Alzó la mirada, cansada ya de ver tanta agua y lo único que encontró, otra vez, fue eso: agua. Llevaba siete meses flotando sin destino en el Océano Índico. Quizás, después de tanto tiempo ya h
Alzó la mirada, cansada ya de ver tanta agua y lo único que encontró, otra vez, fue eso: agua. Llevaba siete meses flotando sin destino en el Océano Índico. Quizás, después de tanto tiempo ya había perdido toda esperanza. Sin embargo fue rescatado el 25 de diciembre, cerca de la isla francesa La Reunión.
Zbigniew Reket es un polaco de 54 años. En mayo de 2017 había salido del puerto de las Islas Camoras, en África, con destino a Sudáfrica en búsqueda de un mejor trabajo.
La embarcación la hizo él mismo. Luego de menos de un mes en el mar, esta falló. Además no contaba con medios de comunicación o de navegación porque se descompusieron durante los primeros días de la travesía. Como no tenía forma para guiarse o para informar su ubicación, pasó siete meses a la deriva entre Las Malvinas, Indonesia y la Isla de Mauricio.
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La única compañía que tuvo en todo ese tiempo fue su gato. Ambos lograron sobrevivir con medio sobre de sopa china al día, que complementaban con lo que lograran atrapar.
Antes de emprender su aventura, Reket había vivido varios años en Estados Unidos. Luego se mudó a India donde compró su embarcación. Tenía la intención de navegar hasta Polonia pero en aquella ocasión se averió el mástil del barco así que el marino debió pasar varios meses en las Islas Comoras mientras hacía las reparaciones necesarias.
El rescate del náufrago fue posible gracias a un velero que se percató de la barca que flotaba en el mar. Si bien él ha insistido en que fueron siete meses los que pasó en el Océano, hay algunos escépticos, médicos especialmente, que cuestionan la veracidad de su relato: es muy difícil sobrevivir a en las condiciones en las que Reket estuvo.
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A pesar de su experiencia, ha dicho que se tomará unos días para descansar. Luego reparará su barco y volverá al mar. Insiste en que quiere llegar a Polonia. Parece que no le tiene miedo a la inexpugnable inmensidad del océano que tanta gente se ha tragado.