Este fue el último viaje de la familia Steiner. De su casa, en un pueblo tranquilo cerca de Reims, a unas 100 millas al este de París, salió la familia conformada por tres personas; papá, mamá e hijo. Solo volverá uno.
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David y Ornella Steiner murieron en el desierto, el niño, de apenas nueve años de edad, se salvó. Darle a su hijo las últimas existencias de agua fue lo último que hicieron. Literalmente, sacrificaron su vida para preservar la del pequeño.
La pareja francesa, que en compañía de su hijo practicaba senderismo en el desértico Parque Nacional White Sands de Nuevo México (Estados Unidos), murió a causa de un golpe de calor, informaron las autoridades que rescataron con vida al hijo de la pareja.
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En diálogo con la prensa local, Benny House, alguacil de la zona, contó detalles de la escena que resultó perturbadora. La historia, según dijo, se la contó el superviviente de las trágicas vacaciones.
La familia de turistas visitó las dunas de White Sands y luego se aventuró por una ruta circular de unos ocho kilómetros, llena de subidas y bajadas, conocida como Alkali Flat.
"Se trata de un área desértica, sin sombras ni vegetación, que en verano alcanza temperaturas extremas y que las autoridades tan solo aconsejan visitar durante las horas más frescas". El día de los hechos, en la zona se registraba una temperatura de 38, 5 grados centígrados.
Según pudo establecer la investigación, los turistas, que llegaron al parque hacia la 1:00 pm, llevaban 600 mililitros de agua para consumir entre los tres. El líquido no fue suficiente.
El niño explicó a las autoridades que lo rescataron, que tras caminar casi 2,5 kilómetros, su madre, Ornella Steiner, de 51 años, se sintió mal y decidió regresar por su cuenta.
"Caminó como 90 metros antes de desfallecer", explicó House.
Ajenos al infortunio de la madre, el menor y su padre, David Steiner, de 42 años, caminaron unos 600 metros más hasta que el hombre también se derrumbó.
Una patrulla halló el cuerpo sin vida de la madre a las 17.30 y una hora después encontró al padre muerto y rescató al niño.
Según dijo Benny House, la pareja salvó la vida del pequeño al darle casi todo el agua que llevaban: "Es por eso que está vivo. Él estaba bien hidratado, en comparación con los otros dos", explicó el alguacil.
La abuela del menor viajó hasta Albuquerque, la principal ciudad Nuevo México, para hacerse cargo de él.
La supervisora del Parque Nacional White Sands, Marie Sauter, explicó al periódico local 'Albuquerque Journal' que el parque dispone de material informativo impreso en seis idiomas, entre ellos francés, con las recomendaciones para practicar senderismo.
"El clima aquí puede ser extremo, como en ningún otro sitio. Con el reflejo del sol y sin sombras ni árboles, puede ser mortal", dijo Sauter.
"Yo creo que no estaban preparados para el calor. Creo que se imaginaron que era un sendero como cualquier otro y que podrían recorrerlo", concluyó, por su parte, el alguacil.
Una joven de 23 años murió en ese mismo sendero en 2011 y en 2002 un turista japonés desapareció entre las dunas del parque y fue hallado muerto semanas después.
El niño que burló a la muerte en el desierto
Lun, 17/08/2015 - 07:05
Este fue el último viaje de la familia Steiner. De su casa, en un pueblo tranquilo cerca de Reims, a unas 100 millas al este de París, salió la familia conformada por tres personas; papá, mamá e