“Hace un mes mataron a mi hija y no sabemos quién fue”. Olga Maritza Camargo Guzmán protesta. Aunque conserva la tranquilidad –sabe que es indispensable para encontrar al responsable– se tiende a desestabilizar.
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Diana Marcela Lote Camargo, hija de Olga Maritza, es una de las diez víctimas mortales de carros fantasmas que se han registrado en Bogotá, en lo que va corrido de 2015. Se llaman fantasma porque así como aparecen, se van, dejando en su paso (huida) una estela de muerte.
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La mañana del 30 de junio se registró el caso más reciente. Diana salió de su casa, ubicada en el municipio de Cajicá, rumbo a su trabajo. Nunca más regresó.
Hacía las 5:30 de la mañana “la niña”, como la llama Olga Maritza, “se desplazaba a su lugar de trabajo en el centro comercial Santa Fe cuando fue arrollada por un vehículo que la dejó tirada y se fue”.
Meses atrás, Diana había comprado una moto. En ella llegaba a su empleo, y en la tarde, cuando terminaba su jornada laboral, se iba a estudiar. El carro la atropelló mientras conducía su moto.
“Ella trabajaba en el Centro Comercial Santa Fe ubicando los carros que ingresaban al parqueadero”. Eso lo hacía de dos a seis de la tarde. “Luego se iba a estudiar inglés al Colombo Americano, ahí estudiaba inglés profesional”, dice su mamá.
Pese a que el incidente se registró en una hora de alto flujo vehicular y peatonal. “Nadie vio nada”, dice Olga.
“Yo sé que en ese centro comercial los empleados saben quién fue. Pero no se involucran porque piensan que los van a llevar a cada rato a indagatoria, porque no tienen tiempo o porque la gente no quiere verse en peligro”.
Olga no descarta que el conductor de ese carro, del que no se tiene ni una pista, sea una persona importante. “Puede ser alguien importante, pero necesito saber quién fue exactamente, porque si señalo a alguien y no resulta ser, me van a demandar”, advierte.
Desde el día que mataron a su hija, los martes, para la familia Lote Camargo no son los mismos.
Todos los martes, sagradamente, amigos y familia de Diana se reúnen en la Autopista Norte con Calle 197, (sitio de los hechos) a protestar. Hasta ahora ha sido una protesta que han ignorado las autoridades, por eso les pide:
“Es muy triste llegar al sitio y no encontrar respuestas. Le pido a la Fiscalía y a la Policía que me colaboren. Ella salió de su casa bien, completica, no le faltaba nada, era muy bonita y noble. Qué pasó. No hay placas ni siquiera del carro que la mató”.
KienyKe.com conoció que las cámaras que registraron el accidente están en cadena de custodia.
Olga hace otro reclamo: “Me avisaron hasta las 8:30 am pero el accidente fue después de las 5:00 am, entonces no sé. ¿Por qué no me avisaron más rápido?”, pregunta.
“Hay negligencia de mucha gente. Nadie quiso ayudarla. Supe que hay un señor que corrió el cuerpo para que no la pisaran los carros”, esa fue la única ayuda que recibió su hija.
Mientras espera la ayuda de las autoridades, Olga Maritza Camargo Guzmán recuerda las virtudes de su hija.
“Era muy decente, noble, sonriente, agradable. Yo sé que todo el mundo dice eso de sus hijos, pero en este caso sí es verdad”.
El día de su muerte, Diana Marcela, de 20 años y que había estudiado Administración de Empresas, vestía una chaqueta negra con reflectivo color morado. No la vieron.
“En esta ciudad la gente no quiere hablar. Le tienen miedo a todo”, reflexiona.
Según la Secretaría de Movilidad, en lo que va corrido del año se han registrado 253 accidentes con vehículos fantasmas. De ellos, 119 personas han resultado gravemente heridas. De los diez muertos uno era ciclista, siete peatones y dos motociclistas.
La mañana del 30 de junio se registró el caso más reciente. Diana salió de su casa, ubicada en el municipio de Cajicá, rumbo a su trabajo. Nunca más regresó.
Hacía las 5:30 de la mañana “la niña”, como la llama Olga Maritza, “se desplazaba a su lugar de trabajo en el centro comercial Santa Fe cuando fue arrollada por un vehículo que la dejó tirada y se fue”.
Meses atrás, Diana había comprado una moto. En ella llegaba a su empleo, y en la tarde, cuando terminaba su jornada laboral, se iba a estudiar. El carro la atropelló mientras conducía su moto.
“Ella trabajaba en el Centro Comercial Santa Fe ubicando los carros que ingresaban al parqueadero”. Eso lo hacía de dos a seis de la tarde. “Luego se iba a estudiar inglés al Colombo Americano, ahí estudiaba inglés profesional”, dice su mamá.
Pese a que el incidente se registró en una hora de alto flujo vehicular y peatonal. “Nadie vio nada”, dice Olga.
“Yo sé que en ese centro comercial los empleados saben quién fue. Pero no se involucran porque piensan que los van a llevar a cada rato a indagatoria, porque no tienen tiempo o porque la gente no quiere verse en peligro”.
Olga no descarta que el conductor de ese carro, del que no se tiene ni una pista, sea una persona importante. “Puede ser alguien importante, pero necesito saber quién fue exactamente, porque si señalo a alguien y no resulta ser, me van a demandar”, advierte.
Desde el día que mataron a su hija, los martes, para la familia Lote Camargo no son los mismos.
Todos los martes, sagradamente, amigos y familia de Diana se reúnen en la Autopista Norte con Calle 197, (sitio de los hechos) a protestar. Hasta ahora ha sido una protesta que han ignorado las autoridades, por eso les pide:
“Es muy triste llegar al sitio y no encontrar respuestas. Le pido a la Fiscalía y a la Policía que me colaboren. Ella salió de su casa bien, completica, no le faltaba nada, era muy bonita y noble. Qué pasó. No hay placas ni siquiera del carro que la mató”.
KienyKe.com conoció que las cámaras que registraron el accidente están en cadena de custodia.
Olga hace otro reclamo: “Me avisaron hasta las 8:30 am pero el accidente fue después de las 5:00 am, entonces no sé. ¿Por qué no me avisaron más rápido?”, pregunta.
“Hay negligencia de mucha gente. Nadie quiso ayudarla. Supe que hay un señor que corrió el cuerpo para que no la pisaran los carros”, esa fue la única ayuda que recibió su hija.
Mientras espera la ayuda de las autoridades, Olga Maritza Camargo Guzmán recuerda las virtudes de su hija.
“Era muy decente, noble, sonriente, agradable. Yo sé que todo el mundo dice eso de sus hijos, pero en este caso sí es verdad”.
El día de su muerte, Diana Marcela, de 20 años y que había estudiado Administración de Empresas, vestía una chaqueta negra con reflectivo color morado. No la vieron.
“En esta ciudad la gente no quiere hablar. Le tienen miedo a todo”, reflexiona.
Según la Secretaría de Movilidad, en lo que va corrido del año se han registrado 253 accidentes con vehículos fantasmas. De ellos, 119 personas han resultado gravemente heridas. De los diez muertos uno era ciclista, siete peatones y dos motociclistas.
