por necropsias. Años después, se inscribió a la especialización en Medicina Forense de la Universidad Nacional, en Bogotá. “Uno con los muertos puede meter la pata, no pelean ni alegan”, dice a manera de broma. Así se vinculó al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde trabaja desde hace seis años.

Jairo aprovechó su gusto por la literatura para escribir sobre sus experiencias en Medicina Legal. Terminando su especialización cambió su tesis en psiquiatría forense porque su tutor estaba ocupado y no podía asesorarlo. Apurado por el director de la especialización presentó sus escritos. La iniciativa fue aprobada. Así nació su libro, titulado “Apología de la ternura”. Una recopilación de historias cortas, crónicas y reflexiones con  ilustraciones del pintor Jenaro Mejía Kintana.

Jairo Leon Orrego-Medico forenseJairo León logró recopilar cerca de 200 imágenes que fueron editadas por una diseñadora antes de ser expuestas al público. 

Jairo notó que sus relatos tendrían más fuerza con imágenes reales. Con el tiempo recopiló cerca de 200 fotos. Le presentó su proyecto a la diseñadora Adriana María Ruiz, quien al principio estuvo reacia pero al final aceptó editar las imágenes para su publicación. La serie se completó cuando Jairo escribió un texto para cada una.

Artropology fue otro de sus trabajos artísticos. Lo hizo junto a César Sanabria, un antropólogo encargado de buscar restos óseos durante el proceso de Justicia y Paz. En las fotografías se podían ver hongos y líquenes creciendo en los huesos enterrados, además de imágenes como la de un cráneo colonizado por plantas y la de una órbita ocular convertida en la casa de un caracol. Jairo escribió los textos de ese proyecto.

Jairo Leon Orrego-Medico forenseEl médico León ahora se encuentra recopilando fotografías de mujeres víctimas de la violencia.

Pero Jairo ahora trabaja con los vivos. Tiene turnos nocturnos en la Unidad de Reacción Inmediata (URI). Allí ve a personas víctimas de violencia intrafamiliar, lesiones personales, maltrato infantil y delitos sexuales a menores. Es un médico atípico que solo usa la bata blanca cuando tiene que examinar a las personas, determinar huellas de violación o tomar muestras. Suele ir al trabajo en jeans y tenis viejos, una costumbre que adquirió en las brigadas de salud que realizó durante varios años en las selvas de Urabá. Ahora está recopilando fotografías de los ojos de mujeres víctimas de la violencia.

Jairo León Orrego es un médico de 33 años a quien su trabajo aún le impresiona. Las personas descuartizadas, de las que en ocasiones solo llegan las piernas, lo perturban. No logra entender el nivel de maldad de alguien capaz de tomarse el tiempo de cortar y desmembrar un cuerpo. Jairo espera terminar pronto su Maestría en Escrituras Creativas para volver a trabajar con los muertos, pues se considera un escritor que en sus ratos libres ejerce como médico forense.

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