Excombatientes de las FARC abonan terreno por la vida y la reconciliación

Publicado por: kewin.alarcon el Dom, 16/10/2022 - 11:13
Creado Por
Kewin Alarcón
Rolando Albeiro Acevedo es un excombatiente de las FARC que por medio de una granja ubicada en zona rural de la localidad de Usme, construye reparación y restauración con las víctimas y la sociedad.

“Entendemos que el proceso de reincorporación es con la comunidad, con la sociedad, no con nosotros mismos. Con la gente hemos desarrollado actividades y creado tejido social, no para después irnos y dejarlo así todo; aquí llegamos para quedarnos”, así empieza el relato de Rolando Albeiro Acevedo, excombatiente de las FARC y firmante de paz, refiriéndose a su proceso de reparación y restauración con las víctimas.

Rolando hizo parte de la comandancia del frente Jacobo Arenas, con quien compartió con los jefes de más alto nivel: Alfonso Cano, Manuel Marulanda, Iván Márquez, Rodrigo Londoño, entre otros. En el año 2004 cae preso y durante 13 años pasa por varias cárceles del país, ya que las autoridades consideraron que estaba armando un plan de escape. Para el año 2017 sale en libertad producto del acuerdo de paz.

El punto de encuentro para desarrollar esta entrevista con Orlando, fue la Plaza de mercado la Concordia, ubicada en el centro histórico de Bogotá, al lado del reconocido sitio llamado “chorro de Quevedo”. Un apretón de manos y nos presentamos mi camarógrafo y yo.

“Mucho gusto, Rolando Acevedo”, nos dice mirándonos a los ojos fijamente y acompañado de una mujer bastante alta y robusta.

Rolando mide aproximadamente 1.68 metros, viste de gorra Bossi, camiseta gris, jean y botas cafés. En sus muñecas tiene varias manillas, llama la atención una en particular hecha a base de mostacilla en la que aparece el rostro del “Che Guevara”. Tiene un acento antioqueño, no propiamente de Medellín sino tal vez de algún municipio aledaño.

“Vamos para la granja y hacemos la entrevista allá, para que usted se de cuenta de nuestro proceso y lo pueda documentar bien”, nos comenta Rolando mientras caminábamos hacía una camioneta blindada en el cual nos esperaba un hombre.

Atrás nos seguía la misma mujer que al principio vimos. Aunque con Rolando habíamos hablado un par de veces por teléfono, no tenía el conocimiento de su condición de población vulnerable y amenazada, en el marco del proceso que está llevando en la JEP (Justicia Especial para la Paz).

Conozca a Rolando y su granja de producción agropecuaria:

Reforma agraria: la solución del conflicto y el desacuerdo con Petro

Una vez montados en el vehículo, con sus guardaespaldas al frente y camino hacia la granja, ubicada en zona rural de Usme, Rolando le comunica al conductor que tome el trayecto de “siempre”. A lo que le pregunté cuál era ese camino y a cuánto estábamos de la finca. - “Estamos a una hora más o menos. Es mejor coger por aquí arriba por estos barrios para llegar rápido. Bogotá está imposible por la Caracas”, me dice.

Pues bien, había tiempo para charlar y entrar en detalles. Noto en Rolando un profundo conocimiento de temas geopolíticos, agrarios e históricos. Más allá de una formación, se veía que era un hombre de lectura actualizada.

“Dese cuenta que la paz no fue total. Hubo una dejación de armas con un grupo armado que éramos nosotros, pero quedaron otros actores. Dentro del acuerdo se planteó sobre qué iba a pasar con los territorios que abandonamos, donde teníamos presencia, poder y éramos incluso estado; no queríamos que otros grupos alzados en armas llegasen a ocupar esos espacios, que a la final, fue lo que pasó”, afirma Rolando, quien noto tiene en su gorra un botón con el rostro de Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, creador de las FARC.

Dialogamos de varios temas, la reincorporación, las zonas veredales y por supuesto del tema agrario. - “Cumplir el acuerdo de paz, implica cumplir el primer punto que es la reforma rural integral, donde aparece que son tres millones de hectáreas como inicio para entregarle a los campesinos para que la trabajaran. ¿De dónde el Estado iba a sacar esas tierras? Entendiendo que desde el Centro Democrático representan a quienes tienen la mayor concentración de latifundios”, lo dice con voz enojada.

“En Urabá fueron más de 40 mil hectáreas que quedaron en el fondo ganadero, organización que controla Félix Lafaurie. En el meta le quitaron otras 43 mil hectáreas a la gente, de modo que siempre ha habido un despojo con el objetivo de acumular tierra improductiva”, agrega el excombatiente quien aprovecha y lanza indirectas al gobierno de Gustavo Petro, por la compra de tres millones de hectáreas a Fedegan.

