Ben Schlappig es un estadounidense que gracias a sus habilidades con la información comercial y su empeño en buscar grietas legales en las compañías aéreas desde hace varios años vuela gratis por todo el mundo y en clase ejecutiva.
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Schlappig tiene 25 años y desde hace más de 15 vuela regularmente ya que parte de su familia vive en Alemania. Se hizo aficionado a los aviones y a estar en el aire, así que empezó a estudiar la forma de sacar partido de las compañías aéreas, logrando, años más tarde, ser un experto “hobbyist”, como se le ha llamado a quienes intentan volar gratis o a precios irrisorios.
Hace más de 15 meses, y por una tusa producida por romper con su pareja, Ben Schlappig aprendió la rutina de subirse en un avión y no bajarse de los aires, solo lo hace mientras hace escalas de aeropuerto en aeropuerto o mientras descansa un par de horas en lujosos hoteles. La revista Rolling Stone lo entrevistó en uno de los viajes y mientras cruzaban el océano confesó cómo se daba la gran vida dentro de los aviones.
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"Soy muy afortunado porque hago lo que me gusta...Los aviones son mi dormitorio. Son mi oficina y mi cuarto de juegos", dijo el joven a la revista. Schlappig tiene un blog en el que escribe sobre su pasión por volar y enseña varios tips para volverse un “hobbyist”.
Como volaba desde tan pequeño, antes de cumplir 18 años tenía acumulados más de 800 mil millas en viajes, las cuales aprendió a utilizar para llevar adelante su plan de vuelos gratuitos. Desde adolescente se aficionó a ser parte de foros on line donde varias personas se reúnen para planear estrategias acerca de cómo volar sin gastar tanto dinero.
Dentro de las estrategias que usan Ben para llevar a cabo sus planes, que varias aerolíneas consideran como fraudulentos, está la adquisición de tarjetas de crédito asociadas a las empresas aéreas con el fin de obtener más millas al momento de hacer transacciones.
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Schlappig indicó en la revista que es necesario escoger una aerolínea basándose en los beneficios y en el tipo de reglamentos que esta tenga y convertirse en un cliente exclusivo de aquella empresa para estar así pendiente de las grietas legales.
Otro de los pasos para ser un “hobbyist”, según Schlappig, es adquirir todos los programas de beneficios que la empresa ofrece, con el fin de sumar más puntos por compras, que a la larga terminan siendo ofertas aprovechables.
Con programas especiales creados por expertos “hobbyist”, dice Schlappig, es posible estar al tanto de la página web de las compañías aéreas y aprovechar las posibles fallas en el sistema de venta de pasajes, que son constantes, según le explicó a Rolling Stone. Lo que hacen estos programas es rastrear errores en la publicación de tarifas, enviar una alerta para que el usuario realice la compra antes de que el costo sea corregido. Por ejemplo, el sistema alerta de una oferta de 25 dólares, publicada por error, cuando el precio real es 250 o 205.
Ben creó la compañía PointsPros, dedicada a asesorar a clientes para que mejoren itinerarios de viaje con la empresa que eligieron para acumular millas.
Dentro de las estrategias que usan Ben para llevar a cabo sus planes, que varias aerolíneas consideran como fraudulentos, está la adquisición de tarjetas de crédito asociadas a las empresas aéreas con el fin de obtener más millas al momento de hacer transacciones.
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