¿Cómo vas a comprarle tierras a quien siempre ha sido el despojador? A la organización que ha defendido aquellos latifundistas que han desplazado y asesinado a los campesinos. El Estado tiene los elementos jurídicos para esos baldíos tomarlos como expropiación. Puede sonar polémico y todo lo que quiera, pero es que estamos hablando de terrenos que antes le pertenecían a productores e incluso al mismo estado de manera legítima”, señala.

Pasando por barrios como Egipto, Juan Rey y Las Cruces, zonas que históricamente han sido marginales en la ciudad de Bogotá, que tienen calles empinadas y estrechas, Rolando expresa que -  “El inicio del conflicto armado en Colombia, nace por la tierra. De ahí a que la base del desarrollo industrial de cualquier sociedad, tiene que ver con el campo, pues es allí donde salen las materias primas; por eso la importancia de este tema”.

Granja Asocun: la producción de cultura, paz y sostenibilidad alimentaria

Finalmente hemos llegado a la granja. - Con una sonrisa de satisfacción, Rolando dice: “Se siente el olor a campo ¿no?” Claro, para él el campo huele a libertad.

Parqueamos la camioneta y enseguida Rolando le entrega ropa y juguetes a unos niños que estaban en la propiedad, tal parece que son los hijos de quienes cuidan la finca. Efectivamente, un profundo verde se apodera de nuestras vistas, es difícil de explicar pero en medio de dos grandes colinas, el río Tunjuelo, vacas, canarios y gallinas, seguíamos estando en Bogotá.

“Bienvenidos, caminemos la granja y vamos hablando”, dice Rolando, mientras dos perros se acercan a saludarnos.

"Esta granja se creo con la ayuda del programa mundial de alimentos, la ARN y otras entidades más. Nosotros tenemos una asociación llamada Asocun, que es una organización conformada por 120 firmantes de paz, en la que le apostamos a este terreno para la producción agropecuaria", afirma el excombatiente, quien agrega:

"En su dinámica la JEP comienza a indagar, hace una reunión de comparecientes de Farc, aquellos que estamos en los macro casos, yo rindo testimonio en el macro caso 001, que es de retenciones ilegales o lo que se conoce como secuestro, allí se establecen los Toar, que son Trabajos, obras y actividades con contenido restaurador-reparador que debemos realizar los involucrados con las víctimas y la comunidad; de allí que ahora esta granja continúa con su sentido de producción agropecuaria, pero ahora, en favor de la población".

Caminamos el terreno, hay un invernadero en la que hay plantas que dan frutos de tomate cherry, Rolando toma uno y se lo come a lo que añade: "Todo lo que producimos aquí, es de semilla natural, nada es herbicida ni transgénico, los modos de cultivo y producción deben volver lo que era antes. No podemos meterle veneno a las personas".

Ingreso a las FARC, detención, salida y proceso de paz

El galpón de gallinas es grande y están separadas al aire libre. Hay alrededor de 150 gallinas. Rolando hace una pausa en cada mata sembrada, toma una hoja, la huele y me la pasa para que haga el mismo procedimiento. Paralelo cuenta su historia de vida.

"Vengo de familia campesina. Inicio mis estudios en la Universidad Nacional de Medellín en ingeniería mecánica. Estamos hablando de la Medellín de los 80, que es un hervidero de luchas estudiantiles revolucionarias. Decido ingresar a las Farc en primera medida, como integrante de zona urbana, pero me hacen un atentado; allí comprendo que debo abandonar la ciudad e irme para el secretariado", agrega:

"Nosotros iniciamos la lucha armada por unas transformaciones sociales y económicas, ahora esas transformaciones las vamos a pelear pero en el escenario de la política. La paz tiene un apellido, y ese apellido se llama paz con justicia social; mientras las causas que originaron el conflicto social y armado no se solucionen, no va haber paz", enfatiza Rolando.

Finalizando el recorrido de todos los cultivos donde sobresalen plantas aromáticas como caléndula, yerbabuena, cidrón, limonaria, manzanilla, orégano, aloe, eucalipto, acetaminofén, lavanda, salvia, anís, toronjil, perejil, apio entre muchas otras, Rolando refuerza la idea de que la población aprenda de economía solidaria y soberanía alimentaria, componentes necesarios para la sostenibilidad de la comunidad.

Cabe añadir que Rolando en un principio hizo parte del hoy partido Comunes; sin embargo, diferencias ideológicas lo apartaron de quienes antes fueron sus "camaradas". Hoy está involucrado en proyectos sociales a nivel nacional y quiere contribuir con la verdad y la reparación. Es un hombre al que le gusta el campo, tiene 59 años de edad y está estudiando derecho.

La parte final del trayecto, nos detenemos en una inmensa carpa completamente cubierta, adentro hay un pequeño teatro, el anhelo de Rolando, es que su granja se convierta en un espacio de cultura también para todos los habitantes.

El sol empieza a caer y las gallinas vuelven a los dormideros. Rolando exclama: "Mañana seguiremos contando la historia".